Cara despistada y sin la atención que hoy los medios posan sobre su figura, llegó Lionel Messi al Puente Aéreo en 2005. Era una de las armas secretas de Argentina para el Sudamericano de ese año ganado por Colombia. Mientras que el crack desconocido podía, sin temor a encarar avalanchas de fans, comprarse unas galletas de café -¿por qué en los aeropuertos colombianos solo se consiguen galletas de café?-, consumir un «cochinito silbando» en el segundo piso y hasta darse tiempo para mirar algunas artesanías en locales cercanos, otros compañeros de su selección sí eran muy asediados, como Pablo Zabaleta o Nery Cardozo. Messi era uno más. El video lo prueba. Mientras Paulo César Cortés -el hombre que se pilló el detalle de que Messi era crack y fue directo a buscarlo a él- le hace la entrevista, cientos de personas pasan a su lado sin prestarle atención, como si se tratara del más mortal de los mortales.
Ese mortal regresó, ya enfundado en otra careta: la de Highlander futbolístico, la de ser el mejor jugador del mundo. Habrá que recurrir a Paulo César para que lo detenga en inmigración y no lo deje jugar el martes contra Colombia.
Como hacen para conseguir estos videos, estoy gratamente impresionado. Felicidades por el blog