¡Mírame a los ojos, verás lo que soy, yo soy Mina Polo, yo soy el control!

 

Agradecimientos: Alejandro Valcárcel

Los homenajes solamente están destinados para los grandes. Por eso el grupo de rock Peceto Permanente ya tiene un lugar reservado entre los próceres musicales de la historia. Los argentinos, más exactamente de la provincia de Santa Fe, hicieron uno de los más fastuosos tributos a un hombre que hace parte de la entraña de esta página: Leonardo Mina Polo, que dejó marcas imborrables a sus rivales con su estilo «rock al parque», tras su paso por Colón en 2002. Su pogo futbolístico le permitía, a punta de codazo y patada, hacerse un huequito en las defensas adversarias.

Usted puede oír la canción homenaje a Mina Polo haciendo clic aquí

 

La noche en la que un club perdió su nombre durante 365 días

Hubo intentos anteriores y germinados del eje cafetero. Más exactamente el Varta Caldas y el Cristal Caldas, pero sus fanáticos jamás osaron cambiar el nombre de su club por el del patrocinador. Los hinchas a veces gritaban «Cristal», pero se mantenían finalmente en el apellido del sabio inventor del jeroglífico «Oh larga y negra partida», antes de su fusilamiento. Caldas se imponía ante la mayoría.

En 1991 cambió todo en la región cafetera. En el Quindío comenzó la expansión corporativa que hoy avala nombres como el de La Equidad Seguros. Un famoso empresario llamado Iván Botero Gómez decidió darle un gran apoyo al club dándole dinero con patrocinio a cambio de exposición de imagen de su empresa: IBG. ¿Qué comercializaban? Electrodomésticos para el hogar comprados a cuotas. En Caldas se avivaron y como IBG imponía la moda de sponzorización, llamaron de inmediato a la Phillips para que les tirara una luz.

Quindío pasó a llamarse IBG Quindío y el Caldas recurrió al nombre de Once Phillips. Era una guerra entre hermanos. Inconscientes de lo que ocurría los hinchas empezaron a convertirse en el mejor vocero de las marcas que estaban estampadas en el pecho de sus héroes. Durante una noche en la que Santa Fe venció 3-2 al Quindío, los aficionados cuyabros vivaban a su equipo, a pesar de la derrota, con un coro estridente: «¡I-B-G, I-B-G, I-B-G, I-B-G!». En el Palogrande se dieron cuenta y se desgarraban la garganta gritando «Phi-lipps, Phi-llips, Phi-llips».

El despropósito duró en Armenia un año. Era común oír en las esquinas diálogos que se prestaban para la confusión: «Frutos, a punto para el IBG», «Are para el IBG». Las señoras, abanicándose y refrescándose con un vaso de Moresco, suponían que la empresa le iba a jalar al tema supermercados y agricultura, sin saber que eran los apellidos de los nuevos refuerzos argentinos del club.

Durante 365 días en Armenia el Quindío no existió. En Manizales se extendió un par de años más.

El extranjero que llegó de visita por esos días se sorprendió al ver en el periódico el titular «IBG 1-1 Phillips». Y el nativo también. El fútbol se había desnaturalizado por primera vez. En 1992, IBG pasó al olvido y Colombiana se hizo cargo del patrocinio.

Eso explica, de alguna manera, que Dalhom o Coopdesarrollo en 1991 no pudieran ser patrocinadores de Millonarios o de Santa Fe por esos años.

¿Quién no ha tenido 15 días malos?

Siempre hay que pensar eso cuando el año comienza. No todos los días serán esplendorosos y soleados. La vida está encargada de recordarnos que cuando hay mayor felicidad, podrá venir probablemente la peor racha. Testigo fue Iván Ramiro Córdoba que, muy joven, trataba de ganarse un puesto en San Lorenzo de Almagro para 1997. Su técnico era Alfio Basile y lo ubicaba en el campo como lateral por izquierda, sin que el paisa hiciera puchero alguno por la decisión.

Muy sumiso, Córdoba tuvo dos semanas que casi desembocan en su regreso al fútbol colombiano. Recibió tres expulsiones en dos semanas. En la liga local, lo echaron en un juego contra Gimnasia de Jujuy y en este contra Gimnasia y Esgrima La Plata. En medio de este sandwich disciplinario, Córdoba vio la roja también en un juego de Copa Mercosur frente a Racing.

Para completar, le pitaron un penal que no fue y en este partido contra Gimnasia La Plata su equipo ganaba 1-2 y terminó perdiendo 3-2.

