He was a very happy press room… and the water

La imagen borrosa se debió a que encargados de la FIFA quisieron que el cronista no tomara imágenes de la inundada sala de prensa del Estadio El Campín durante la apertura del Mundial Sub 20. La única forma de escapar con vida ante el acoso fue sacar la tarjeta Visa (que patrocina el Mundial), exhibirla encandilando a los hombres de seguridad con el holograma de la paloma, y hablar en un inglés digno de Carolina Cruz, que a ellos se les dificultaba entender.

 

Conexión austrohispanomuisca

Observe con atención este gol: la sociedad entre Velásquez (no Diego, a pesar del sombrerito enrazado con obra de arte), Schomberger (el más europeo de los bogotanos que jugaron alguna vez en el Estadio Olaya, incluyendo a Sekularac) y Chitiva (orgullo de Fontibón). Los dos últimos alcanzaron a jugar juntos en Millonarios sin que se volviera a repetir con tanta insistencia ese acople tan perfecto entre ambos jugadores. De Velásquez no se supo mucho más. #marcabogota

Cuchuco: la mascotica del Bestiario del Balón

Las grandes finales siempre tendrán incidentes de esos que no se olvidan: en el Porto-Celtic de la Uefa 2003 un hombre se desnudó mientras expulsaba al árbitro y en un Letonia-Portugal de eliminatorias de Eurocopa, una mujer descamisada entró al campo dando pataditas dignas del Chavo del Ocho. Pero la invasión de campo que más se recuerde en el fútbol moderno y que aún remite a lágrimas de emoción, es la de este anónimo perrete que osó pisar el sagrado césped del estadio Olaya Herrera en plena final de torneo entre Lácteos Montaña y Fandiño y Equidad Seguros. Henry «Bocha» Jiménez pronuncia con indescriptible ternura la palabra «mascotica» y justo ese detalle hace que esta postal sea inolvidable. La redacción del Bestiario del Balón se ofrece a adoptar al lanudo perrete quien recibirá el nombre de «Cuchuco» por unanimidad. Informes sobre su paradero, aquí. #marcabogota

Los deseos del Referendo Santafereño se hicieron realidad… 8 años después

Así es la democracia: qué le vamos a hacer. A veces hay que cuidarse mucho de lo que se desea porque cuando llega, tal vez sea decepcionante. Santa Fe en 2003, tras quedar eliminado de la fase final del torneo hizo un referendo entre sus fanáticos para que eligieran cuáles serían los refuerzos que les gustaría tener en su equipo y claro, para echar a aquellos que no merecían seguir vistiendo la camiseta roja. En el Libro del Bestiario del Balón la historia está contada, pero este testimonio encontrado por nuestra Unidad Investigativa ratifica lo peligroso que es echar una moneda -o un voto- a la fuente de los deseos: la señora que vio a su Santafecito lindo (toda una #marcabogota ese apodo) campeón en 1975 le pidió a la dirigencia que a su club arribaran Léider Preciado y Sergio Galván. Los deseos cojean pero llegan: con varios kilos y años de más, hoy el tumaqueño y el argentino juegan en Santa Fe. A la pobre señora le pasó lo mismo que al que votó por Samuel Moreno: está haciendo trámites para que le anulen el sufragio.

El Claralopesaurio es la mascota del Mundial Sub 20

Después de muchas disputas y escaramuzas sobre cuál debía ser la mascota de la Copa del Mundo Sub 20, hubo consenso al respecto y se eligió, como muestra la imagen, un dinosaurio con guantes llamado Claralopesaurio que fue presentado con éxito ante las autoridades teniendo como maestro de ceremonias del evento al doctor Juan Lozano (a la izquierda de la imagen, muy sonriente y alegre).

Esta especie de saurios, muy distinguida en nuestras tierras, al contrario de lo que pasó con sus primos Tiranosaurio Rex, Triceratops y demás contertulios no desaparecieron de la tierra por cuenta de la caída de un meteorito. Al contrario, los Claralopesaurios son el meteorito que está destruyendo a cómodas cuotas el territorio en el que residen. De hecho nadie garantiza que el globo terráqueo, con su gran extensión, sea capaz de aguantar el poder depredador de tan simpático macho (parece hembra pero no, no lo es).

La mascota representa la paquidermia de las obras en los estadios que servirán como sede del torneo y los guantes  con los que sostiene el trofeo simbolizan las manos incólumes ante las tentaciones que ofrece el erario.

¡Albricias! ¡Hay mascota!

