Wikibestiario, exclusivo: Lista de periodistas y los equipos de sus afectos

Del nivel de quién mató a Mamatoco o qué pasó con ese sistema de sonido de alta definición que por exiguos tres partidos tuvo el Campín a comienzos de 2000, el color del corazón futbolero de los periodistas siempre fue un misterio casi siempre insond

able.

Eran otros tiempos, aclaremos. Desde que comenzó el fútbol profesional hasta hace muy pocos años los cronistas, en especial los radicados en Bogotá y con alcance nacional, se preciaban de su objetividad, de su fría y objetiva aproximación al objeto de estudio nunca, en teoría, viciada por apasionamientos cegadores.

Aun así, pocos les creían. Quienes somos hinchas nos resistíamos a creer que semejante grado de interés en un tema no tuviera un motorcito emocional. De ahí que abundaran las pollas y especulaciones sobre qué equipo, muy a escondidas, muy en lo más íntimo de su fuero interior trasnochaba a los «popes» de la prensa.

La Unidad Investigativa del Bestiario del balón, siempre tras la pista de los grandes temas futboleros nacionales, desde el día de su creación dedicó dos unidades élite y media (freelance) para esclarecer este misterio. Y valió la pena perserverar. Siete años después llegamos a este documento que, no dudamos, será consumido con voracidad por los fanáticos.

P.D: Tenemos a tres mensajeros acampando en nuestro apartado aéreo a la espera de la anunciada segunda filtración.

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Wikibestiario: cazadores de mitos samarios

Cada vez que un equipo visita Santa Marta busca durante noventa minutos a la llorona que grita en la grandería. El poder del aullido es tan fuerte como la «loca» o el «morrito» que tantos partidos les hicieron ganar al Unión en su hogar. Luego de hacer una inversión millonaria en equipos de alta tecnología de pesquisa -quienes nos vendieron el kokorikóptero fueron aquellos que nos proporcionaron los instrumentos para hacer el hallazgo- la Unidad Investigativa del Bestiario del Balón revela EN EXCLUSIVA la procedencia del sonido que agita las graderías durante 90 minutos y que se asemeja a la alarma de un Renault 4.

Todas aquellas teorías conspirativas que apuntaban a Felipe Nery Franco como dueño de los chillidos, producidos cuando pisaba con sus pies descalzos las hirvientes arenas de las playas en El Rodadero, o a los alaridos de  piedra de Jorge Luis Pinto en el momento que se daba cuenta de que Luis Zuleta no estaba en casa cuando iba a visitarlo en ronda nocturna, han caído hoy como el Muro de Berlín.

El Bestiario, como siempre, está un pedalazo antes que todos.

Wikibestiario: El legado del quinto Beatle

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Hace unos años nuestro espacio aliado El blogotazo sorprendió con la revelación de que el quinto Beatle vive en Bogotá con una cédula en el bolsillo a nombre de David Cañón. Allegado al fútbol, este personaje tuvo a bien iniciar, al son de «I want hold your hand»,  al goleador y ahora burócrata (hasta la fecha desconoce el significado de «A hard day´s night») bogotano Héctor Javier Céspedes en el culto a los muchachos de Liverpool. Eso sí, discreto como siempre ha sido y además autocrítico, en lugar de Lennon o McCartney, Céspedes desde el primer momento tuvo claro que su referente tenía que ser Ringo Starr.

El quinto Beatle.

Wikibestiario: a ver cómo le explican esta a Leoz

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Con el vistobueno de nuestros popes del fútbol y en la flor de la euforia de aquel aciago 1994 circuló el álbum de Max Caimán. Seguramente estaban en el tercer tiempo de uno de tantos partidos contra arrejuntados africanos cuando algún funcionario de mediano perfil les pidió el favor de darle su aprobación final a los contenidos del producto editorial. Una de dos: o no lo leyeron lo que les llevaron por andar pendientes de que llegara el correo de la noche de la época o hacían parte de alguna oscura conspiración para poner fin al reinado de Nicolás Leoz en la Conmebol.

Sólo así se puede explicar que un producto avalado por la Federación y su patrocinador ponga a Nikolai Lios en la categoría de «payaso frustrado», «ex empresario de circo»  recordado por sus «tontos chistes lunáticos». Pero más demente aun, todo esto en una historia en la que el destino de los buenos está en manos de la sabiduría de Pacho Maturana y de la claridad de Antanas Mockus.

