El lado B de Diego Gómez

DiegoGoJugador

El lado B de Diego Gómez  no tiene que ver con su secreta pasión por el boxeo que hace poco dejó ver con el jab de derecha que le propinó al siempre vapuleado Álvaro de Jesús Gómez. No. Tampoco tiene que ver con su supuesto parecido con José Luis Félix Chilavert y las aún no comprobadas versiones según las cuales en más de un Halloween «Diego-gó» salió a pedir dulces con un buzo negro y un cachorro estampado a manera de disfraz (dice la fuente que nunca encontró un bulldog similar al del buzo del paraguayo).

Pero no.  Con nada de esto tiene que ver el lado B del arquero vallecaucano.  Para sorpresa de algunos les contamos, fotos en mano, que esta faceta oculta de Gómez tiene que ver con su carácter polifacético en la cancha, con su condición de jugador multiusos ideal para desvares y emergencias como bien lo constató «Pacho» Maturana en 1992.

Arquero desde pequeño, Gómez supo tamb

ién capacitarse como lateral. Necesitado a mediados de 1992 de un jugador polifuncional que le cubriera la banda derecha ante una lesión de Antonio Moreno y una suspensión de Wílmer Cabrera,  Maturana  recorrió al entonces joven arquero ante el consejo de Diemo Umaña que, sensible como siempre, ya había percibido que en lo más profundo de su condición de arquero se escondía un lateral de medio tiempo.

DiegoGoJugador2
Gómez, en su segundo partido como profesional muy lejos del arco.

El balance final de la carrera de Diego Gómez como jugador de campo fue de dos partidos jugados: uno contra el Cali en el que debutó reemplazando al «Pony» Maturana y uno más contra el Bucaramanga en el que incluso fue titular.  Luego volvió a su puesto habitual en el que tuvo que  hacer fila detrás de su hermano Julio, este sí arquero de tiempo completo.

zp8497586rq

Incunable: pitufaré, pitufarás

deavilaunionchiquita

Era 1987 y Anthony De Ávila, con afro de integrante de los Lebron Brothers, incursionaba en el fútbol argentino en silencio y con un club lejano de la imagen mediática de Boca, River, Racing, Independiente o San Lorenzo.  Unión de Santa Fe  fue su nuevo lugar en el mundo para la temporada 87/88 de Argentina. “El Gráfico” tituló la nota con el samario de una buena maner

a: “Da gusto verlo jugar”.

“Pipa” cosechó sus triunfos -desconocidos en esos años en los que no existía T y C- pero en Colombia pocos se acuerdan de que supo ser un tipo destacado en un club chico y menos que compartió delantera con Alberto Acosta en el humilde santafecino.

La foto es de un juego Unión de Santa Fe-Deportivo Español (equipo querido en la redacción bestiarista). El “Pitufo” regresó al América pero antes dejó un mensaje profético en su camiseta: La Lotería se la sacó 21 años después contra Santa Fe al hacerle gol a los bogotanos a los 45 años.

zp8497586rq

Roberto Camargo

RobertoCamargo

El nombre nada más suena como el de un edil por la localidad de Barrios Unidos que busca encontrar amigos tenderos entre el reducido electorado, para conseguir más o menos dos mil votos, no para ganar una curul dentro de las JAL, sino para que, por lo menos, la registraduría le devuelva el dinero que consignara el día de inscripciones.

La cosa es que llamarse Roberto Camargo y no decicarse la  política local, puede enfilar al dueño de esta identificación al ostracismo. Caso comprobado fue el de nuestro Roberto Camargo, costeño para más señas (he ahí que tenía la sangre perfecta para ser político, no era tan descabellada la suposición) y que sin importar lo ignoto de su nombre se lanzó a ser arquero de fútbol. He aquí que él tuvo que vencer primero la, poca sonoridad de su nombre con tal de raspar un pedacito de primera división.

Es que estaba clarísimo: un nombre para un arquero es Jean Marie Pfaff. O René Higuita. Si se quiere John Freddy Van Stralhem. Los apellidos raros las mezclas curiosas son claves para que un portero sea

tenido en cuenta. Nadi

e se imagina a un dirigente firmando el contrato de Roberto Camargo para que cuide los tres palos de su arco.

