Único sobreviviente de los Molois, Morulas, Ademolas y Agus que llegaron en la década de 1990 traídos por empresarios que aprovechando el boom africano organizaron sendos safaris con el fin de aprovisionarse de jugadores baratos e ignotos. En principio, el negocio parecía perfecto: en lugar de traer un Liberman de dilatadísima trayectoria en las divisiones de ascenso de la AFA y de la AUF que además de no generar mayor entusiasmo haría que sobre él recayeran inmediatamente todo tipo de sospechas y prejuicios, se anunciarían como refuerzos de comienzo de temporada a exóticos ejemplares oriundos de Camerún o Nigeria, sin pasado y envueltos por un morbo que sin duda movería el torniquete. Además, con la ventaja de que para ese entonces existía la creencia generalizada de que todos los camerunenses jugaban al fútbol como Roger Milla.
Volviendo con nuestro homenajeado, Flavié desembarcó en Colombia a finales de 1997 en Barranquilla como refuerzo del Junior. Un rendimiento apenas aceptable, pero superior al mostrado hasta el momento por sus coterráneos prolongó su periplo colombiano gracias al fichaje del que fue objeto por parte del Bucaramanga. En este equipo permanecería por dos temporadas (1998-1999) marcando algunos goles y con un rendimiento marcado por la intermitencia. Haciendo un paréntesis, hay que decir que en algún momento de su incursión en tierras colombianas que no se ha podido precisar, Oyié fue presa del embrujo de la mujer colombiana quitándole la posibilidad de un regreso a su
tierra natal o de un reencauche en la liga salvadoreña. Siguiendo con su trayectoria, después de su paso por la filas canarias vino un breve paso por el Quindío en 2000. Un par de anotaciones fueron suficientes para llamar la atención de los siempre acertados directivos Santafereños que decidieron incluirlo como refuerzo para el 2001. Flavié pudo de esta forma hacer algo de historia al ser el primer africano en militar en los equipos de la capital. Su desempeño no obstante fue un poco menos que lamentable saliendo del equipo a los pocos meses encabezando una de las tradicionales “podas” que suelen tener lugar en el equipo cardenal cuando las cosas no marchan bien. El destino lo llevó de regreso a casa al Bucaramanga para el segundo semestre de 2001 en donde logró reivindicar parcialmente su maltrecha imagen. Gracias a esto, el Pasto se fijó en el para el 2002. Su paso por el equipo pastuso le sirvió apenas para que al año siguiente el Patriotas de Boyacá se fijara en él permitiéndole hacer un poco más de historia al ser el primer africano en militar en el “gran ascenso” colombiano. De las llanuras africanas al altiplano cundiboyacense, Oyié logró encontrar una línea de rendimiento bastante aceptable en su paso por el equipo de don Miguel Ángel. Sin embargo, fiel a su espíritu nómada, Oyié prefirió buscar para el año siguiente algo un poco más cercano a su lugar de origen y se instaló en la cálida Villavicencio para jugar en 2004 con Centauros. Este paso por el estrafalario conjunto es el último registro que se tiene de la trayectoria de un jugador que mal que bien, supo como hacer historia en el rentado colombiano.
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Como decimos los paisas, "Qué pecao…!" traer a ese pobre man que no sabía hablar, y de jugar pocón pocón. En la radio solía decir: "Mí está mui conthentou.."
Oyie vive aùn en Bucaramanga, viene a navegar en los internet de barrio El Porvenir; es muy bruto, nisiquiera sabe usar el block de notas ni hacer doble click.
Habla igual de chistoso que cuando llegò.
Aparenta ser buena persona, eso sì.
Saludos.
El "negro" lo vi jugando en el octogonal de la marte (es como el torneo del olaya pero de mas baja ralea) su equipo era el copetran (el mismo de los buses)..
Eso si,, el mejor africano que ha pisado tierra Colombiana
EN MI OPINION PERSONAL; FLAVIE EN CENTAUROS FUISTES IDOLO Y UN GRANDE, QUIEN OLVIDARA ESE 2004 CUANDO CON BLAS PEREZ ERAN PAREJA INCOMPARABLE.
FLAVIE VIVE EN EL CORAZON DEL HINCHA LLANERO, PORQUE EN CENTAUROS LA SEMILLA QUE DEJO FUE GRANDE.
FLAVIE ETERNO