Su destino estaba marcado para hacer goles y goles con la camiseta VERDE Y BLANCA, con ninguna otra. Pero este hombre, apodado el Jabalí, nunca vistió el uniforme de Nacional.
Carlos Humberto Rodríguez es uno de los muchos productos de la prensa antioqueña, que todavía sin despuntar en el profesionalismo, ya era uno de los mejores hombres en los clubes paisas. Nacido en el barrio Castilla, cuna de René Higuita y sede de la cancha El Maracanazo, el Jabalí creció haciendo goles como brasileño. Fue goleador de una selección juvenil antioqueña, donde compartía equipo con Daniel Vélez y Carlos Ignacio Canacho Vélez, dos glorias de los peladeros paisas. Los goles con la VERDE Y BLANCA de Antioquia le valieron el paso al Poderoso DIM.
Allí debutó el 14 de julio de 1992, en un partido amistoso frente a la Selección Colombia Preolímpica, aquella que fracasó en los Juegos de Barcelona (Récord Guinnes de fracasados en una cancha). Al minuto 25 entró y 30 minutos después, en la segunda mitad, el Jabalí tiró un centro con tan buena suerte que se le coló a Miguel Calero para el mejor gol de la noche. «Un futuro promisorio», auguró el periódico El Mundo. «El mejor de la noche», sentenció El Colombiano. Le cayó la sal.
En el mismo año, Carlos Humberto sólo jugó nueve partidos más, cinco como titular, con un sólo gol anotado, frente al Pereira. Se acabó la temporada, el DIM no hizo nada y llegó, para el 2003, Luis Augusto Chiqui García, con un resultado más que predecible.
El «Chiqui» se deshizo de todos los jóvenes y trajo a sus «juveniles» Rubén Darío Hernández, Óscar Juárez, Carlos Gambeta Estrada, y como no, a su hijo Luis Alberto, todavía un pipiolo.
Al Jabalí sólo le quedó perderse en el bosque del fútbol aficionado, para volver a despuntar en 1995 con la VERDE Y BLANCA, pero no de Nacional ni de Cali… ni siquiera del Quindío… fue del fabuloso Deportivo Antioquia.
En el verde se desquitó y fue el goleador del equipo, que no descendió, pues no había otra categoría más abajo. El Jabalí volvió al Maracaná, pero de Castilla, a seguir con los rodillones.
El mundo del fútbol ya tenía a su «Pantera» Tréllez, a su «Tigre» Gareca, a su «León» Villa, del verde. No necesitaba de un «jabalí»… Hoy se desconoce de su paradero..
Súmenle una a esta belleza: en el 93 descendió con el Tolima.
se dice q esta robando en centro america
Valga la claridad de que la mensionada cancha ubicada en el barrio Castilla de Medellín se llama "La Maracana", no como se mensiona en el articulo "El Maracanazo", y lleva este nombre haciendo alusión al mitico estadio brasileño y anteponiendo "la" por ser cancha, femenino.
Felicitaciones por sus articulos muy entretenidos y divertidos.
esta en castilla, sigue jugando futbol pero no en equipos profesionales, ahhh y jugando con los sentimientos de las mujeres.
Castilla La Nueva???