Torneo de las Américas sub23, nuevos hallazgos

Ya en su momento habíamos reseñado ese esperpento que fue el Torneo de las Américas sub23,certamen celebrado en febrero de 1994 que reunió en el país a la élite de la categoría, incluyendo por supuesto a los grandes: Uruguay, Argentina, Brasil y Antioquia.

Pero había muy poco soporte audiovisual, aspecto fundamental para terminar de convencer a los que, con toda la razón, permanecían incrédulos. Por suerte nuestra recién creada unidad de big data dio con este registro de los goles de la final, partido que tuvo todos los ingredientes que los cánones de los partidos contra Uruguay señalan: equitativa repartición de pata, gresca y memorables correteadas.

Bonus track: el debut internacional de Juan Carlos Henao que tuvo que usar el discado directo nacional para comentarlo con su familia en Medellín porque entonces no había todavía celulares en Colombia.

 

Exclusivo: Andre Krul habla de su paso por Colombia

Después de conocer en detalle cómo transcurría la vida del arquero-viajero y emprendedor holandés Andre Krul en Tunja, ahora aparece este video en el que el personaje, ya tan del corazón de la comunidad bestiarista, nos cuenta detalles hasta ahora desconocidos de su travesía.

Oscar Iván Zuluaga y su faceta bestiarista

1) se echa gomina para jugar fútbol.
2) juega con pantalón de sudadera puesto y no es arquero.
3) usa la camiseta vieja de Colombia.
4) usa la camiseta dentro del pantalón de sudadera.
5) le echa Griffin a los tenis antes de jugar.
6) aunque es de derecha, le pega de zurda.
7) no se puede desmarcar de un tipo que juega con bluyín puesto.
8) tiene policía en el fondo de la cancha pero no sale en tanqueta.
9) juega en el parque un picado y organiza rueda de prensa para contar incidencias del partido.
10) es político y juega fútbol -sabemos que eso es imposible-.
11) en el fondo sabe que perder -los comicios- es ganar un poco.

La historia de las monas del álbum referencia “redbrook”

Fotos de @juanmamoralesc

El boom es un hecho. En las calles hay toneladas de basura peores que las de diciembre con los carros recolectores después de que miles de fanáticos empezaran a comprar las láminas del álbum oficial del Mundial de Fútbol. La gente ya empieza a identificar los lugares de intercambio de figuritas y entienden que si quieren llenar el álbum antes que cualquiera deben estar acuartelados en sectores como la 90 con 15, el 2×3 de la 119 con 15 o irse a la ya tradicional esquina de la 19 con 7 para hipotecar la casa a cambio de las monas que aún no han sido pegadas.

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Pero hay avivatos que juegan con la conciencia/inconsciencia de aquellos que, como este grupo de trabajo, optó por no tener casa propia a temprana edad solamente por obtener los cromos de la selección de Irán en 1998. De hecho expertos indicaron que la crisis económica de 1999 en el país se debió al gasto excesivo y a la poca capacidad de ahorro tras comprar esas figuritas.

Y en 1994 algún dueño de una imprenta -de acuerdo al costado de las láminas hay un espacio implicado- también quiso hacer la avionada del siglo. Aprovechó la docilidad de los compradores y el mercado se inundó de monas “chiviadas” que lo único que buscaban eran llenar los vacíos del alma que dejan las casillas sin ocupar de los futbolistas convocados en el álbum.

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Así pues, toda una generación se vio perjudicada por los precarios “caramelos” que desengalanaron las hojas del panini de ocasión. Monas truchas y de mala calidad. Una crisis similar se vivió en 1989 cuando el mismo dueño de imprenta hizo similar treta con los adhesivos de Garbage Pail Kids.

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Este extraño capítulo de la historia de los impresos hasta ahora pudo ser revelado con pruebas. Y el Bestiario del Balón solamente habla con pruebas (antidoping). Fue el capítulo Redbrook/Reebok del álbum de fútbol.

Señores de Adidas: no vean esto

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Existe cierto consenso sobre lo lamentable de la decisión de Adidas de combinar la nueva camiseta amarilla de la selección con una lánguida pantaloneta blanca.

Se ha dicho de todo: que fue sugerencia de Pékerman a quien desde temprana edad el blanco lo ha cautivado, que así lo pidió el presidente Santos necesitado de que la paz tuviera su lugar no solo en la agenda de los grandes temas nacionales sino también en EL traje nacional por excelencia y hasta se ha afirmado que por cuenta de una decisión misteriosa atribuida a la infiltración masónica en la FIFA, esta entidad ha querido imponer la monocromía en los uniformes del Mundial pues existe una civilización -abundante en recursos naturales y, por tal razón, en la mira de Blatter y Cía- ubicada en una isla del Pacífico ya descubierta pero todavía no revelada al gran público donde se verá el torneo de Brasil en blanco y negro.

