Estas exóticas piezas pertenecen a esa categoría de troncos que, sin razón o motivo aparente, quedaron grabados con hierro caliente en la memoria del hincha.
Llegaron a Millonarios para el segundo semestre de 1995. Pero ojo, no llegaron recomendados por un empresario, o como fruto de la gestión de algún dirigente que había viajado a tierras cariocas en busca de refuerzos. Nada de eso. Una buena mañana de julio llegaron por sus propios medios a probar suerte a la sede deportiva del equipo azul. Al respecto, la leyenda dice que ambos estaban recorriendo América desde la Patagonia hasta Alaska y cuando a mitad de camino se vieron cortos de fondos recordaron que en el colegio habían conformado alguna preselección de fútbol. Estos apuros los motivaron a buscar en las descuadernadas páginas amarillas del hostal en que se hospedaban la dirección de algún club de fútbol de quinta división. No contaban los compadres con que en Colombia no había quinta división, con que en Bogotá a duras penas había dos equipos para ir a probarse y, menos aun, con que en estos dos equipos basta con tener pasaporte de otro color para ganarse por derecho propio un lugar en la titular. Abrieron el directorio y como en orden alfabético Millonarios está primero que Santa Fe, el equipo albiazul salió favorecido. Llamaron, confirmaron la dirección exacta de la sede deportiva y, previa compra de los utensilios necesarios en el Spring Step más cercano al hostal, tomaron el bus que decía “UDCA, Cementerios” que los llevaría a la sede azul. Una vez llegaron, el cuerpo técnico de la época apenas vio los pasaportes de ambos decidió que una prueba futbolística sería una afrenta y acto seguido fueron admitidos en el plantel profesional. El tema económico no representó mayores complicaciones. Cuando el presidente les preguntó a qué aspiraban, ambos coincidieron en que dos meses de hostal, sendos pares de tenis, dos tarjetas telefónicas y una dotación de latas de atún para tres meses sería más que suficiente. Un poco extrañado pero sin sospechar nada, el presidente ordenó tramitar el contrato.
Fue así como de mochileros zarrapastrosos, Arend y CeClein pasaron a ser refuerzos de Millonarios para la temporada 1995. Cuando la revista Millos hizo la acostumb
rada reseña de las caras nuevas para el torneo que comenzaba, ambos aseguraron haber comenzado e las inferiores del Gremio de Porto Alegre. Pudieron haber dicho que en las del Manchester United, igual les hubieran creído.
Sin que ni siquiera ellos mismos se lo pudieran creer, saltaron a la cancha con la azul en un partido contra el Bucaramanga en el Campín que, dato curioso, fue el encargado de inaugurar las transmisiones regulares del fútbol profesional colombiano*. La conjunción de los dos astros que tan buena fortuna les había traído a estos dos aventureros se prolongó unos días más permitiéndole a CeClein (luciendo la no. 15 que sólo semanas antes había lucido el gran Arnoldo Iguarán en su último partido con Millonarios) reportarse en el marcador en ese partido que finalmente terminaría con un insípido 1-1. Pero la suerte no sería sólo para el pelinegro, el “monito” también se haría presente en el marcador con un potente remate fuera del área pocas semanas después en un partido contra el Tolima en Bogotá. Pasó el tiempo y el lugar de los brasileros en la titular fue ocupado por cañoneros de la talla de Héctor Baloyes, Alex Daza y Víctor Medina. Más que satisfechos y agradecidos con la vida , Anderson y CeClein se hicieron a los videos de sus goles y recortaron cuanto registro quedó de su aparición en canchas colombianas para poder documentar a su regreso a casa la que sin duda era la anécdota del paseo. Una vez recolectaron suficiente evidencia, tomaron un Berlinas con destino a Cartagena en donde se embarcarían hacia Panamá. “Pasense por El Salvador, allá fijo también les creen”, fue lo último que les dijo un oscuro empresario, que ya los había incluido en su cuerda, al despedirse de ellos en el tercer puente.
*Este partido fue transmitido a todo el país por ambos canales (UNO y A) cuando estos eran los únicos canales de televisión abierta en el país con cobertura nacional. La transmisión simultánea se debió a que RCN y Caracol, que estrenaban en ese partido los derechos, no habían logrado ponerse de acuerdo sobre cómo se iban a alternar las transmisiones. Esto puede ser la explicación de porque recientes encuestas le dan a Arend y a CeClein un grado de recordación entre la gente superior al de personajes legendarios como el “Tuto” Barrios o el Guri-Guri.
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Buena crónica, aunque no recuerdo a los dos personajes en cuestión. La verdad, me acuerdo mejor hasta de la cara del famoso y misterioso "Tuto Barrios"…
El mejor texto de esta pagina sin duda
Inolvidables paquetes y lìrico comentario.
Estos miserables debutaron en un clásico contra Santa Fe en 1995. Millos ganó 2-1, pero de estos mequetrefes se sabe que estuvieron en la cancha porque figuraban en la planilla; al parecer nadie más los vió ese día en El Campín
JAJAJAJJAJAJAJA ESTA CRONICA HA SIDO SIN DUDA LA MEJOR DE ESTA PAGINA, DEFINITIVAMENTE NUESTRO FUTBOL ES LO MAS MEDIOCRE K HAY PERO ASI NOS REIMOS DE EL HPTA !! JAJAJA PAGA CONSEGUIR ESE PARTIDO GRABADO DONDE AREIND Y CECLEI MARCARON GOL… JJAJAJJAJAJA NO PARO DE REIRMEE
eso solo pasa en Colombia señores
EN EL DEBUT MARCO GOL ZECLEI FUE UN PARTIDO POR TV EL SABADO EN LA TARDE EL VINASCO DECIA ZECLEIA KE SERVIA JAJAJA PENDEJO
Que chimba de Cronica…la verdad yo los recuerdo porque en esa epoca estaba en la escuela de millos y los domingos por la mañana el equipo profesional asistia a la finca,,y esstos dos personajillos estaban alla,,,jeje y los vi por tv contra santafe ….que circo…me rei mucho leyendo esta cronica
Anderson Arend este recuerdo que jugar un montón de partido de fútbol melembro anotó un gol de volea fuera del área en la queestaba pintando una parada después de que