La relación Techo-Mundo Aventura no es la primera

La moda de llamar a la casa de un amigo o a la familia y hacer señas para que lo vean montado en una atracción mecánica de Mundo Aventura mientras se transmite en directo un partido de La Equidad parece una nueva tendencia pero nada más lejano a eso. Aunque muchos tratan de llevar a cabo esa sana costumbre de «mojar cámara» de esta forma, ya hubo pioneros en el asunto. En la inauguración del estadio en el Barrio Timiza de Bogotá, en 1983, se disputó un memorable clásico entre Santa Fe y Millonarios que terminó empatado a un gol.

Y no fueron a jugar nóminas juveniles, como cuando Pelé anduvo en El Campín: por el lado azul estaban Van Tuyne, Vivalda, Germán Morales, Wilmar Cabrera, Carlos Ángel López… Del lado rojo figuraron Mina Camacho, José Alejandro Galván, Grimoldi, Oddine y Gottardi.

Por ese entonces la rueda de Chicago estaba atestada, como las tribunas. Pero algunos intrépidos se animaron a tratar de ser inmortalizados y lo consiguieron. Así como se puede ver perfectamente por TV y en HD la mano estirada de algún parroquiano que anda esquivando el vómito montado en la araña de Mundo Aventura -ese ejercicio suele ser más interesante que observar los partidos de La Equidad-, en la foto también se alcanza a ver a un niño con saco de rombos haciendo los cuernitos de Ronnie James Dio en la canasta azul del lado derecho de la rueda de Chicago.

 

Aviso clasificado: se compran Renault 4 para acabar con la crisis de la Selección Colombia

 

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La Federación Colombiana de Fútbol, pensando en el bien del equipo nacional, está haciendo un llamado a coleccionistas, talleres de mecánica y señoras que adquirieron un Renault 4 en los últimos 40 años, con el fin de comprarlos y así entregarlos a los miembros del equipo actual a manera de bono motivacional.

Un directivo del comité encontró esta vieja publicidad en uno de los rincones de su casa y de inmediato puso a correr a los demás dirigentes para levantarse en el mercado 25 Renaults 4. ¿La consigna? Entregarle a cada uno de nuestros futbolistas uno de esos amigos fieles si se logra la entrada al Mundial brasileño.

Ante la noticia varios jugadores ya están haciendo planes. Pablo Armero lo engallará con el fin de hacer piques en las calles de Udine. David Ospina y James Rodríguez armarán la primera edición del Rally Niza-Oporto y Dayro Moreno le pondrá amplios bafles en el baúl con el fin de recorrer con su música las calles de Tijuana.

Solamente hubo dos malas caras ante la decisión de regalar estos bellos escarabajos: la de Julio Comesaña, quien fue enterado del premio segundos después de presentar renuncia a su cargo y Gustavo Bolívar, que considera al Renault 4 como un carro «común y corriente».

Vasquel y Haziri

Se criticó tanto la Copa América 2001 que Colombia ganó… Largos bigotes de Fina y largos bigotes de Pastrana aparecían en los medios para dar tranquilidad, para decir que un par de bombas –y no Sempertex- no iban a dañar la fiesta del torneo más antiguo de selecciones. La voz que siempre se oía, la frase típica era: “estamos haciendo todo muy bien. No hay fallas de nada”. Parecía  en efecto, no había un solo error, hasta que aparecieron que aparecieron Vasquel y Haziri.

En una edición de álbumes que salieron para tan magno evento y que hoy se consigue a bajos precios en cacharrerías de Chapinero (venden también las monas, para los interesados) cometieron este error. A Edigson Velásquez lo llamaron “Edison Vasquel” y a Foad Maziri, le cambiaron su apellido a un “Haziri” más temerario.

No solamente aparecieron ellos, que no fueron convocados en el equipo campeón: también salían Orlando Ballesteros, Agustín Julio, Jhonier Montaño, Gustavo “Misil” Restrepo, Pedro Portocarrero, Jersson González y ¡Gustavo Del Toro!

Todo parecería indicar que las delegaciones, al ver esta bestiarista convocatoria colombiana y al leer los nombres de Velásquez y Máziri, imaginaron que esta dupla eran dos reggaetoneros destemplados; con estas extrañas apariciones autoadhesivas se dieron cuenta que el torneo no iba a tener mucha seriedad y mandaron lo primero que se encontraron: a Guilherme, Denilson, Fernando Menegazzo y Roger los brasileños, a Mauricio Aros y un Christian Montecinos de 36 años los chilenos, a Tavarelli, Massi y Robles los paraguayos. Los argentinos y canadienses bostezaron y en medio de varias monas repetidas de Héctor Hurtado –otro de nuestros incluidos- decidieron mejor no pegarse semejante viaje.

Colombia al final fue con su mejor arsenal. Ellos jamás se enteraron de ese álbum, al parecer.