Viembenidoz hal Mundial Sud beinte

Hallazgo de @felipereira

En una labor de periodismo investigativo admirable, nuestro colaborador encontró que en la página oficial del Mundial Sub 20 en Facebook el encargado de administrarla cometió un error imperdonable: escribió sin «penzar». (Haga click sobre la imagen)

Se espera que los contratos por los arreglos a los estadios, por más onerosos que sean, no tengan esos errores. Solo por pura dignidad mundialista.

Las despedidas siempre son duras, sobre todo por la sal de las lágrimas

Para 1995 hubo un cambio de rumbo en la vida periodística de Javier Hernández Bonnet. El presentador daba un giro y escapaba hacia Caracol Televisión, después de haber tomado toda la cancha en el Noticiero 24 horas. En esta ocasión, la despedida que le hicieron Paula Jaramillo y Ana María Trujillo -sus coequiperas en el set- fue como debe ser usualmente ese instante: alegre, con muestras de fortaleza y sin dramas. Así como deben ser las despedidas para que quien se va, llegue al siguiente puerto con la tula llena de buenos augurios y no de nefandos recuerdos lacrimógenos. Y en Caracol se consolidó definitivamente su trayectoria, prueba de que, en efecto, un egreso sin show, es de buena suerte.

Una década después hubo otra despedida. En Caracol, pero a diferencia de la del Noticiero 24 Horas, ésta estuvo plagada de  lágrimas y drama. Jorge Alfredo Vargas estaba abotagado, María Lucía Fernández acabó esa tarde-noche con los Kleenex y hasta Paulo Laserna -usualmente inmutable- dejó escurrir un lagrimón sin necesidad de pedirle ayuda a un amigo. Hernández Bonnet se alejaba de su puesto sólido en Caracol para arriesgarse con la política. Su sueño: conseguir una curul en el Congreso. Tal vez si en esa oportunidad no le hubiera dado por llorar al unísono a todo el canal, el buen Javier estaría hoy entre proyectos de ley y sesiones extraordinarias. Pero no le alcanzó -por muy poco- en términos de votaciones.

¿Una despedida con lágrimas trae la sal? De acuerdo a este ejemplo puntual sí, porque tras su primer adiós, Hernández se consagró como gran figura de la TV. Y no hubo un solo sollozo.

 

«Es un ladrón, lo juro por mis hijos». Fernando Chapell, el imitador de Hernán Silva

Como si se tratara de esa pesadilla que es recurrente y que no se va, Millonarios padeció dos eliminaciones ante Nacional en Copa Libertadores. La primera en 1989 luego de un espantoso arbitraje del chileno Hernán Silva y después en 1995, con el árbitro peruano Fernando Chapell, todo un émulo de Silva.

Chapell, que durante un encuentro entre Torino y Melgar -no crea que el Torino era el italiano, sino un club más peruano que las galletas Cua Cua, el Ña Pancha con fragancia a Manzana y que Miki Rospigliosi- expulsó a uno de los jueces de línea que lo acompañaban dizque por sus constantes errores. Nadie siguió el ejemplo de Fernando expulsándolo a él. Su error en el partido de cuartos de final fue apenas uno de una cadena de malos arbitrajes en su país, donde se recuerda su poco tino a la hora de sancionar con justicia.

John Mario Ramírez y Fabián Cancelarich inmortalizaron lo que resultó para ellos una injusta eliminación con un par de declaraciones imperdibles y rescatadas de viejos cassetes por nuestra siempre inquieta unidad investigativa. El Bestiario del Balón recrea dos ángulos de la jugada en la que Víctor Aristizábal no es víctima de un penal, supuestamente cometido por Cancelarich. Tras 16 años de búsqueda, las dos tomas aparecieron.

De Chapell no se supo más.

La extraña historia de Alirio y Mauricio

En 1990 el Deportivo Pereira gozaba de dos perlas juveniles en su formación. Los Serna. Alirio, apodado «El Marinillo» era el famoso para esos tiempos por sus dotes goleadoras. Mauricio, «Chicho», jugaba como volante de creación y no era aquel recio jugador sin pelos en la lengua y en la cabeza que se transformó en el quinto defensa del Boca Juniors de Carlos Bianchi.

