James Mina Camacho y la autodeterminación de su pueblo

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¡Cuán injusto ha sido el fútbol profesional colombiano con James Mina Camacho! Solo porque hace treinta años no se celebraba la innovación como valor supremo, el arquero de Padilla, Cauca,  se ha privado del lugar y reconocimiento  que se merece por su compromiso con romper los viejos moldes del balompié.

Ya habíamos reseñado la manera cómo mediante un metódico y no menos riguroso proceso de investigación, le permitió a sus colegas llenar de colores su oficio y, a partir de esto, mejorar su desempeño.  Ahora encontramos que para 1981, sabedor de la vitrina que era ser el arquero titular de Santa Fe,  decidió luchar, primero, contra la centralización y, segundo, por el reconocimiento de la autonomía territorial para de esta forma mejorar la calidad de vida de sus paisanos estampando en su buzo los nombres de su municipio y de su departamento.

Pero así como en el tema de los buzos fluorescentes sus pinitos iniciales fueron de gran acogida y se formó toda una tendencia con eco hasta nuestros días, en lo de reivindicar su territorio el buen James, es una lástima, no tuvo el mismo suceso. Si acaso «Telembí» Castillo alguna vez pidió una carretera para Barbacoas, no más. Una lástima porque de haber tomado vuelo esta tendencia, las generaciones venideras nos habríamos deleitado con Jairo Suárez luciendo un vistoso «Colina Campestre» en la espalda.