No hay estadios y la 26 será maquillada por expertos escenógrafos. Pero al menos mascota sí hay.

El raro espécimen será exhibido en el Palacio de Liévano durante varios meses.

Un nuevo patrocinador para el Bestiario

Sabido es que comienza la Copa América y la Selección Colombia por este motivo recibe  beneficios vertidos de la mano generosa de la marca de cerveza que tiene uñas afiladas. El Bestiario del Balón tenía intenciones de cubrir la Copa América pero faltaba una mano amiga que colaborara con el patrocinio. Fue ahí que apareció la Cerveza Andina, la cerveza que «refresca, descansa, reanima y fortifica», como lo dice en este aviso nuestro admiradísimo Hernando «Mono» Tovar, gloria santafereña campeón con el equipo rojo en 1960 e integrante de la Selección Colombia en el Mundial de 1962.

El aporte no alcanzó para viáticos jugosos, hoteles de primera clase en Buenos Aires o para que nuestra redacción se trasladara en charter al evento. 15 botellas de Andina fueron cedidas a manera de canje. Las otras 15 del petaco hubo que pagarlas.

 

Historias del Rock. Felipe Nery Franco: born to be wild

La Unidad Investigativa del Bestiario del Balón no deja de trabajar, así sea 30 de febrero o festivo Emiliani. En medio de las depresiones que dejan los domingos en la tarde, sonó el teléfono rojo de nuestra redacción. Nuestro informante, que se identificó como Jimi Hendrix advirtió en una veloz comunicación la responsabilidad creativa de Felipe Nery Franco en la composición e interpretación de la canción «Born To Be Wild», erróneamente adjudicada en mérito a John Kay, vocalista de Steppenwolf.

Uno de los himnos que empezó a cimentar las fuertes paredes del heavy metal tuvo al paraguayo como estandarte, de acuerdo a lo dicho por Jimi Hendrix. De inmediato nuestro avezado editor dominical lo inquirió con una pregunta:

-¿Y por qué Nery tendría intenciones o derechos sobre esa canción?

Hendrix acudió a la lógica pura, la que no existe en nuestra sede de trabajo. Expresó:

-Nery fue la musa  de «Born To Be Wild» ¿No sabe inglés o qué? ¿Quién más pudo haber inspirado esa canción? Les remito en un marconigrama un video que lo comprueba.

Fue poner play y  verlo manoteando desesperadamente las teclas del órgano Hammond como si estuviera protestándole a un árbitro localista o a una vendedora de chaquiras para el pelo en El Rodadero.

Era Nery. No quedaba ninguna duda.

¡Extra! El carrusel de la salud y una final de La Equidad bajo la lupa

Un testigo encubierto que iba a hablar sobre el carrusel de la salud dejó sobre la mesa de una lonchería chapineruna este casete, que cayó en manos de nuestra Unidad Investigativa.

Entre los videos que llevaba para comparecer ante los fiscales estaba este video, prueba reina de lo que se supone fue un despilfarro de esfuerzos y dinero: la transmisión de la gran final del Hexagonal del Olaya 1998. Los  investigadores pretenden estimar cuál fue el costo de las chaquetas que lucen con garbo y donaire  Eric Frasser y un amigo de la casa, el gran Henry «Bocha» Jiménez.

También los entes judiciales buscan descifrar frases que podrían ser señales en clave: Una de ellas la lanza el bienamado «Bocha» que dice que Seguros La Equidad es un equipo «compensadito». La unidad de investigadores se trasladó de inmediato a las instalaciones de Compensar para saber si tiene relación con ese comentaro hecho al aire y que, de encontrarse el nexo, podría fijar una alianza bajo la mesa entre las dos empresas.

De lo que sí están seguros los investigadores es que hubo dilapidacion de fondos en micas hospitalarias después de que Hernando Perdomo Ch lo confesara, cuando no sabía que ya estaba al aire y con los micrófonos encendidos. Se oye claramente en los primeros segundos que dice la frase: «Juana: préstame la pipa, Pepe, para hacer pipí». Nuestra Unidad Investigativa quiso ir más allá y acudiendo a modernas técnicas de audio, pudo escuchar esa frase al revés para ver si había algún mensaje subliminal, además de la ya mencionada y escatológica revelación. ¡Oh, sorpresa! Había, en efecto un mensaje encriptado que rezaba: «Palacino, pase pa la papa». La información extractada por nuestros avezados periodistas ya está en manos de las autoridades incompetentes.

