Manuel Abreu

Delantero uruguayo de diluida efectividad y sospechosa trayectoria en clubes charrúas como el Tacuarembó, Deportivo Colonia, Liverpool, Racing y Wanderers, además de una incomprensible aparición en aquella selección uruguaya sub campeona en el mundial juvenil de Malasia 97. Tuvo a mal recalar en aquel Santa Fe del segundo torneo del 2007 que fue armado para fracasar (lográndolo de manera rotunda) por el entonces presidente Báez y en el que sobresalían figuras de la talla de Nondier Romero y Killian Virviescas.

El bajísimo perfil con el que arribó al país contrastaba con la gran expectativa de la parcial santafereña que asociaba a Manuel Abreu con su paisano, tocayo y colega delantero Sebastián Washington Abreu, ese si con fino olfato goleador y momentos de auténtica gloria en varios equipos allende las fronteras de su país. Instalado en la capital y una vez participe de la disciplina cardenal al mando de Pedro Sarmiento, nuestro buen Manuel no logro insertarse en la nomina inicialista hasta muy avanzado el campeonato y de vez en cuando entraba algunos minutos solo para demostrar que su romance con el arco era un periódico de ayer y que sus condiciones dejaban mucho que desear ya que físicamente nunca logro el punto. Tal era la situación que de manera socarrona se rumoreaba en las tribunas del coloso de la 57 que Manuel tenia el quiebre de cintura del mismísimo Stephen Hawking y el olfato goleador de un afectado por el colombianísimo ‘’abrazo del pato’’.

Con la vergüenza de quien se sabe ‘’culpable’’ Abreu siempre se mostro mas que amable con la prensa capitalina y no desperdiciaba oportunidad para justificar su lamentable desempeño en los eso si muy pocos minutos en los que tuvo la oportunidad de jugar. Para la muestra un botón de sus peregrinas disculpas luego de una tarde aciaga y en donde Manuelito destilo torpeza en cantidades industriales ante un ‘’siempre difícil’’ Deportivo Pasto en el Campin:

•¿Qué balance hizo luego de su presentación ante Deportivo Pasto en El Campín?
– Cuando se erran goles el balance nunca es bueno, pero estoy tranquilo porque dejé todo dentro de la cancha. Y si bien a la suerte hay que ayudarle, también tiene que acompañar un poco. Desperdicié un gol y me anularon otro, que era lícito; el fútbol es así.

•¿Cree que el arco está cerrado para usted?
– El arco se cierra y el arco se abre, son momentos en los que hay que ser maduro para saber enfrentarlos.

•¿Viene el clásico, a este paso le puede alcanzar a Santa Fe para ganarlo?
– Por supuesto que le alcanza, Santa Fe es un equipo grande que tiene que sacar fuerzas de donde no tiene.

•¿Cómo está la motivación para enfrentar el clásico?
– Con sólo decir la palabra clásico ya la motivación está presente.

Nótese la terrible bomba de humo que lanzo en la última pregunta. Nótese también la forma como, fiel al proceder de casi el 90% de los refuerzos extranjeros que por desgracia e ignorancia nuestros recorridos dirigentes contratan temporada tras temporada, el buen Manuel Abreu deleito a la parcial capitalina con una ’’performance’’ digna de un amateur en el por demás bizarro futbol colombiano (un punto muy alto………………..o muy bajo según el cristal con el que se le mire). El caso es que su paso por el Cardenal solo sirvió para medrar las exiguas arcas de la institución y condimentar una terrible campaña quedando por fuera de los cuadrangulares finales con novelón incluido protagonizado por del D.T Pedro Sarmiento y su conocida frase: ‘’Yo no me voy ’’ acto seguido de un grotesco interinato cortesía de un técnico de la casa: el ‘’profe’’ Leyva y la institucionalizada ‘’poda’’ de fin de año en la que por demas esta decir que Manuel fue la primera victima.
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Leandro Armani

Timorato, paquidérmico e improductivo ariete argentino que afirmaba haber hecho las inferiores en el club de sus amores, Boca Juniors, para luego destacarse en el equipo de su terruño natal: el Club Atlético Aprendices Casildense. De ahí, dijo, salió para unirse a la disciplina del Central Córdoba de la Tercera división gaucha.

Con rimbombante apellido, el rótulo de goleador a cuestas y la experiencia adquirida en un breve paso por la competitiva liga china (en la que se fue a probar y no fue fichado), arribó a Santa Fe como refuerzo para el torneo clausura del 2005. Su debut en canchas colombianas tuvo lugar en el Eduardo Santos de Santa Marta contra el encopetado Unión Magdalena. Su calamitosa presentación fue suficiente para que el siempre receloso «Basílico» lo hiciera inquilino de la banca por más de un mes argumentando que no le veía las depuradas condiciones que debe tener todo delantero. La verdad fue que Armani jamás pudo encontrar su lugar en el equipo titular que por esos días contaba con un inspirado Luis Yánez y un siempre importante Leider Preciado que, a pesar de sus tradicionales kilos de más por aquel entonces era hombre de confianza del cuerpo técnico. Con mucha pena y nada de gloria el ariete argentino, hizo parte de un plantel que en la última fecha del cuadrangular fue eliminado de la final luego de ser goleado por el Cartagena. Pese a esta salida en falso, gracias a los ahorros del torneo Apertura en el que disputó la final con el Atlético Nacional de Medellín, el cuadro rojo logró hacerse acreedor al cupo que otorga la reclasificación para la Copa Libertadores del siguiente año.