Todo lo contrario: «Chicho» ostentaba largo y crespo pelo que envidiaba Juan Carlos «Chapulín» Maciel (arquero argentino y rival regional pues atajaba en el Quindío) bigote ralo y era un mediocampista habilidoso, de buena técnica y gran despliegue ofensivo.

De un momento a otro el giro para la trayectoria de ambos fue más que brusco. Los dos llegaron a Nacional pero mientras que Alirio parecía ser George Costanza, Mauricio tomó ribetes de Jerry Seinfeld. La carrera del delantero terminó cuando deambulaba en el último descenso del Cúcuta a segunda división. «Chicho» nunca más hizo un regate y decidió que lo suyo era coleccionar piernas de sus rivales como trofeo de guerra. Así se hizo ídolo de la hinchada boquense, a la altura de Blas Giunta y Ubaldo Rattin

Pero si usted nunca vio a Mauricio Serna haciendo enganches en el área o marcando golazos es hora de observarlo. La víctima, como no podía ser de otra manera, Millonarios, de quien Serna resultó ser verdugo recurrente en etapas posteriores.

Reciclaje de ocasión: Los años maravillosos de Néstor Otero


Agradecimiento a Armando Vargas y el Noticiero de lo cotidiano

A pesar de que la imagen es una simple evocación de alumnos y profesores en el colegio Lauretta Bender de Cali, la imagen tiene algo más de futbolístico que la pose de sus protagonistas. Las preocupaciones de los educandos estaban centradas en su clase de matemáticas porque su profesor era cuchilla. No les exigía saber despejar la X en un problema de álgebra y tampoco decir en segundos cuál era la raíz cuadrada de 2549.

No, el profe de cabeza rápida tenía mejores cosas que enseñar. Alguna vez se presentó un diálogo similar a este en el aula de 8 grado.

-Pase al tablero, Martínez. ¿Listo para el examen?

-Sí profe, pero no me vaya a dar duro.

-Duro daba Obdulio Trasante, hermano. (risas de los alumnos) A ver: cuál fue el esquema táctico utilizado por Stefan Kovacs en el Ajax de 1971.

-Uy no profe, ¿eso cuando lo vimos?

-Hacete el pendejo, mijo, que el otro día revisé cuadernos. ¿Qué está haciendo en esta clase? Responda pues, porque si no, saca uno.

-Profe, pero… Póngame a despejar una fórmula que pa eso soy teso.

-Listo hermano.

Y el profe escribió en el tablero la sigla W-M y botó la tiza al suelo. Lo miró subiendo las cejas y retó a su alumno:

-Quihubo «toronjo». ¿Le quedó grande?

-Nono, profe, ¿eso en qué página del álgebra de Baldor sale?

-Ehhhhhhh brutico si no, hermano. ¿No digás que no conocés a «Herber Chamman»?

No, la verdad que no, profe.

-Tenés uno por bruto. ¿Cómo no sabés qué es la W-M si sos el capitán del equipo de fútbol? Te voy a sapear con el DT ¿oís?

Finalmente, rajando y rajando alumnos, al profe no le quedó otra que abandonar las aulas y dirigir clubes de fútbol. Claro, los futbolistas también le sacan canas cuando, como si les estuviera explicando un trinomio cuadrado perfecto, no entienden qué es «cerrar la banda» o «ganar la espalda». Era Néstor Otero. El «matemático» (abajo, tercero de izquierda a derecha)..

Wikibestiario: ¡Escóndete, Barcelona! Éste sí es el Dream Team

Rebrujar por la red trae complicaciones laborales, tardanza en la entrega de ciertas responsabilidades y joyas como la imagen que acompaña este post. Ante la noticia de que el perfil de Facebook de Hernán Peláez, de acuerdo a las mismas palabras del director de La Luciérnaga, es falso (“Yo no uso ni Facebook ni Twitter”, ha dicho en repetidas oportunidades) la unidad investigativa del Bestiario del Balón se puso en la tarea de explicarse por qué el dichoso perfil podía parecer convincente, propio de Hernán Peláez.