Pero dicen en las calles de Cartagena que el muchacho fue testarudo y se impuso una meta más que curiosa: llegar a primera división dándose un largo plazo, categoría “Cesión Canal de Panamá”. Antes de los 36 años debía pisar un campo de primera y conseguir un logro importante.

Harto le costó pelear por su sueño, porque, de hecho, no era un guardameta que ofreciera garantías. Piernas flacas (sinónimo de que al saltar no tiene potencia al brincar, o sea que no llega a los balones altos y angulados), brazos secos (un taponazo mal dado podía significar que su brazo se doblara como un palo de balso), y pelo crespo que discretamente caía hasta un poco más abajo de la nuca (era ver a Weird Al Yankovic a lo lejos).

Así se las fue arreglando, pero nada que el sueño se cumplía. En la B sí tuvo participación  activa bajo los tres palos del Real Cartagena -aunque no rebajaba de vez en cuando sus banqueadas tétricas- y justamente en la B encontró el quiebre ideal para cumplir su cometido de llegar a las grandes ligas.

Texto publicado en el libro Bestiario del Balón, Aguilar, 2008.

zp8497586rq
zp8497586rq
jfdghjhthit45

Cuando la Libertadores dejó de ser la flota de Boyacá

MetalicasIndependencia
Tribunas metálicas de última generación, orgullo de Boyacá.

La segunda incursión de Chicó en una Copa Libertadores (2009) fue un evento que generó interrogantes desde la misma noche del 8 de Julio de 2008, cuando el equipo chicó-tunjano se ganó el título.  Desde ese momento comenzó la incertidumbre sobre cuál sería la plaza en la que los ajedrezados jugarían como locales. Esto, debido a la situación del Estadio La Independencia, que con sus 8.000 puestos estaba lejos del mínimo de 15.000 fijado por la CONMEBOL para partidos de Copa Libertadores. Existía además el agravante de que cuando se llevó al equipo a jugar en Bogotá ante el Audax Italiano de Chile, sólo 1.500 mártires fueron a verlo.

Ante esta situación, la Gobernación de Boyacá, que desde 2005 decidió adoptar al equipo de Pimentel como si se tratara de un niño de las granjas del padre Nicoló, decidió que era hora de meterle mano a La Independencia para que Tunja pudiera ser sede de la Copa Libertadores. No obstante,  el siempre tedioso proceso de contratación que caracteriza a las entidades públicas hizo que la demolición de la vieja tribuna oriental del estadio iniciara con bombos y platillos recién el 30 de Noviembre de 2008, fecha en la que el mismo gerente de la sociedad responsable de la obra anunció, lleno de optimismo, que “en 100 días se terminaría la construcción de la Tribuna Oriental y Norte, con capacidad total de 12 mil personas”.

Una más para la bienal de maquetas de estadios colombianos.
Representante de Boyacá en la bienal de maquetas de estadios colombianos.

Aprovechando la alta oferta de fuerza de trabajo en el sector de la construcción, que estaba terminando su auge en Tunja para entonces, se planteó la posibilidad de trabajar 24 horas diarias a 3 turnos; no obstante, las festividades navideñas, la lentitud intrínseca que toda obra trae y problemas encontrados en el propio suelo del estadio (algunos dicen que encontraron un cementerio de hinchas del Lanceros) hicieron que la posibilidad de jugar Libertadores en Tunja por un momento sólo existiera en la siempre terca cabeza de Eduardo Pimentel.

Los 100 días presupuestados se estaban agotando, por lo que la administración departamental y el Boyacá Chicó optaron por mirar alternativas: emulando el rocambolesco episodio de la final del Apertura 2008, se buscó quién proveyera tribunas metálicas que permitieran ampliar el aforo del estadio a la capacidad solicitada y con creces (de hecho, las tribunas móviles comprendieron hasta un 60% del aforo total). Ignoraban quienes defendían esta propuesta que la  CONMEBOL es muy reticente a permitir tribunas de ese tipo en sus escenarios.