Genial aporte de @alvaro_caste

Wikibestiario: la renuncia de Maturana a la constituyente

La piedra angular de cualquier cátedra  de maturanología. No hay, hasta la fecha, documento que mejor lo describa. Comienza por excusarse, argumenta que cuando lo eligieron la asamblea no tenía ni reglamento ni manual de convivencia y da a entender que él nunca se imaginó que tendría que asistir. Luego, da el salto al campo de la aeronáutica, cuando asegura que «para la despresurización de un movimiento que me merece respeto», lo mejor es renunciar, algo que también ayudará a sostener su otrora imagen de «gente honesta, seria y responsable».

Luego se despacha, no se fija en florituras. Agradecido, afirma que la asamblea constituyente «marca un punto de partida para un Maturana mejor».

La respuesta de uno de los presidentes de la Asamblea, Antonio Navarro, no se queda atrás. Recuerda que para muchos colombianos, el buen Pacho es «una especie de diablo». Luego, hace votos para que sea él el elegido por la directiva del Real Madrid para sentarse en el banquillo en la temporada 1991-1992. Habría que revisar el fax «merengue» de esa época pues es muy probable que haya sido la filtración de este documento, y no un trabajo más de la conspiración de todos contra Colombia, el responsable de su frustrada contratación.

Vea aquí el facsímil:

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Valioso aporte de @questaelaitalia

Wikibestiario, exclusivo: «Pacho» en la constituyente

El país celebra 20 años de la constitución de 1991 y al Bestiario del balón, fiel a su compromiso cívico-patriótico, le corresponde desenterrar el aporte que a la carta magna hiciera nuestro representante: Francisco «Pacho» Maturana,  integrante de la  AD-M19 en la Constituyente. Y aquí, una noticia mala y una buena. La mala, que, como era de esperarse, el buen Pacho poco se asomó por el centro de convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada. Su ausentismo alcanzó niveles parlamentarios, a tal punto que cuando fue a cobrar se encontró que tenía que ir con un acudiente para que su cheque no le fuera retenido. Furioso, amenazó con renunciar y cobrar indemnización. Resignado, supo que la única indemnización que recibiría sería sendos autógrafos de Álvaro Gómez, Horacio Serpa y Antonio Navarro. En todo caso lo hizo no sin antes prometerse que sería la primera y última renuncia sin indemnización de su vida. Y damos fé de que lo ha cumplido.

Y ahora sí la buena: con motivo del aniversario de la Asamblea tuvimos acceso a través de un cable que filtraron a nuestra redacción del «checklist» o agenda oculta que cargaba Maturana el día de su posesión. Sobra decir que para bien de la nación, no tuvo éxito con ninguna de sus iniciativas. En palabras suyas, les traemos en exclusiva los colores que tenía listos. Lástima que no alcanzó a pintar su Picasso constitucional.

  • Quitar «Libertad y orden» en el escudo, sugerir «Perder es ganar un poco». Bajar Cóndor, subir «Cole».
  • Declarar patrimonio inmaterial de la nación el achique y lograr que sea materia obligatoria en todas las escuelas de fútbol del país. «Qué va, en todas las escuelas del país»(sugerencia de Hernán).
  • Ver lo de la  oficina de indemnizaciones en Ministerio de Trabajo. Mico: artículo que prohíba renuncias, sólo echadas y siempre con indemnización.
  • CLAVE: extender inmunidad diplomática a técnicos colombianos que dirijan en el exterior.
  • Rango constitucional al derecho a jugar como se vive y a que los técnicos cuenten con vomitorios, de evacuación, pero de su bilis, en cada camerino del país.
  • Que sea obligatorio meter a alguien del proceso en cualquier terna para aspirar a cualquier cargo, darle preferencia a «Misil«.
  • Artículo para que alto de la Línea sea en homenaje a nuestra Línea.
  • Permitir toque-toque siempre y cuando agresor acepte que lo hizo pensando en juego de selección.

Wikibestiario: Entre sábanas, Bolillo y Maturana

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Esta vez el wikibestiario vino con fuente conocida, la biografía del «Bolillo» Gómez escrita por Fabio Poveda en 1998. Y menos mal, porque reproducir un dato de este calibre nos obliga a ceñirnos al manual y dejar en manos del autor del libro -fallecido ya- la responsabilidad del contenido de esta revelación. Y para amortiguar un poco sus efectos, unos datos de contexto: 1) Hernán se refiere a la concentración de la selección Colombia durante el Mundial de Italia 1990. 2) «La Rata» que menciona «Bolillo» no era ni un simpático roedor que hiciera las veces de mascota del entonces asistente de «Pacho», ni tampoco el alias de algún encargado de la seguridad del equipo, aporte de los amigos de Envigado. No. Se refiere al kinesiólogo, John Jairo Restrepo.

