A mediados de 1991, el extinto Sporting de Barranquilla visitó a Millonarios en el Campín. Más allá del resultado, 3-0 a favor del local, nos interesa saber que su arquero titular, Lisandro Bello, se levantó ese día con el pie izquierdo. En la cancha fue un solo popurrí de errores, entre los que se destaca el haber concedido un tiro libre indirecto a favor de los azules luego de tomar el balón con las manos por segunda vez cuando recién se estrenaba esta prohibición. Tan mal andaba que, cosa poco común, para el segundo tiempo fue reemplazado. Entonces entró a la cancha un imberbe caleño inscrito en la planilla como Farid Mondragón. No era el abuelo, tampoco el padre. Ni un homónimo que existió décadas atrás y se dedicó a lo mismo. Es el que ustedes están pensando. En el Bestiario del balón, siempre preocupados por traer la noticia, pero sobre todo su contexto quisimos recordar cómo era el planeta por esos días:
-El salario mínimo en Colombia era de 51.720 pesos.
-Hacía apenas tres semanas que la constitución de 1886 había sido sepultada.
-Estaban en cartelera: «Colmillo blanco», «León, peleador sin ley» y «Scanners II, el nuevo orden».
-En los hogares se le pedía a los niños no adelantar y atrasar los casetes con el Betamax porque se gastaban las cabezas y más bien utilizar el «Ginga», dispositivo creado para tal fin.
– «Sombra de tu sombra» era la novela del «prime time» y estaban en pleno furor «Te quiero pecas» y «Romeo y buseta«.
-Faltaban tres años para la llegada de los primeros celulares. La gente se escribía cartas y telegramas.
-El Reinado todavía paralizaba al país así como estábamos convencidos de que Miss Universo le importaba a todo el planeta tanto como el Mundial de fútbol.
-Aunque ya pasaba aceite, existía la Unión Soviética.
-Todavía el país no sabía quién era Daniela Franco. Repetimos: nadie conocí a Daniela Franco quien, en consecuencia, tenía su cuenta de maridos en ceros.
-Las hinchadas compartían tribunas.
-Las llamadas de larga distancia eran breves -«porque costaban un ojo de la cara»- y gritando.
-Simón Gaviria recién terminaba cuarto de primaria.
-Estefan Medina era apenas un anhelo a futuro de sus padres. Nacería un año después.
-Ayrton Senna en su McLaren Honda dominaba la Fórmula Uno.
-Lucho Herrera y Fabio Parra seguían activos en las carreteras de Europa. El de Fusagasugá acababa de ganar su segunda Dauphiné Liberé.
-Juan Pablo Montoya deslumbraba en los karts y preparaba su debut en la fórmula Renault-Tortugas de 1992 que tendría como escenario el Autódromo de Tocancipá.
-La línea T de El Tiempo era un proyecto aún no viable por muy futurista.
-Los trolebuses todavía recorrían las calles bogotanas.
-Todas las fuerzas vivas de la nación celebraban la llegada de Pacho Maturana al banquillo del Real Madrid.
-«Crispeta» se coronaba rey nacional de la trova.
-Hugo Chávez era un ignoto coronel comandante del Batallón de Paracaidistas Coronel Antonio Nicolás Briceño de Maracay.
-Rafael Orozco y Juancho Rois deleitaban a su público con sus mejores temas y acordes.
Y el «Zurdo» López sonaba como reemplazo de Julio Comesaña en el Júnior.
Apenas debutaba y ahora, más específicamente veintitrés años después (me refiero a 2014), podría entrar a la historia de la Copa del Mundo como el jugador más veterano en actuar en dicho torneo. Reitero: actuar. Para lograr esa marca tiene que jugar, así sea un minuto, no basta con que lo inscriban en la planilla y que caliente banca como en la eliminatoria.