En las  semanas previas al 11 de Marzo, fecha en la que el cuadro ajedrezado jugaría ante Gremio, se verían moverse brigadas de instaladores, pintores y demás representantes de todas las ramas posibles de la albañilería  todas con un solo objetivo: la adecuación estética del estadio para facilitar la visita del delegado de la CSF que daría eventualmente el aval  durante un partido de Copa Colombia ante el Cúcuta al que se permitió el acceso libre restringiendo las tribunas metálicas a solo mayores de 12 años (por si acaso, nunca se sabe).

Lo cierto es que el estadio tuvo un cambio radical en su golpe de vista, bien sea que pasó de la tradicional disposición ovalada del grueso de los estadios colombianos (por no decir todos) a una disposición rectangular, aproximándose a lo que sería el Estadio una vez terminado; el aval finalmente se dio, ignorando el hecho de que Pimentel encargó, en un último acto desesperado de no mandar a su equipo al Campín, tapar los claros de la tribuna oriental con enormes pancartas alusivas a la ciudad y al equipo. Seguro colaboraron para la causa los tres o cuatros wiscachos con los que, dicen, se agasajó al  delegado y con los que, de paso, se evitó que cayera en detalles.

KokorikopteroIndependencia
El estadio con las tribunas. Foto cortesía Mache.

Ya con aval en mano, el Chicó jugaría sus tres partidos de la ronda de grupos en el Independencia, pero con resultados agridulces: 18 mil tunjanos verían como Gremio, después de alegar, quejarse, reprochar e increpar sobre la idoneidad de Tunja como sede (hay directivos que dijeron incluso que temían que el fantasma de “Raúl Reyes” les jalara las patas en la “selva” que les dijeron que había en la carretera entre Bogotá y Tunja), derrotaba 2-0 al Chicó; luego, en una muestra de cómo se hace respetar un feudo, vapulearon a la Universidad de Chile 3-0 y mandaron a alrededor de 100 hermanos del cuadro Patriotas de vuelta a su país con las caras largas; finalmente, en un partido dramático sobre el final, derrotaron 2-1 al Aurora. Una vez se esfumó la clasificación del otrora tercer equipo de Bogotá en Portoalegre, las tribunas desaparecieron misteriosamente un domingo.

Pasado el tiempo, la tribuna de Oriental se fue ampliando y permitiendo su ocupación cada vez más, hasta que a la fecha de publicación de esta nota estaba terminada en un 90%, quedando pendientes los arreglos en lo concerniente a los palcos, cabinas de medios y galleras que se proyectan va a estar listas en más o menos un año, más el comienzo de las obras de la tribuna de Norte.

Tribunas metálicas minutos antes de partir.
Tribunas metálicas minutos antes de partir.

La verdad, poco se sabe del destino de las heroicas tribunas desde entonces. En los corrillos del Pasaje de Vargas (tertuliadero por excelencia de Tunja) se dice que se volvieron fanáticas del tenis y fueron a templar al  Parque Recreacional del Norte, ubicado a menos de un kilómetro al Norte del estadio con motivo de los partidos del equipo de Copa Davis disputados por esos días en Tunja; otras fuentes afirman que se les dio un descanso remunerado de 30 días y que volverían a aparecer para las finales del Apertura de este año, si el equipo de Alberto Gamero llega a esa instancia. Lo único que está claro es que esas  tribunas fueron las protagonistas de una de las pocas victorias del fútbol de Colombia frente a la CONMEBOL y que son las grandes responsables de la inclusión de Tunja a la lista de ciudades que han sido sede de las  Copa Libertadores, lista donde se destacan metrópolis como Puno (Perú), Niteroi (Brasil), Valera Trujillo (Venezuela), entre otras.

PlacaIndependencia
Miguel Ángel, patrono de la Independencia.

Más fotos aquí.

El drama detrás de la mona

AlexisMundialFallido

En la foto, tomada en el Isidro Romero Carbó de Guayaquil durante la Copa América de 1993, se le ve tranquilo, sonriente a Alexis. A un año del mundial estaba confiado de que, de darse la clasificación, asisitiría por fin a un mundial, todo un logro para  cualquier futbolista y más si se es nacido en un país sin la costumbre de clasificar a este evento.

