Las cosas que se le ocurren a nuestros directivos. Entre pentagonales regionales, bonificaciones retroactivas de 0.34 (al cuadrado) y triangulares fantasma brilla con luz propia una innovación introducida a mediados de 1997: prohibir los empates.
Sí. Tal como lo lee. La medida, que consistía en otorgar un punto extra mediante una definición desde los doce pasos en caso de empate (algo del nivel de mandar agrandar los arcos u obligar a que a los centrales de cada equipo se les aplicara vick vaporub en los ojos antes de saltar a la cancha), tenía, como todas las ideas originales de nuestros directivos, su pasado en Argentina, donde demostró con lujo de detalles sus falencias. Pero esto, como siempre, no fue tenido en cuenta. Se argumentó en su momento que con ella «se obligaría a los equipos a ser más ofensivos y si no, pues ahí estaba la emoción palpitante de la lotería de los cobros desde los doce pasos». No les importó que con ella se creara un boquete no sólo en la reglamentación, sino en la vivencia misma del deporte pues además de los tradicionales ganadores y perdedores habría una zona gris con medioganadores y seudoperdedores.
La veda se aprobó a pupitrazo limpio acompañado de, dicen, vaya uno a saber, sendos disparos al aire, ¡taz!, ¡taz!, ¡taz! y entró en vigencia en el marco de otro adefesio normativo: el torneo adecuación 1997. Recordemos que para 1995, y con la excusa de «sintonizarnos con las grandes ligas europeas», el campeonato colombiano dejó de jugarse de febrero a diciembre para pasar a ser disputado de agosto a junio. El invento sólo duró una temporada (95/96). Para finales de 1996 la Dimayor echó reversa y decidió volver al anterior calendario, «porque estaba más a tono con la idiosincrasia del pueblo colombiano acostumbrado a acompañar la novena de aguinaldos con octogonal». Esto hizo que en el segundo semestre de 1997 se disputara un curioso torneo llamado «adecuación», cuyo ganador (Bucaramanga, a la postre) disputaría una gran hipermegafinal contra el campeón del torneo 96/97 (América de Cali).
Importante decir que esta es la hora en que no se sabe con certeza si la noticia de esta genialidad llegó a oidos de la sacrosanta International Board. Fuentes que se negaron a revelar su nombre sostienen que el encargado en esa época de informar a la IB de esperpentos como este era, adivinen, el siempre carismático Jack Warner. Otras versiones hablan de una comisión de caducos delegados británicos que para esos días instalaron su cambuche en el bar del hotel Capilla del Mar.
También hay que señalar que la prohibición, como todas, tuvo damificados. Las más afectadas fueron las madres de los aficionados que, acostumbradas a preguntar, no con auténtico interés, sino como gesto de maternal afecto «¿Y cuánto quedaron?» al regresar su retoño del estadio, debían enfrentarse a un desconcertante: «no mamá, ni ganamos ni perdimos, otro día sacamos una tarde y te explico».
Ahora, también hubo beneficiados. Y entre ellos se destaca uno: Héctor Walter Burguez, el arquero uruguayo que había llegado a Millonarios justo para cuando se estrenó la medida, se cansó de darle «punticos» extra el equipo entonces dirigido por «Diemo» Umaña cuando este todavía era Diego. Lo aportado por el uruguayo dejó a su equipo muy cerca de la final, instancia de la que fue apeado tras una extraña goleada 0-4 que el Bucaramanga le propinó al Junior en el hasta ese momento inexpugnable Metropolitano. Se trató de un episodio tan oscuro como la derrota de local de Millonarios en ese mismo torneo contra Unicosta, resultado que mandó al Pereira a la B y a un cura a proferir una maldición contra los azules que si bien en su momento no fue tomada en serio, hoy es motivo de investigación y , sobre todo, de preocupación.
La medida tuvo, seamos justos, su lado bueno. Produjo electrizantes definiciones como la de aquel 8 de mayo de 1998 en que Huila medioderrotó a Tolima 10-9 después de empatar 2-2. También le dio a muchos futbolistas de equipos de media tabla para abajo sin posibilidades de llegar a una copa Libertadores o a una Conmebol, una vivencia que de otra forma nunca experimentarían. El gremio de los matemáticos también aplaudió la innovación pues a ellos tuvieron que recurrir los equipos para hacerse a una idea, así fuera parcial, de su ubicación en la tabla .