No importa cuál sea la razón, el caso es que hubo cierto alivio al constatar que el segundo uniforme de los de Pekerman será no solo la roja que con tanta insistencia desde esta y otras tribunas se exigió, sino que la pantaloneta será azul, es decir, habrá contraste, habrá colores fuertes que ponen su granito de arena a la hora de lo de la presencia en el cancha que infunde respeto, asunto crítico sobre todo luego de que llegara  a manos de los DT de Japón, Grecia y Costa de Marfil el video del baile característico de Pablo Armero.

Por eso la importancia de que esta foto de un uniforme en el que el rojo se combina con el blanco (¿identifican al jugador?) correspondiente al Torneo Suramericano sub17 celebrado en Armenia en 1993 y que ganó Colombia, y en el que Ricardo Ciciliano fue elegido como mejor jugador por encima de un tal Ronaldo Nazario de Lima no llegue a ojos de los encargados de las combinaciones cromáticas en la empresa alemana. No les demos ideas. Está en tus manos, colabora.

Primicia mundial: el día que comenzó la «Maldición Pelé»

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Siempre será reconfortante conocer el origen de las cosas. Medios de comunicación como New York Times, Le Monde, TMZ, Esquire y Actualidad Panamericana estuvieron durante años detrás de una imagen que constatara el comienzo de las maldiciones de Pelé sobre los equipos de fútbol que alguna vez quiso cobijar. La Unidad Investigativa del Bestiario del Balón, una de las más avezadas del medio, estuvo indagando sin cesar para adelantársele a todos en este propósito.

Y finalmente tras incesantes esfuerzos apareció la imagen que constata la debilidad de Pelé por hacer pronósticos. En la imagen de la revista francesa «Mondial» de junio de 1985, el Rey deja ver todo su ajuar para la predestinación. El kit Nostradamus contiene una toalla de las que no dejan mota, bola de cristal y abrigo modelo «Rubén Darío Insúa». Con estos tres elementos Pelé se reviste en sus ceremonias con las que determina cuál será el equipo campeón cada vez que se avecina un mundial de fútbol.

Sabemos que este portal destaca enteramente lo que pasa en campos criollos pero el valor de este documento hace que seamos capaces de darnos una licencia periodística.

¡La «chiva» (Cortés) fue nuestra!

Por fin Envigado encuentra su nicho

No nos metamos mentiras: Envigado siempre ha ejercido una poderosa fascinación sobre el gringo. Si lo quieren comprobar, bien puedan constatar las cifras de turistas monos y foráneos que anualmente visitan el municipio en plan de desandar los pasos de uno de sus más famosos y polémicos hijos, el mismo que fuera amo y señor de La Catedral.

No nos metamos mentiras: más de veinte años han transcurrido ya desde que el equipo Naranja llegó a primera división -sí, con una breve interrupción promediando la década pasada- sin que haya logrado formar una copiosa hinchada. Estudios recientes aseguran que bastaría un camión Wuling con platón para movilizar a la totalidad de la parcial envigadeña, es tan escasa su población que la alcaldía ha llegado a considerar la posibilidad de reservar al varón y a la dama más caracterizados y con mejor genética de la misma para garantizar así su preservación hacia el futuro.

Pero tal vez lo anterior no sea necesario pues, para dicha de los dueños del equipo, los dos fenómenos mencionados colisionaron gracias a una inesperada e irrepetible alineación astral. Un grupo de gringos que a buena hora descubrió el noticiero de Teleantioquia notó que Envigado además de locaciones para turismo hipster-undergound contaba también con un equipo de talante alternativo. Fue, como tenía que ser, amor a primera vista.

Ahora viene echar raíces, alimentar este amor objeto de plegarias tipo «no matter you win or you loose that matters me a shit, we are the band of the endurance and we will not abandon». Sería inconcebible que los gringos no se dieran cuenta del potosí que tienen en sus manos.

Y es que tienen numerosos incentivos para sacarle jugo a su nueva pasión: solo es que corra la bola en las redes de la hipsteridad mundial para que una camiseta de Envigado se convierta en un bien incluso más preciado que un saquito de lana adquirido en las rebajas del Tía de 1943 o un monociclo que fuera propiedad de Wes Anderson. Incluso, bien podrían vender en Brooklyn jugo de naranja orgánica edición Envigado FC junto a un librito con diez consejos prácticos para vivir reciclando y en armonía con el planeta escrito por Néider Morantes, el Messi alternativo. Sea lo que sea,  tienen que apurarle, porque corren el riesgo de que pronto ser fanático del equipo del Parque Estadio se  vuelva demasiado mainstream.

La única vez en la vida que Pimentel tuvo la razón

El dueño-conductor-mensajero-presidente-técnico-médico-chef-abogado del Boyacá Chicó Eduardo Pimentel siempre ha hecho pucheros al final de cualquier jornada anodina de fútbol porque supone habitualmente que su equipo no pierde a menos que un árbitro lo robe o lo perjudique. Desde siempre fue así, aunque en la final del torneo apertura del año 2008 sus reclamos cargados de respeto, donaire y buenos modales, realmente tuvieron justificación.