Como es sabido, Colombia clasificó.  Sin embargo,  Alexis no volvió a la selección. Aún así todavía había quienes le apostaban a su convocatoria. Entre ellos estaba la gente de Panini que llegado el momento de diseñar la página de Colombia le guardaron un campito. Es más, como lo demuestra la imagen,  la «mona», «lámina» o «caramelo» de Alexis alcanzó a circular, alcanzó a llegar a los bolsillos de niños coleccionistas en Hong-Kong, Birmania y Pakistán, pero no a los de quienes hicimos el álbum en Colombia. Y no sólo no llegó Alexis a ser «mona» en Colombia, tampoco llegó a ser inscrito en la nómina final de nuestra selección.

Lo primero se debe a que, como es bien sabido, el álbum se diagrama y se lleva al mercado cuando las selecciones todavía no han definido sus nóminas, como bien lo sabe Hugo Galeano. Pero el caso de Alexis es peculiar, en la medida en que su cara fue incluida en la versión internacional del álbum Panini, más no en la local, impresa en ese entonces por Carvajal. En esta versión también se escogió a Alexis, pero en calidad de sacrificado para poder abrirle campo a Andrés Escobar, que no participó en la eliminatoria por estar recuperándose de una lesión.  Curiosamente, nadie en Carvajal se tomó el trabajo de ir a fotografiar a Andrés; consideraron más práctico colorear de amarillo y aplicar el conocido efeco «flip canvas horizontaly» la «mona» del álbum de Italia´90.

EscobarDosMundiales

Volviendo con «el Maestro», este seguramente tomó como un pésimo augurio su exclusión de la edición local del álbum, pues a las pocas semanas se enteró que tampoco haría parte de la nómina viajera. Desconsolado, a Alexis no le quedó más remedio que, suponemos, mandar comprar cajadas de monas a San Antonio del Táchira y a Tulcán para tener la mayor cantidad posible de «monitas» con su cara por si acaso los de la papelería dañaban o embolataban la pequeña lámina que, nos cuentan,  mandó a ampliar «a lo que diera» para después enmarcar.

Panini94-1

Versión Carvajal-Colombia de parte superior derecha de la página de Colombia.

Panini94-2

Versión Panini, resto del mundo.

Yo me Pinto

PintoMotilon

Una vez conoció la sanción de diez fechas sin entrar al estadio, hizo de todo para hacerle el quiebre. Terco como él sólo, trató de apelar, demandar, entutelar, pero nada. Después nos pidió prestado el Kokorikóptero,  y aunque mucho lo intentó y mucho lo repotenció no logró que levantara su peso. Y no se dio por vencido:  lo vieron trepado en el tejado del General Santander y mandaron a bajarlo y, de paso, a prohibir que se arrimara a las torres de iluminación. Luego, intentó, sin éxito, como supondrán, meterse en un disfraz de porrista.  No sólo su figura desentonaba en el conjunto sino que estuvo a punto de sufrir lesión irreversible al intentar hacer el flic-flac.  Cuando estaba a punto de darse por vencido,  el consejo de un chamán lo salvó: debía convencer al indio motilón de cederle el disfraz.

La cosa no fue fácil:  el indio argumentó que llevaba décadas siguiendo a su Cúcuta Deportivo y que por nada del mundo se iba a quedar en la casa. Pinto le dijo que se sacrificara, que era por una causa noble, que lo hiciera por su amado Cúcuta, pero el indio, terco como Pinto, no accedía a soltarle el plumaje.  El problema radicaba en que no podía haber dos indios y que ni Pinto ni el motilón original estaban dispuestos (ni en condiciones por aquello de la figura) a estrenar la figura de la india motilona.  Finalmente  Pinto se acordó de un par de cámaras hipóxicas que tenía el garaje y convenció al indio de las infinitas posibilidades de relajamiento y recreación de ellas. El indio las probó una mañana de partido e inmediatamente aceptó. Pinto entonces se enfundó el disfraz y sin problema franqueó los controles de ingreso al General Santander y desde la gramilla dirigió a su equipo. No contaba  con que días después una foto del indio sería examinada con lupa, como es la costumbre, por la unidad investigativa del Bestiario.