Finalmente el sentido común triunfó y a finales de 1998 se desmontó la prohibición. Como siempre, no estamos en condiciones de garantizar que no habrá un nuevo intento por implementarla. De algo sí estamos seguros y es que jamás se les ocurrirá prohibir el del cobro de tiros de esquina en corto o el tradicional cambio de frente bogotano.
Recuerdo la época y el no haber visto al Deportivo Pereira ganar uno solo de los puntos extra que disputó en todos los partidos que presencie [los cuales, todos, sin falta, empató].
Ahora, si bien esta «prohibición del empate» tiene todos los colores y matices de una idea colombianísima, en realidad está lejos de serlo; al final de los 80 se implementó por primera vez en Hungría y Yugoslavia, posteriormente la adoptarían en Argentina [torneo 88/89] y en la MLS. La idea llegaría acá con 10 años de delay.
Eso también coincidió con la implementación en la siempre exigente MLS de los desempates con los penalties- no- penalties, en los que el ejecutor arrancaba desde un poco más atrás de la media luna y el arquero se podía mover.
A mi entre tan Bestiarisima idea me trae buenos recuerdos, fueron los primeros partidos que presencié en el Coloso de la 57, de hecho el primer partido al que asistí un MILLOS vs nal terminó 1-1 goles de Pony Maturana y de morantes pa los verdes. En los penales creo que fue la única vez que perdimos en los penales que presencié, recuerdo también algún clásico de ese año Burguez tapo 2 penales y ganamos, GRANDE EL URUGUAYO, nos dio varios puntos extra en esos penales, para mi edad en la época si resulta emocionante una definición por penales jajaja
Ahora que SCU lo menciona, yo estaba en el estadio el campín viendo como a Millos le hizo falta un gol (se le ganó al Tulua 4-1) para meterse a esa bestiarísima final del torneo adecuación. Para variar, el «Gato» Pérez, una vez más hizo gala de lo arrugado que es y con el pecho congeladísimo -no propiamente por el frío capitalino- salió del estadio con no menos de cinco oportunidades de gol dilapidadas a bocajarro. Peluffo, el técnico del Bucaramanga, sin sonrrojarse, dijo que a él le parecía normal que su equipo le metiera 4 al Junior.
Recuerdo que yo hacía fuerza para que los partidos quedaran empatados para ver la tanda de cobros al final. Además uno de los argumentos para implementar este tipo de definición es que con estos fogueos, los equipos criollos ganarían cualquier definición ante un equipo extranjero, ya que en poco tiempo se alcanzaría la eficacia alemana en este tipo de definiciones.
También recuerdo lo que dice Nedved sobre los desempates en la liga de Estados Unidos, daban 6 segundos al jugador para hacer gol. Eso me parecía mas que bestiarista.
Yo vi en diciembre de 1998 un partido entre Millonarios y América que, tras un aguacero fortísimo, concluyó 1-1 (el gol del Rojo lo anotó Jairo Fernando Castillo Cortés). La serie de ‘tiros libres desde el punto penal’ (cortesía de Carlos Antonio Vélez, quien se opone rotundamente a la designación ‘definición por penales’) favoreció aquella noche a los azules, sin embargo tal resultado no ayudaba en nada a ninguno de los oponentes porque en otro partido de ese grupo el Cali quedó como el primer opcionado para llegar a la final de ese año. El Tiempo tituló al día siguiente: «Millos y América se hicieron el hara-kiri».
Del torneo Adecuación también quiero decir que fue un gran robo en contra del América. Nuestros avezados dirigentes de la Dimayor, en su afán de enmendar el tal vez adefesio más grande del balompié criollo, determinaron que después de año y medio solamente se entregaría una estrella y no dos, sin embargo en 1997 hubo dos equipos descendidos. Si al Junior en 1995 le dieron una estrella después del cabeza a cabeza con el América durante seis meses, en 1997 el Rojo debió sumar dos títulos y no uno como sucedió (y si así hubiera pasado, hoy día serían 14 estrellas). En la última jornada del torneo 1995-1996 y tras vencer al Cali 0-3, el Diablo solamente obtuvo cupo a Copa 1998, pero en realidad debió dar la vuelta olímpica, la cual tuvo que postergar seis meses más ante el Bucaramanga. En fin, esas cosas sólo pasan en Colombia.
sera que pasa lo mismo para el año entrate con la norma de solo 23 incritos para el toreno, diemo umaña ya riposto «mierda, en este pais siempre hacen todo al reves «
Para ese año Nacional había contratado a Miguel Calero, quien nos daba garantía de ganar mucho puntos adicionales con ese desempate. Ese año tuvo detalles bastante atípicos, como los desempates, el accidente del bus de Nacional, el gran Once Caldas de Javier Álvarez, que luego fue goleado y humillado por el Cali. A propósito, en esa final no contaba el gol diferencia.
