La guerra de las colas, capítulo 2. Las monas de la discordia

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Cortesía imágenes @nomeacuerdo

El álbum de la Copa Mundial Sudáfrica 2010 trajo consigo quiebras insuperables y descalabros de bolsillo similares a los de los dueños de la Enron. La cantidad de láminas, el hecho de que no salieran monas dobles -todo un lujo del que nos privaron-, el innumerable y desperdiciado espacio ocupado por pegatinas con dibujos alusivos al Mundial, hicieron que casi 700 láminas fuera una dura tarea de lograr. Aún más las de una página patrocinada por Coca Cola. Los caramelos solamente se podían obtener con un número de tapas premiadas  que debían ser cambiadas en los camiones de reparto y las tiendas autorizadas.

La redacción del Bestiario tuvo serios problemas para llenar esta sección. Los altos niveles de azúcar detectados en exámenes posteriores a la ingesta de la bebida sin encontrar corcholatas premiadas, la devoción hacia la Big Cola -bestiarista que se respete brinda con ella en vaso plástico verde- y el contrato de exclusividad firmado con anterioridad con Kol Cana, fueron motivos suficientes para cambiar de planes y tratar de completar la colección con otro tipo de láminas.

Fue por eso que desde los archivos X nos enviaron estas dos tarjetas que fueron vendidas hace mucho tiempo con la Pepsi, archirrival de la Coca Cola, en la que se reseñaban los mejores valores del rentado -nunca propio-.

Conseguimos 2. Las del gran «Guigo» Mafla y las de Víctor Aristizábal con pelos y señales de cada uno de ellos.

Si usted quiere completar su álbum de Sudáfrica, imprima estos cromos y péguelos en la sección nombrada. Nos es imposible sugerir algo distinto.