¡Ultima hora! Millonarios sí aporta jugadores a selecciones internacionales


Fuente:Diario Olé.

Sebastián Prediger ya tendrá historias para contarle a sus nietos. Diego Armando Maradona lo convocó para un amistoso que jugará la Selección Argentina frente a Panamá. Pero si hay algo que emociona el corazón y hace que las entrañas sientan mariposas es ver que seguramente el volante de Colón de Santa Fe dirá con alegría que esta convocatoria se la debe al equipo azul.

Los recuerdos de cuando pedía fiada una barra de Chocorramo con mermelada en la tienda de la finca de Millonarios, los amenos trotes en las prácticas con la tercera división, los timbres dañados de los cientos de buses UDCA-Cementerios que debió oprimir estérilmente para llegar temprano al entrenamiento, la primera flota que tomó en el paradero de la 170 y que hizo que un directivo tuviera que recogerlo en Paipa por su despiste, las filas que hacía en Adpostal para enviar cartas a su casa y que hasta ahora están llegando diciendo que pronto iba a debutar -el correo de las brujas dice que ningún compañero le prestó un computador porque andaban mamando gallo chateando con sexypaisita_18 en el Tropichat-, las risas por el arroz ahumado que le dieron en la pensión del equipo, las fotos que él mismo pegó en su locker con la imagen de Lobinho y Cotera para que la historia de ellos no se repitiera con él, las lágrimas que derramó en el pesebre de Bulevar Niza al ver que directivos y entrenadores lo ignoraban… Todos estos escalones forjaron el carácter de Prediger. No fue en vano su sufrimiento.

En estas tierras formó templanza, la misma que hoy lo va a vestir con la celeste y blanca y por qué no, le va a facilitar una experiencia al fútbol europeo..

Ve, mirá el pelaíto que salió en "Balóm"…

Foto Cortesía: Zicodélico

Dicen que anduvo en Pereira jugando contra el local, defendiendo los colores de Argentinos Juniors. Y dicen también que hizo un gol como para demoler el estadio y volverlo a construir. Dicen que jugó un amistoso contra el América de Cali y que jugó como un crack. El chinito, inspirador de Gloria Trevi e informes del noticiero Criptón sobre la cabellera de los jugadores (próximamente este incunable en video) encantó a la dirigencia del América que, tratando de hacer un equipo competitivo, quería salir de pobre en 1979.

Un dirigente, de esos que deja ver su obesidad porque se le abren los huecos de la camisa que hay entre botón y botón, mientras se mandaba a la boca al tiempo pasabocas hechos de galletas ricas, jaiba y mejillón enlatado traído de Maicao abrió sus fauces para opinar del muchachito.

Vistes al pelaíto eje… ¿Caradona es que je llama? Ej una crema, hermano. ¿Por qué no lo traemos para acá? De pronto en algo noj ayuda. ¿Será que ese man no je arruga con una patada de Chaparro en una práctica?

El gerente deportivo, de hablar lengüisopa y lambonería con el patrón, dijo:

Zi zeñor. Eze pelaíto je llama Maradona y como que Argentinoz Juniorz lo quiere vender ya. ¿Le preguntamoz al médico a ver zi le guzta? ¿zi, zi?

El patrón respondió:

Mirá, hicieron el montaje en «Balóm» con el pelao con camijeta del rojo. Voy a llamar al médico a ver qué dice…

Con dificultad y profuso sudor de nuca el patrón levantó el teléfono. Cuando marcaba el número al que iba a llamar, colgó. El lambericas le preguntó:

¿Zi le conteztó el médico? ¿zi, zi?

El patrón respondió

Ve, me acordé que el médico no está. Je fue a convencer a Alfonsito Cañóm de que regrese al fútbol.

Y el 19 de diciembre de 1979 América dio por fin su primera vuelta olímpica con Alfonso Cañón, jugando como crack. Caradona, o mejor, Maradona, fue otra de las ilusiones fallidas de fichajes en tiempos en los que sobraba plata y De Filippe no había nacido. .