Finalmente le doy la razón a don diablo americano. Lo que hicieron con el América fue una gran canallada. Recuerdo que el América terminó casi con 120 puntos después de esa temporada de año y medio.
En la epoca del 97 no fue acaso cuando el América estuvo en los mejores 4 del mundo, segun la IFFHS, don diablo?
Fue en 1996 cuando el Rojo figuró segundo del mundo en dicho escalafón detrás del Juventus italiano. En ese mismo año el equipo impuso la marca de los 14 partidos con triunfos consecutivos y que terminó en diciembre en un clásico ante el Cali, en el cual Jersson Amur González sufrió un problema cardiaco. Dicha marca sigue vigente en Colombia por parte de los dos equipos de la Sultana; pero no estoy seguro si la mundial, en ese entonces en poder del Nacional uruguayo con 20 victorias seguidas, aún siga sin ser superada (lo digo porque aparentemente el Inter italiano hace unos pocos años estaba cerca de batirla). Si alguien sabe, que por favor me confirme ese dato.
En 2000 el América fue décimo en esa misma clasificación, y hasta el presente es el equipo colombiano con mejor figuración, aparece en el puesto 37 en el escalafón de todos los tiempos de la IFFHS, desde 1991 hasta 2009.
Diablo Americano tiene toda la razòn en lo de 1996/1997
Esos Bizarros años transcurrieron asì..
1995: Maratònico torneo de todos contra todos a ida y vuelta en seis meses!!! Ganò al Final el Junior del Piscis Restrepo con Valenciano, Pazo, Mèndez, El Pibe Valderrama, Alan Valderrama, Mackenzie, Pacheco y el Chileno Montecinos entre otros en un gran mano a mano ante el segundo Amèrica de Umaña (el primero habìa sido el del 1er semestre del 92 que nos llevò hasta la fatìdica semi de libertadores ante Newells, la de los 27 penales…)…ese Amèrica tenìa entre otros a Eber Alejandro Moas, Oscar Còrdoba, Jorge Bermùdez,Nestor Villareal, Alex Escobar, Anthony de Avila y El Diablo Etchevery y perdiò el campeonato en el 3-2 en Barranquilla aquella noche en que J.J Toro convalidò 2 goles de Valenciano en fuera del lugar y en la que el diablo Etcheverry por poco le hace un gol de viveza a Pazo al sacàrsela con la cabeza cuando èste se preparaba a sacar…Ese torneo significò la 4ta estrella para los tiburones…
Para la historia bestiarista quedarà el ridìculo nombre de dicho torneo («Adecuaciòn»)
1995/1996
En el unico torneo Junio-Junio de la historia del FPC, el Cali sacò mas de 20 puntos de ventaja en la reclasificaciòn ante el 2do y se clasificò a la libertadores casi tres meses antes de que terminara el torneo pero igual debiò esperar (y sufrir mas de lo esperado) a la ultima fecha del cuadrangular final cuando el 0-0 en el clàsico ante la Mecha le diò la esperada 6ta estrella despuès de 22 años dejando solo para las estadìsticas el 2-0 de Millos antes Nacional en el atanasio (Marcio Cruz ambos) y para la historia el gesto de «estàs apretando el orto» del Ferry Zambrano a la hinchada azucarera cuando Calero le atajò un remate que iba para gol (El propio ferry en Cali años despuès en partidos de «rodillones» en el Ingenio confesò no haberle dado con tanta fuerza a ese balòn por el miedo de la reacciòn del pùblico en caso de que el balòn hubiera entrado «nos hubiera tocado salir directo al camerino» dijo).
Ese equipo era dirigido por el cèlebre «Pecoso» Castro y contaba , entre otros, con Miguel Calero, El Chaca Palacios, «Orejitas» Pèrez, Manuel Valencia, Marrero, Arley Betacourt , Victor Bonilla, Guigo Mafla y Hamilton Ricard…
1996/1997
America, emulando la campaña anterior de su rival de patio, cabalgò el torneo de punta a punta y llegò sòlido al cuadrangular final en el que enfrentò a Deportes Tolima, Nacional y Deportivo Cali…Anecdotas de ese cuandrangular: el 1 a 1 en el primer clàsico jugando con 9 y empatando con gol de «La Avispa» Angulo en el 2do minuto de descuento, el 4-0 ante Nacional en el pascual que a los 15 minutos del 1er tiempo ya iba 3-0 y el sufrimiento en la ultima fecha no tanto por el partido en el pascual (3-0 al Deportivo Cali) sino porque necesitabamos que Tolima al menos no ganara y terminò perdiendo 1-0 ante Nacional gol del Chicho Serna (Barbat perdiò un penal para los pijaos).