Finalmente, y por culpa de los pixeles, no se ha podido establecer si el Santiago Escobar que aparece en la formación de La Equidad es el mismo que hoy dirige a Nacional y que enfrentará a los aseguradores en la final del apertura. Se cree firmemente que se trata de un homónimo pero hay temor porque si se tratara del «Sachi» es seguro que la ley del ex funcionaría en esta final del torneo apertura 2011.

Seguiremos informando…

Higuita también jugó en el Olaya

No era ningún niño de brazos y lejos estaba de ser un cocacolo de Studebaker Coupé que levantaba mujeres con el ronroneo de su automóvil como Carlos Vives en la ochentera novela “Tuyo es mi corazón”. No. René siguió los cánones de jugar en el estadio Olaya Herrera con avanzada edad, como en su momento lo hiciera Sekularac primero y (un absurdo de aquellos) Dragan Miranovic después. De 37 años y con la camiseta del Bajo Cauca, el portero paisa visitó el mítico estadio del sur de Bogotá para jugar contra el entonces Chicó (no Boyacá Chicó).

En el 2003 la presencia del arquero llevó a que varios oficinistas usaran el viejo truco de dejar la chaqueta en el espaldar de la silla, un tinto a medio tomar, el protector de pantalla desactivado y un esfero sobre el teclado del computador para que sus demás colegas pensaran que simplemente se levantó 5 minutos para ir al baño. Pero no. Esa estratagema se realiza cuando el hombre de oficina quiere volarse temprano sin tener que rendirle cuentas al otro día al jefe. Todo ese plan, solamente para observar Chicó-Bajo Cauca a las 3 de la tarde en el mítico estadio del suroriente de Bogotá.

Higuita se animó a patear un tiro libre pero se devolvió en el bus de la delegación cabizbajo, con el discman sin pilas, porque su esfuerzo no fue suficiente para que su equipo sacara un buen resultado. Chicó ganó 1-0 con gol de Anuar Guerrero.

Imperdible el vainazo de Higuita, pidiéndole a la barra de oficinistas que no fueran líchigos y pagaran la boleta. (#marcabogota)

El América de Bogotá y una pregunta sin respuesta

Hasta que Cuauthémoc Blanco y la armada del América de México pusieron, además de su sponsor de Coca Cola, sangre y sudor en el pecho para eliminar al América, el rojo de Cali se paseó orondo por el Estadio El Campín de Bogotá en esa edición del torneo.

Fue una de las más extrañas localías de un club colombiano en la Copa, sobre todo por los motivos que llevaron a los caleños a trasladarse súbitamente de sede. Eran tiempos en los que, además de sobrevivir al Y2K y ver que en el año 2000 la gente no se vestía con camisas en v color plateado y chicles compañeros –como enseñaban las series futuristas en 1985-, el Pascual Guerrero fue sometido a serias refacciones. Un informe televisivo mostraba cómo, mientras la barra del América brincaba sin cesar apoyando a su gente, las graderías se iban fracturando como si fueran galletas Saltinas. Entonces, con el fin de evitar una tragedia hubo que intervenir. Además Cali era una de las sedes de la Copa América 2001, hecho que además resultaba ser una coyuntura más que impulsaba al arreglo definitivo del coliseo.

Las mezcladoras de cemento y el pañete empezaron a afectar la tranquilidad de los futbolistas, que en algún instante temieron al ser retados a duelo futbolístico por los obreros que iban a comenzar las obras en el estadio Sanfernandino. Como hasta el Barcelona podría perder con un equipo de especialistas de la construcción la mejor solución resultó ser trasladarlos a Bogotá y concentrarlos en vencer a Rosario Central, Colegiales y Sporting Cristal. La estrategia funcióno y el América de Bogotá se encontró en octavos de final con su homónimo, pero de Ciudad de México. Esa llave, ganada por los mexicanos dejó para el recuerdo las supuestas amenazas de muerte contra Cuauthémoc Blanco y el golazo del “Pánzer” Carvajal, que pateó una pelota desde Palmira y venció el arco azteca.

No había sido la única vez que América jugó Libertadores en El Campín: en 1993 y por reglamentación, tuvo que definir con Nacional de Medellín el segundo puesto del grupo pero como estaban empatados en todo (puntos, goles y demás) tuvieron que jugar un partido extra, que ganó el América 4-2.

El tiempo pasa pero una pregunta sigue apareciendo en la mente:

¿Por qué, a pesar del arreglo estructural del Pascual Guerrero en el año 2000, hubo que destruirlo y volverlo a construir para el Mundial sub 20 de 2011?