Nos sorprendimos con el hallazgo: El primer equipo de Estrellas de la TV aparecía entre las imágenes que relacionaban al periodista con su perfil. La foto data de 1972, tomada en las instalaciones de Inravisión y están formados, de izquierda a derecha, verdaderas piedras angulares de los medios en esa época: Armando Plata Camacho (discjockey juvenil de marras), Juan Harvey Caycedo (voz de comerciales y de coplas llaneras), Pepe Cubillos (gran impulsador del deporte en Colombia), Jorge Barón (el que se arriesgó a lo Justin Bieber a escribir su biografía siendo muy joven y quien antes de echar agüita pa la gente fue presidente del Tolima y dueño de las torres que quedan frente a Unicentro), Otto Greiffenstein (figura de “Panorama”, ídolo de esta redacción por su garbo y su costumbre de entrar un scotch a la cabina de radio de Caracol Estéreo solo para afinar la garganta), Armando Moncada Campuzano (narrador de la Guerrilla Deportiva del Grupo Radial Colombiano), Humberto Rodríguez Jaramillo (otro narrador muy famoso de los años setenta) y el DT, el gran Edgardo “Cuqui” López (ex delantero de Tolima y América, gran parrillero y a quien los miembros de esta redacción consolamos cuando unos vándalos le robaron unos banderines de Banfield en el primer piso de su restaurante).

Abajo, también de izquierda a derecha: Juan Monroy (vozarrón y miembro de la ACL en su tiempo), Alberto Piedrahita Pacheco (el “Padrino”), Alfonso Lizarazo (conductor de programas ochenteros de baile como “Baila de rumba”, locutor, presentador de Sábados Felices y congresista), Hernán Peláez (decían que era un gran 10 pero un problema de rodilla truncó su carrera) y Julio Sánchez Vanegas (el que incluyó en la parrilla de TV “Miss Universo”, cachas de Donald Trump y dueño de la frase “Concéntrese, para que no se le olvide”).

Messi, Xavi, Iniesta, Piqué y compañía palidecerían ante este combo de las estrellas.

En especial en el tercer tiempo.

¡Comesaña está «cabrero», niño!

Cuando uno está de malas pulgas no quiere que le pregunten nada. Menos, que le digan que si está bravo. En la niñez, un berrinche de ese estilo terminaba en lágrimas: de mal genio y además un tercero cuestionando la piedra interna usualmente desembocaba en cataratas de llanto de la víctima de la piedra y en coros colegiales tipo «tiene el ojo aguado, va a llorar, va a llorar».

La adultez no exime las lágrimas o el temperamento volátil. Eso sí, ya no hay manera de recibir coritos pendejos porque la edad adulta trae consigo la fuerza bruta. El gran Julio Comesaña es tipo paciente. En Barranquilla, como jugador y entrenador, soportó en muchas ocasiones con estoicismo puro el famoso apodo de «Pelo ´e Burra» y el día que regresó al Metropolitano con Santa Fe, se acordó de tanta montadera y decidió que no era el día de soportar más vejámenes en su contra.

Las circunstancias conspiraron. Santa Fe vencía 1-2 a los 45 minutos del segundo tiempo y el árbitro dio siete minutos de adición de forma inexplicable. Y justo cuando iba a concluir el juego empató Christian Montecinos. El volcán explotó por el lado más predecible. Ni siquiera los ruegos del Pibe Valderrama valieron para darle solaz a Comesaña que, además de ver cómo se le escapaba un triunfo del bolsillo, debía soportar a un cronista cansón, pero a la vez comprensivo.

Pero para Julio era demasiado: el calor lo llevó de ser un tranquilo Bill Bixby a convertirse en un intemperante Lou Ferrigno.

Minuto a minuto: Nacional (de Uruguay) es Colombia en la Libertadores

Aporte de @felipan

Se habló de fracasos, de que Víctor Marulanda hizo malos fichajes, de que Carlos Villagra por ponerse la camiseta verde perdió su olfato goleador, de que Baiano aumentó su peso comiendo grandes pliegos de chicharrón en los bajos del Atanasio Girardot, de que Fernando Martel no era un refuerzo serio por hacerse el peinado honguito, de que Francisco Arrué aprovechaba sus largas suplencias en el verde antioqueño siendo galán de pasarela en el Centro Comercial Oviedo -donde varias cayeron ante el playboy de marras-, de que la rosca Aristizábal-Santa era perjudicial para la salud nacionalista, de que Ramón Cabrero no encontró en el soflán para sus camisetas polo rosadas el consuelo suficiente al desarraigo, de que Gio Moreno nunca fue nada en las finales, de que tenía más cierre las puertas del motel del último video de Delfín Quishpe que su compatriota Iván Hurtado…

Tantos motivos para hablar de los fracasos de Nacional en las últimas temporadas no fueron tal para el respetado diario O´Globo de Brasil que, aún a esta hora, está convencido que el rival del Fluminense es Nacional de Medellín y no de Montevideo.