Final de los dos partidos, America ganador de ese torneo, mas no obtuvo estrella…los insignes directivos del ente màximo del FPC habiàn decidido cancelar su genial ocurrencia de torneos Junio-Junio y a los diablos rojos sòlo se les premiò con el cupo a copa del 98 y el pase a la finalìsima que se jugarìa en diciembre de ese año ante el ganador del esperpento llamado:
1997-Torneo «Nivelaciòn»:
Como los brillantes directivos de la Dimayor se dieron cuenta de que aquello de «aprovechar el receso de Europa para jugar amistosos allà y venderles jugadores» era un embole total y que al colombiano «le gusta combinar las finales con el buñuelo y la natilla de diciembre» decidieron entonces readaptar el calendario de la copa mustang y crearon un (otro) adefesio llamado torneo «Nivelaciòn».
Consistiò en un torneo Junio a Diciembre que se jugo primero a dos fechas ida y vuelta, luego cuadrangulares con los 8 primeros y luego final ida y vuelta con los ganadores de cada grupo.
A esa final (para quien escribe, la mas bestiarista de la historia)llegaron Atletico Bucaramanga y Deportes Quindìo.
Los Leopardos ganaron el primer match en el Alfonso Lopez por 2 a 1 (Gustavo Restrepo-Penal- y Orlando Ballesteros para los bucaros, para Quindìo Miguel Marrero tambièn de penal), en la vuelta ganaban los cuyabros por 1 a 0 (Otra vez Penal, otra vez Marrero) y se estaban clasificando (por la ventaja del «gol visitante» que en esa final por primera y ùnica vez se tuvo en cuenta) pero en la reposiciòn Orlando Ballesteros anotò de rebote despuès de un cabezazo de Montañez que rechazò a medias Darìo Aguirre y le diò a los dirigidos por Carlos Mario Hoyos el pase a la final y Oscar Hector Quintabani tendrìa que esperar 9 años mas para ser campeòn.
Como dato anecdotico y re-bestiarista, el reglamento obligò a que se patearan penales pues , asì el clasificado a la final ya estuviera definido, el partido habìa culminado 1 a 1 y no se permitìan empates…(Si alguien tiene algo mas bestiarista que los penales de aquel dìa en el Centenario que por favor lo muestre…)
Asì por primera ,y hasta ahora unica vez, llegaban a la final los canarios que ademàs del «El Misil» y «El Fantasma» contaban con, entre otros, «Chepe» Castañeda en el arco, Miguel Montañez y Manuel Galarcio en defensa, John Alex Rodrìguez, «Cheo» Romero , Lucio España-R.I.P-, Freddy Guiràn y el argento Marcelo Ibañez.
La finalìsima no presentò mayores apuros para los diablos rojos quienes se impusieron en el Alfonso Lopez 1 a 0 («Tigre» Castillo) y 2 a 0 en el pascual («Tren» Valencia) y bordaron la 9na estrella en el escudo.
Para la historia la formaciòn de aquel 21 de diciembre de 1997 dirigida por otro «personaje» del FPC Luis Augusto el «Chiqui» Garcìa:
-Diego Gomez, Foad Maziri, Carlos F. Asprilla, Wilmer Ortegòn, James «El Guama» Cardona, Carlos Gutièrrez, Arley Dinas, Javier Ferreira, Franky Oviedo, Adolfo «El Tren» Valencia, y Leonardo Fabio Moreno.
Otros integrantes de ese equipo fueron Juliàn Tèllez, William Zapata, Gerson Gonzalez y Jairo Castillo (expulsado en la ida, no jugò la vuelta y por ende este servidor pudo verlo en Juanchito mas concretamente en la discoteca Baracoa el viernes 19 de diciembre o sea 48 horas antes del partido final,bailando muy alegremente quizàs celebrando por anticipado el inminente tìtulo).