Incunable: El Pecoso Castro se gradúa de ídolo

Debieron pasar muchos años para poder encontrar una de las imágenes más perseguidas por la Unidad Investigativa del Bestiario del Balón, pero finalmente se logró hacer la tan ansiada captura. En «Don Chinche» una de las más recordads series cómicas de los años 80 apareció el gran Pecoso Castro en uno de sus capítulos. No fue la única presencia futbolera: Gabriel «La Pantera» Martínez, durísimo central que jugara en Junior y Santa Fe y Antonio Chávez, árbitro FIFA -en este caso afiliado a la «Fifirifai»- estuvieron presentes en el encuentro que enfrentaba a dos corrientes tan disímiles como las del Menottismo y el Bilardismo: en una esquina el equipo de Pachín Chemas «Don Chinche» (Héctor Ulloa) y de Eutimio Pastrana Polanía (Hernando Casanova). En la otra, el club de Eraos Pedraza (Víctor Mallarino) y William Guillermo (Luis Eduardo Arango). Un duelo que registraremos paso a paso: por ahora las formaciones de los equipos y el sorteo de campo.

Aviso clasificado: se compran Renault 4 para acabar con la crisis de la Selección Colombia

 

(Clic sobre la imagen para ampliar)

La Federación Colombiana de Fútbol, pensando en el bien del equipo nacional, está haciendo un llamado a coleccionistas, talleres de mecánica y señoras que adquirieron un Renault 4 en los últimos 40 años, con el fin de comprarlos y así entregarlos a los miembros del equipo actual a manera de bono motivacional.

Un directivo del comité encontró esta vieja publicidad en uno de los rincones de su casa y de inmediato puso a correr a los demás dirigentes para levantarse en el mercado 25 Renaults 4. ¿La consigna? Entregarle a cada uno de nuestros futbolistas uno de esos amigos fieles si se logra la entrada al Mundial brasileño.

Ante la noticia varios jugadores ya están haciendo planes. Pablo Armero lo engallará con el fin de hacer piques en las calles de Udine. David Ospina y James Rodríguez armarán la primera edición del Rally Niza-Oporto y Dayro Moreno le pondrá amplios bafles en el baúl con el fin de recorrer con su música las calles de Tijuana.

Solamente hubo dos malas caras ante la decisión de regalar estos bellos escarabajos: la de Julio Comesaña, quien fue enterado del premio segundos después de presentar renuncia a su cargo y Gustavo Bolívar, que considera al Renault 4 como un carro «común y corriente».

¡Apareció el familiar perdido de Navarro Montoya!

Ver desde el minuto 2:46

Lo estuvieron buscando por mucho tiempo pero nadie daba razón de él. Fueron años de búsqueda y de drama. El boletín policial que dejó la familia al extravío de este Angus daba pistas interesantes y de fácil detección. La Unidad Investigativa del Bestiario del Balón conoció en su momento la descripción que fue dejada a las autoridades locales para poderlo hallar y, solo pensando en el deber periodístico, quisimos reproducirlas:

Descripción de la familia a la Policía colombiana

Señales particulares:

  • Se pone bravo cuando le hablan del 5-0.
  • Dice «Mil nueve setenta y nueve» a la hora de referirse a un año.
  • Tiene pinta de argentino, pero bronceado al natural, no en cámara solar.
  • Tiene todas las boletas de los conciertos de Vilma Palma e Vampiros.
  • Cuando quiere hablar de Jamerson Rentería, dice «Yamerson».
  • Carga para todas partes un afiche de Pablito Ruiz.
  • No puede pronunciar las letras Ñ y LL.

El hallazgo final

Más allá de que la descripción era perfecta, no se pudo localizar su rastro, hasta hoy cuando, desde la casa de Navarro Montoya gritaron de felicidad al saber que este argentino pura raza aparecía en plena transmisión de Fox, siendo Fernando «Machorrito» Niembro, el encargado de poder hacer este estupendo hallazgo periodístico. Lo encontraron en mal estado -tenía una camiseta chiviada- pero ya va rumbo a su patria, a celebrar entre Fernet y alfajores los goles argentinos en las eliminatorias mundialistas.

¡La TV hizo un milagro! Divúlgalo a siete de tus contactos. De lo contrario serás castigado con la postura de la camiseta de la Selección Colombia.

De tiempos en los que Rodallega era más que Messi…

Cara despistada y sin la atención que hoy los medios posan sobre su figura, llegó Lionel Messi al Puente Aéreo en 2005. Era una de las armas secretas de Argentina para el Sudamericano de ese año ganado por Colombia. Mientras que el crack desconocido podía, sin temor a encarar avalanchas de fans, comprarse unas galletas de café -¿por qué en los aeropuertos colombianos solo se consiguen galletas de café?-, consumir un «cochinito silbando» en el segundo piso y hasta darse tiempo para mirar algunas artesanías en locales cercanos, otros compañeros de su selección sí eran muy asediados, como Pablo Zabaleta o Nery Cardozo. Messi era uno más. El video lo prueba. Mientras Paulo César Cortés -el hombre que se pilló el detalle de que Messi era crack y fue directo a buscarlo a él- le hace la entrevista, cientos de personas pasan a su lado sin prestarle atención, como si se tratara del más mortal de los mortales.

Ese mortal regresó, ya enfundado en otra careta: la de Highlander futbolístico, la de ser el mejor jugador del mundo. Habrá que recurrir a Paulo César para que lo detenga en inmigración y no lo deje jugar el martes contra Colombia.