La fuente

 

Wikibestiario: Lothar Matthaus por la senda del ligre

Cuando primero llegó el archivo, nuestra unidad de recepción, análisis y clasificación (en liquidación) lo desestimó. «Ahí medio aguanta, es Saulo Hernández tapando con una camiseta manga larga de la selección alemana en el Pereira» fue el dictamen del responsable de recibir la filtración.  La cosa quedó quieta hasta que en un uno de nuestros talleres pedagógicas que se enmarcan en nuestro programa de responsabilidad social nos encontrábamos en plena actividad de repaso y memorización de rostros de futbolistas famosos. Fue entonces cuando la persona a cargo de la dinámica tuvo la epifanía: «yo a este man lo he visto antes», dijo cuando pasó la diapositiva de Lothar Matthaus, «a este vergajo dónde fue que lo vi hace poco», se preguntó.

Varios días duró con la inquietud hasta que por fin, en la ducha,  logró atar el cabo: había sido en la foto del Pereira donde supuestamente Saulo Hernández lucía el uniforme de la selección campeona en Italia’90. Apenas cayó en cuenta gritó: «Ese no es ningún Saulo Hernández, ese es Lothar Matthaus y nos mamó galló». Se citó a comité de crisis y se aportaron las pruebas. No hizo falta mayor argumentación, las imágenes eran contundentes y la conclusión también: Lothar Matthaus vino de incógnito a Pereira y, siguiendo el ejemplo de la vecina Cali, tapó en el Pereira.

Fotografía del astro alemán que se incluyó en el dossier.

La siguiente tarea fue averiguar  por qué diablos «Mateito» Matthaus vino a templar a la Perla del Otún y más en calidad de arquero. Dice la fuente que aceptó hablar para nosotros a cambio de preservar su identidad y de cuatro consejos para la vida del Vágner del amor,  que el volante y luego stopper tenía  una fuerte fijación por los cruces entre felinares, razón que aparentemente lo llevó a visitar al Ligre del Zoológico Matecaña. Al parecer coincidió en su visita con Saulo y su familia, quien, mire usted, también se interesaba por el tema. El golero, germanófilo de vieja data además, lo identificó, vio que se parecían y de una le fue diciendo «viejo Lothar, vos sabés que lo mío es suplentear, este año estoy jodido, me ha tocado casi todo de titular, haceme ahí un 14 y te haces pasar por mi el domingo, luego si querés te invito a conocer Juanchito».  Algo atónito y desatendiendo por un momento al ligre, Matthaus reflexionó para luego aceptar la propuesta, «qué más da, ya entrados en gastos démosle» pensó para sus adentros, en alemán, por supuesto. Luego miró al ligre en busca de aprobación y este asintió.

Al día siguiente saltaba a la cancha del Pascual con el grande Matecaña, pero ocurrió que Saulo no contaba sino con un buzo que justo había mandado lavar el viernes y que no se había alcanzado a secar, ni poniéndolo detrás de la nevera. Esto obligó a Lothar a usar su uniforme de dotación que  cargaba siempre en su equipaje de mano, «por si las moscas». Como habrá de suponer, amigo lector, para evitar quedar en evidencia, ese día el arquero del Pereira no habló. No hubo quien liderara al equipo desde atrás.Intentó con lenguaje de señas, pero nada.  Hebert González, encargado de comunicarse con el supuesto Saulo se quedó un poco más calvo tratando de adivinar que quería este con «¡schaisse!, ¡ligren!». Al terminar el partido, el verdadero Saulo le recibió el uniforme de afán (se lo quedó, por supuesto) y tuvo, ahora sí en castellano, que rendir descargos en el camerino. A Lothar, eufórico y torsidesnudo, se le vio esa noche deambular por Juanchito gritando, botella de aguardiente blanco en la mano, «¡schaisse!, ¡ligren!»

Wikibestiario: Pitufo agradecido

Fue en las eliminatorias a Francia 1998. Después de una primera ronda impecable, Colombia se desinfló. Tenía que ganarle a Ecuador para mantenerse dentro de los clasificados y lo hizo con angustias -no, Giovanni Hernández no estaba en el equipo- sobre el final del partido y con un gol de Anthony «Pitufo De Ávila (sí niños, el mismo, no el abuelo, del que jugó hace poco con América).

Caliente y feliz, el buen «Pitufo» se cruzó a la salida de la cancha con el siempre oportuno micrófono del siempre joven Adolfo. No estaba borracho de licor Anthony, pero sí de gloria y por esto tenía puesto el suero de la verdad. Del corazón le salió el agradecimiento a dos personajes, Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, que para esa época eran mafiosos del Cartel de Cali. Una lástima que el «Pitufo» estaba en el momento equivocado. Hoy, personajes así, serían sólo «polémicos empresarios» y nadie armaría bochinche.