Hasta Junio 97 jugaron Oscar Còrdoba (quien marchaba para su mejor època en Boca) Wilmer Cabrera que viajò a un paso poco brillante por Independiente y el Pipa de Avila que se uniò al Barcelona de Ecuador donde desafortudamente perderìa otra final de Copa Libertadores ante el Vasco da Gama y se convertirìa en el unico jugador Colombiano en anotar goles en dos finales de copa libertadores y en uno de los unicos dos-junto al chicho Serna- en jugar dos finales para dos equipos diferentes, bueno en realidad 3 finales , Nacional 95 y Boca 00 y 01.
Para el 98 la cosas volvieron a la «normalidad» y asì (en ese orden) Deportivo Cali, Atletico Nacional y America en dos ocasiones se alzaron con los ultimos (hasta ahora ) 4 campeonatos de un año de duraciòn en Colombia…los diablos rojos tuvieron el honor de ser los ultimos campeones de torneos largos: 2001 ante Medellin, 1-0 -Juliàn Vasquez- en Medellìn y 2-0 -Juliàn Vasquez y Guigo Mafla- y los primeros en torneos cortos: Apertura 2002 ante Nacional 2-1 en Cali (Tigre Castillo 2 y Champeta Velasquez) y 1-0 en Medellìn (Tigre Castillo). Ademàs ganaron tambièn la ultima final de mas de 2 equipos (2000 Cuadrangular con Junior, Santa Fe y Tolima).
El gran dominador de los torneos cortos sin lugar a dudas fue Atlètico Nacional que disputò , hasta ahora, seis finales perdiendo 3 (Apertura 2002 ante America, Apertura y Clausura 2004 ante Medellin y Junior) y ganando 3 (Apertura 2005 ante Santa Fè y los dos torneos de 2007 ante Huila y La Equidad), aunque lo mas destacado para mi de estos torneos ha sido que le ha permitido a equipos chicos como Huila, La Equidad y Real Cartagena acceder a finales e incluso ganarlas como Chicò, Pasto, Cùcuta y Tolima.
Betomessa, algo no me quedó claro: si en el partido de vuelta de 1997 entre Quindío y Bucaramanga, que finalizó 1-1, ya estaba definido el finalista, ¿les obligaron a serie de penales? ¿Entonces el Quindío pudo haber dejado fuera al Leopardo incluso perdiendo en el marcador global?
Aun ganando los penales el Quindío, al Bucaramanga le alcanzaba para pasar, pero igual tramitaron la tanda porque «así lo decía el reglamento» (república santanderista, al fin). Recuerdo que en la transmisión de TV ya habían bajado la cámara a la cancha y el Bucaramanga celebrando y tuvieron que suspender la fiesta para cobrar los penales.
Señores del Bestiario, de que manera hay que decirles, que aunque insistan en posar de «muy objetivos», no es comparable de ninguna forma lo de Pereira y Unicosta con lo de Bucaramanga y Junior.
PEREIRA DEPENDIA DE SI MISMO Y JUGABA DE LOCAL ANTE EL CALDAS. NO FUE CAPAZ Y POR ESO SE FUE A LA B, NO PORQUE MILLOS GANARA O PERDIERA, DEJEN DE METER ESE CUENTO EN CADA POST, QUE NO FUE CIERTO, LA CULPA FUE DE PEREIRA QUE DEPENDIA DE SI MISMO Y JUGABA DE LOCAL. Asi o mas clarito?
Un personaje del hampa bogotana, conocido por ser hermano de un popular comentarista deportivo, apodado por algunos «Palabra de Dios»(el periodista), habla perfecto inglés y francés y quien gusta principalmente de dedicarse al «mecheo» (robo de ropa) para conseguir corbatas y así camuflarse y hacer sus triquiñuelas como la que sigue: con una corbata Pierre Cardin chiviada mecheada en San Victorino , se dirigió a la sede de concentración de Millonarios y abordó a Héctor Burguez haciéndose pasar por uruguayo, le inventa que en Colombia lo había perdido todo y Burguez compasivo le da una suma no despreciable de dinero, la cual se esfumó en algunas horas en el Cartucho. La misma jugarreta se la hace a Leonel Rocco cuando su equipo jugó en Bogotá. Hay que saber fingir ser uruguayo ante uruguayos reales! Finalmente hace lo mismo en la Embajada de Uruguay, llevándose computadores y celulares, pero ésta vez no le resultó del todo bien. Burguez y Rocco, impresionados con la «malicia indígena» colombiana, que nada tiene que envidiarle a la rioplatense, en verdad os digo.
jotagé gomezó