Armani, siempre noble y trabajador y ya instalado a satisfacción en la fría Bogota espero paciente su oportunidad haciendo votos para que la suerte no le fuera tan esquiva en el torneo y la copa del 2006. En tan buena onda andaba que en una entrevista concedida al diario El Tiempo no tuvo problemas en confesar: ‘’ A Gottardi le costó meterla al comienzo, pero después fue goleador en Colombia dos años seguidos’’. Palabras que provocaron ira e hilarancia cuando su depurada e ineficaz técnica le impidió en repetidas ocasiones fecundar ese romance con las piolas que es el objetivo de todo delantero a lo que debe añadirse que ni siquiera en los entrenamientos la lograba embocar. Acostumbrado a rematar los partidos, logró jugar algunos minutos en la Libertadores. Quedan como anécdota las palabras de los comentaristas a cargo de la transmisión del partido entre el Defensor Sporting de Montevideo y el Independiente Santa Fe quienes reseñaron unos innegables movimientos de crack y una importante presencia física que metía miedo (pero nada mas que eso) del delantero argentino.

Aborrecido por la hinchada, vilipendiado por sus rivales y fuertemente criticado por la prensa deportiva y por la del corazón a quienes también decepcionó por no lucir trajes a la altura de su apellido, Leandro decidió dar por terminado su periplo colombiano. Para el recuerdo le quedaron las buenas migas que alcanzó a hacer con ‘’Carlitos’’, taxista contratado por el club para sus traslados dentro de la ciudad y con los vecinos del edificio donde residía al nororiente de la ciudad. También le quedó la frustración y la sangre en el ojo de no haber anotado un solo gol en Colombia. Sin la bulla que lo recibió, una tarde de julio se despidió de “Carlitos” en El Dorado y regresó a su país. De vuelta en su tierra supo consagrarse como peligroso goleador en equipos de la estirpe de Central Córdoba y Tiro Federal, afamadas escuadras de las divisiones de ascenso argentino.

Imagen cortesía enunabaldosa. .

Especial de Halloween: Freddy Indurley Grisales Kruger

Dentro del imaginario popular colombiano rebosante de mitos, leyendas y demás supersticiones plagadas de espantos, fantasmas, apariciones espectrales y uno que otro mohan conscupiscente, vale la pena mencionar a un hijo ilustre de lo mas agreste de la colonización antioqueña amancebada con el thriller de terror holliwodense: Freddy Indurley Grisales Kruger. (De los Kruger de Cocorná).

Llevando una doble vida -enmarcada entre una prometedora carrera como icono del genero del terror cinematográfico y verdadera pesadilla de las defensas y los arqueros rivales en una cancha de fútbol- alimentó una presencia demoníaca habitante permanente de las mas grotescas pesadillas de quienes lo vieron en su faceta futbolística en la que paralizó a más de uno con su gambeta endiablada y estuvo cerca de degollar con su remate infernal de media distancia a otros tantos. Igual que en su rol cinematográfico,aseguran quienes lo vieron en aeropuertos y concentraciones que lo suyo siempre fueron los «jerseys» de vivos colores.

Sin embargo, es bueno decir que a diferencia de su clásico accionar violento en las películas que supo protagonizar en el competitivo mundo del cine de terror, donde las trepanaciones, amputaciones y cuchilladas eran la regla, en los gramados mostró una nueva faceta como habilidoso dominador de balón con mucho criterio para el juego colectivo y los disparos de media distancia.

Despojado de su guante cortopunzante pero siempre con su expresión de pocos amigos supo siempre abrirse camino en medio de las mas perversas y demoníacas defensas contrarias gracias a lo cual vistió las camisetas de equipos como Atlético Nacional, Independiente Medellín, y la selección Colombia. Allende las fronteras militó en un club que le venía como anillo al dedo: San Lorenzo de Almagro, el «Cuervo» argentino, donde también supo demostrar sus condiciones.

Fue allí en el lejano sur del continente donde dio con otros de los más crudos exponentes de la galería de espantos criolla. El filosofo de Yondo (avezado torturador que se ufanaba de aterrorizar a sus victimas con la mas macabra perorata filosófica como: «perder es ganar un poco» o «igual mañana cantaran los pajaritos………» ) y otro mito de poca monta como la «Llorona» del millón de dólares y junto con ellos se embarcó en otro proyecto de físico miedo: el Colón de Santa Fe donde igual que siempre metió miedo pero nada mas.

Este hijo ilustre del terror aun espanta en las canchas del sur del continente y fiel a sus principios viste de rojo y negro otra vez, pero en esta ocasión las franjas son «verticales» porque según él, solo las rayas horizontales lo hacen ver menos agraciado de lo que en realidad es. Se dice que hace poco fue visto visitando las locaciones para su próxima aparición en la pantalla grande, ya que esa dualidad de estar entre el fútbol y el cine no lo deja dormir y piensa dedicarse de lleno a su primer amor: el «thriller de terror».

Su próxima película tiene el tentativo nombre de «A nightmare on 57th street’’ con la presunta dirección del debutante J.L Paint, aunque se rumorea que también tiene planeado dirigir un documental sobre la Pata Sola y su eterno deambular por el inframundo agobiada y atormentada por una patada alevosa que en vida le propinara el «Boricua» Zarate.

Amanecerá y veremos……
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