De baja estatura y prominente tórax, su presencia era la de un pichón que recién abandona el nido. Su impresionante saltabilidad que le permitía, no obstante sus 1.65, llegar sin problemas y siempre a tiempo donde “cagan las arañas” lo hizo acreedor al apodo de “el caucho”.
Este chocoano fue de esos arqueros sobre quienes los arcos del Campín ejercían algún tipo de influencia mística que permitía transformar un modesto cuidapalos de equipo de media tabla en la reencarnación de la «araña negra». Su presencia en el arco visitante del Campín era sinónimo no sólo de atajadas magistrales y por consiguiente, de una valla invicta durante los noventa minutos. También era sinónimo de una hinchada inyectada en sangre. Williers, como todos los de su estirpe, era un sensei en el difícil arte de simular lesiones, ganar tiempo y cuidar el cero a como diera lugar sin consideración alguna de los traumas y marcas que este exacerbante proceder dejaba en la psiquis de la parcial local.
El país conoció a Willie
rs a finales de la década de 1990 como suplente del Huila. Poco tiempo después, el país lo padecería como titular inamovible del Huila. Habiéndole dedicado sus mejores años a este modesto equipo, abandonó su nido y emprendió vuelo al sur a comienzos de 2002 con destino al Deportivo Pasto. Después de un intermitente desempeño en las primeras temporadas, Williers finalmente se consolidó en el arco pastuso. Llegó a un punto tan alto su desempeñó que a comienzos de 2004 el América preguntó por él. Lastimosamente, una serie de enredos administrativos truncaron lo que hubiera sido el pico más alto de su carrera. Esta frustrada transferencia sin duda lo marcó; no volvió a ser el mismo. Después de ser suplente de Jaime Brand Gómez en el Pasto durante buena parte de 2004, una nueva frustración truncaría su vuelo cuando a comienzos de este año, pese a ser anunciado como refuerzo, finalmente no aterrizó en el Boyacá Chicó. Se perdió su rastro hasta hace pocos meses cuando apareció súbitamente en el arco del Cúcuta Deportivo, club con el que disputa actualmente los cuadrangulares semifinales del torneo de ascenso. .
Y mire ud: un ejemplo del gran nivel del FPC: Willers, arquero titular del Cucuta Deportivo que ahora va de escolta del Once en este torneo…
¿Qué paso con la "saltabilidad"?