Rey de Copas, el encargado de subir los escudos al minuto a minuto de O´Globo.

Incunable de TV. Dios bendiga las secciones deportivas de antaño

No era común hace 20 años ver a personajes externos en la sección deportiva de ningún noticiero, pero Iván Mejía recibió en el set del Noticiero Criptón a Fernando González Pacheco y a la cantante chilena Myriam Hernández en un movimiento tan sorpresivo como divertido. Incluso Pacheco -sí, Pacheco, no era la «Chiva Cortés así se preste para confusión- se animó a mostrar sus dotes de comentarista, generando risas entre la asistencia.

Años después este buen experimento perdería la espontaneidad con personajes como los trovadores de cuyes.

Los Fatstreet Boys

Cortesía: @Pinocalad

Si uno mezcla bronceador coppertone 30, nopikex y publicidad de ropa, se puede dar un cuadro tal como este, en el que varios integrantes del Deportes Tolima modelo 2004-2005 se quitaron las vergüenzas naturales y decidieron hacer su palomita como modelos de catálogo.

Siguiendo el ejemplo de David “Calamity” James y David Beckham, modelos de Armani (no de Leandro, sí de la casa de alta costura) varios directivos de la casa de confecciones deportivas Sheffy se reunieron en un restaurante del Barrio San Bonifacio para pensar en la estrategia publicitaria correcta con la que debían promocionar sus nuevos productos.  Después de sentarse y esperar las viandas, el más joven directivo lanzó la primera idea

“¿Nos saldrá muy caro Óscar Bríñez como imagen oficial?” (Nota de la redacción: Óscar Bríñez, nacido en Chaparral, Tolima, fue uno de los más ignotos participantes de “Protagonistas de novela”, muy similar a Ronaldinho entre otras).

“¡Carísimo! Se supo cotizar el muchacho”, dijo un viejo zorro que presidía la mesa y que conocía a Bríñez desde la niñez.

Un publicista argentino apareció en escena y a pesar de que nadie lo había llamado, quiso meterle estilo a la reunión y dio una idea interesante:

“Che, queridos: si la solución está en sus manos”.

Todos al tiempo se miraron y soltaron el viudo de capaz que estaban engullendo. No entendían por qué el pescado que comían con las manos iba a solucionarles las cosas. El publicista argentino resopló y ordenó que siguieran comiendo mientras explicaba su expresión. Se refería a que la respuesta estaba muy cerca de ellos: en una mesa aledaña estaban departiendo los futbolistas profesionales del Tolima.

“Ellos son los pibes que deben poner a modelar. Háganme caso, ché. ¿O no recuerdan al Michi Sarmiento, a Andrés Pérez y al Pibe García? ¡La Pepsi que tomó la gente en Colombia gracias a ellos aún le reporta ganancias a la embotelladora!”

“¿Y usted cómo sabe eso?”, preguntó presuroso un dirigente que sin desatarse la corbata, la había guardado en el bolsillo de la camisa para que no se untara de sopa. El gaucho dijo, tocándose la barbilla.

-Yo sé eso porque fui el que inventé esa “campania”.

La siguiente escena encontró a Dumar Rueda, Diego Gómez, Gerardo Vallejo, Yulián Anchico, Daniel Briceño (el de mejores poses en la sesión) y Jorge Horacio Serna posando para los flashes –que no eran muy necesarios por el solazo incandescente- con un único propósito: realizar el catálogo Sheffy de ropa deportiva.

Pantalonetas a medio culo, boxers visibles y risas fueron el resultado de esta campaña, en la que entre otras, aunque las imágenes no las hemos podido encontrar todavía, Anchico posa con un overol, pero sin camiseta debajo.

Todavía desconocemos los resultados de ventas de Sheffy luego de esta particular iniciativa, pero curiosamente todo archivo que registró este extraño emprendimiento de marketing, desapareció por completo. Hoy recuperamos una de las pocas fotografías que quedaron.