El equipo que está condenado a vivir crisis de identidad profundas por la extraña dualidad de su nombre (Boyacá y Chicó quedan a 150 kilómetros de distancia) sacaba un importante empate en el Pascual Guerrero de Cali ante el América en el primer partido de la final de ese campeonato. El resultado era buenísimo, pero Chicó quiso un poco más. Por eso acudió al baúl del recuerdo y quiso hacerle recordar a Fram Pacheco, recio volante de marca, que él alguna vez había usado la número 10 de Ricardo Bochini cuando estuvo en Independiente de Avellaneda. Justo, en los segundos finales, Pacheco definió una jugada a tres toques con gran maestría, abriendo el pie (para darle al balón y no a los adversarios como es habitual en el buen Fram) y cruzando la pelota al segundo palo de Adrian Berbia.

Era el triunfo soñado, la hazaña del club humilde sobre el poderoso. Pero el árbitro Wilmar Roldán, en una decisión que aún hoy causa extrañeza, pitó el final del juego cuando el volante del equipo boyacense iba a patear a puerta. A pesar de los reclamos airados, el gesto soberbio de Roldán dejó en claro que él era un cultor de la famosa frase de Diego Umaña: «más reversa tiene un jet». Después Roldán se quedó esperando a que lo recogiera la tanqueta para sacarlo del estadio pero le comunicaron por lo bajo que tendría que tomar taxi a la salida del Pascual: ningún hincha iba a agredirlo. Chicó no los tenía en las tribunas. Incluso algunos hinchas americanos, contentos con el inesperado favor, se ofrecieron a llevarlo al aeropuerto e incluso se especuló que por la acción, Wilmar recibiría las llaves de la ciudad.

Chicó fue finalmente campeón por penaltis en el encuentro de vuelta. Por fortuna, porque de lo contrario, Pimentel seguiría reclamado por esa noche en la que el juez central decidió ser el tipo más cumplido del mundo a la hora de marcar el cronómetro con el tiempo exacto que había determinado para la adición.

El reto Mister Blackwell de Uniautónoma en la A: ganarle en fashion style al Sporting

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Como si ganar el torneo de la B fuera fácil, a Uniautónoma le ha tocado pelear hasta lo indecible por lograr algo de identidad propia y arraigo. Cual judío errante, luchó hasta último instante por quedarse en Barranquilla y jugar en el Metropolitano a pesar de que Fuad Char no quería dar su brazo a torcer, majito querido. Antes también debió luchar contra la sombra de Silvia Gette, a quien los jugadores le dedicaron el campeonato de segunda división, siendo los únicos defensores de oficio de la antigua vedette.

Luego, se ilusionaron hasta la médula con la posibilidad de que Giovanni Hernández vistiera su camiseta y hasta de pronto, que le marcara un gol a su antiguo equipo, el Junior. Y cuando El Cole se iba a subir al bus universitario ante tamaña noticia Pedro Sarmiento prefirió no cederlo y dejarlo en el DIM -aunque nadie sabe si el DT lo reconvertirá el marcador de punta por su poco gusto para atacar-.

El panorama pinta complicado teniendo en cuenta que van a tener que luchar contra el promedio. Con esos tres pianos encima se sumó otro: el de ser los ganadores del desafío fashionista barranquillero, reinado que desde 1991 ocupa con sobrados méritos el Sporting, después de que un avezado informante de nuestra unidad investigativa nos cediera esta imagen que nos hace recordar, por el look, una buena mezcla de estilos entre Guardianes de la Bahía y Clase de Beverly Hills.

El más fresco de todos es nuestro inolvidable Miguelito Calero, con pinta playera, acorde al clima, más allá de las medias. El resto del combo está mucho más alineado hacia la tendencia froster.

Ariel Mario Are, apenado de mostrar su ombligo en público, prefirió un jean nevado a la altura de las axilas, con pliegues, mezclado con una calurosa camiseta de azuquita en colores carne referencia Prismacolor y aguamarina. Yosvidas Fuentes, en cambio, no escogió un tiro tan alto de pantalón, aunque siguió la línea decolorada en su denim. Su camiseta, metida dentro del pantalón como mandaban los códigos de comienzos del 90, deja ver un bello esqueleto de lebranche con fondo Bordó.

Roberto Vizcaíno de tupido afro naciente, entendió que el helado clima currambero le daba libertad de abotonarse el último botón de la camisa. Si en algún momento el calor hacía de las suyas, los top siders sin medias serían el refrigerante ideal para la temperatura corporal. Nótese que el cinturón fuertemente amarrado en el último orificio resalta los pliegues del jean froster.

Sin dudas el más arriesgado y atrevido en términos de moda fue Daniel Tilger. También seguidor de los pliegues impuso cuero en la cintura con el cinturón referencia «Emmanuel» y coqueto remangado para asemejar corte pescador en el tubo de la bota. La gorra y la cadena le dan un aire Harlista a su composición, muy pareja en cuanto a paleta de colores.

Uniautónoma está preparado para asumir el desafío: debe inmortalizarse con su fútbol y con la pinta que, de particular, los haga lucir impecables en cualquier gala.