Eduardo y sus videos (II)

[singlepic id=1082 w=320 h=240 float=]

Dicen los que estuvieron con él que un buen día de 1986 Eduardo se levantó asustado y esto le dijo a su compañero de habitación, Luis Norberto «el Huevito» Gil: «Lucho hermano, no sé, siento que en cualquier momento me pasan el preaviso y tu sabes que eso es bombeada fija…y yo qué hago hermano, me voy a casar y no sé hacer nada más». De nada sirvió que Gil, viejo zorro, le insistiera una y mil veces que tranquilo, que era joven y talentoso y que dos malos partidos no iban a acabar con su prometedora carrera. Eduardo, envideado, decidió que no estaba por demás capacitarse en un oficio alterno, así fuera de embolador. «Porque uno nunca sabe», se le volvió a escuchar. .

Gustavo Villa

Más que Fanny Mikey, o que su primo el payaso Mikey y su circo de los muchachos, si existe un hijo del cono sur que conozca palmo a palmo, hueco a hueco nuestra geografía nacional ese es Gustavo Villa.

Volante argentino, después de algunos años en El Porvenir de la primera C de su país, Villa llegó a Colombia como refuerzo del Unicosta en 1995 cuando este equipo apenas daba sus primeros pasos en la entonces Copa Concasa. Contrario al 98.34% de los foráneos que llegan al torneo de ascenso colombiano, Villa no huyó despavorido meses después de su desembarco espantado por ese eterno reality de supervivencia (pero sin sintonía) que es la primera B colombiana. Al contrario, dice una fuente, todo indica que Gustavo aseguraba que no había mejor lente para acercarse a nuestro país, sus gentes y paisajes que el polarizado de un thermoking. Dicen también que, aun pese a las burlas de sus compañeros, más de una vez se declaró fanático de la sazón de los paradores rojos.

Así, entre flotas, peajes y camerinos con duchas sin agua, Villa permaneció dos años hasta mediados de 1997 cuando el Unicosta logró en Tunja el ascenso a la primera división. En la Copa Mustang el argentino se sintió algo despistado por la rapidez de los desplazamientos en avión, aburrido con lo insípido de los sánduches de jamón y queso de Avianca, nada que ver con las delicias que nuestras carreteras ofrecen a quienes las recorren y más de una vez, asegura otra fuente, estuvo al borde de terminar en una UPJ por tratar a las azafatas con la misma confianza con la que ya se había acostumbrado a departir con los ayudantes de flota. Aun así, su talento pudo más y para 1998 logró su propio ascenso: pasó del Unicosta al Junior, equipo en donde tuvo su mejor momento cuando en 1999 ingresó al no tan selecto club de jugadores que le han hecho un gol de media cancha a Héctor Burguez.

En busca de aires más turísticos, Villa partió a Cartagena, previo paso breve por su casa a mostrar fotos y lavar ropa. En «la Heróica» permaneció como volante del Real entre el 2000 y el 2001. Para el 2002 parece que no soportó más el aire acondicionado de los aeropuertos y el agua caliente de la mayoría de nuestros estadios de primera división y aconsejado por su niño interior que le exigía volver por la senda del héroe, gustoso aceptó un modesto contrato que le ofreció el siempre exótico Johann de Barranquilla, ese año con equipo en la primera B. Entre Expresos Brasilia, retenes de muchachos (pero no los de Mikey, los otros), paradores rojos y recorridos nocturnos por zonas rojas, Villa vivió dos años de pura adrenalina en la segunda división colombiana defendiendo los colores del más bestiarista de los equipos de nuestra región Caribe.

Pero todo tiene su límite y tanta adrenalina terminó por cansar a Villa, que gustoso aceptó la oferta que le hiciera el recién ascendido Chicó en 2004 para instalarse en la «nevera» en donde poco jugó, pero mucho descansó; subió a Monserrate, fue un domingo que no concentró a Guatavita, paseó por la Candelaria y conoció, desde el gramado, un monumento nacional: el estadio Alfonso López de la ciudad universitaria, domicilio ese año del Chicó.

Para el año siguiente, 2005, apareció en la nómina del ahora Boyacá Chicó, más no en la cancha. Con tanto kilometraje a cuestas pedirle que cada ocho días viajara a Tunja era, a todas luces, un irrespeto a su trayectoria.
.