Formado en las divisiones inferiores del Envigado y orgullo del tradicional barrio Laureles, irrumpió con gran estruendo marcándole dos goles al América en su debut con Millonarios a comienzos de 2003. Semejante debut dio pie a los excesos periodísticos de rigor que se suelen dar en casos como este, suficientemente documentados ya en este espacio. Para destacar, que una semana después tres apodos gravitaban en su entorno cada uno defendido por sendos bandos periodísticos: “Pelón”, “Copete” y “Pupi” (este último cortesía del siempre acertado Luis Alfredo Hernández).
Su tarde de gloria le sirvió a Ortiz para recibir todo tipo de oportunidades por parte de Norberto Peluffo, técnico azul de la época. Pese a algunos chispazos de talento, a cierta precisión en la entrega y a una innegable enjundia el gol sólo volvió a él a mitad de año cuando tuvo a bien vulnerarar las vallas del Unión Magdalena y del Pereira en los cuadrangulares semifinales.
Un gol de gran factura en Cali esta vez en los cuadrangulares del finalización fue, junto con una fugaz aparición en una preselección de 100 jugadores que hizo circular la Federación, su otra gran conquista de un año que comenzó con mucho bombo y terminó con el paisa como uno más en la nómina azul.
El año siguiente fue cualquier cosa menos el de la “consolidación definitiva” del delantero paisa. A un primer semestre signado por la mediocridad le siguió una abrupta salida de Millonarios a mitad de año motivada por uno de tantos recortes de personal que ha padecido el cuadro embajador en los últimos años. Aterrizó en el Bucaramanga, equipo en el que a duras penas hizo un gol: a Millonarios, por supuesto. Después de su breve incursión santanderana, Ortiz recaló en el siempre hospitalario Chicó, club en el que su desempeño fue ligeramente inferior al registrado con el Bucaramanga, se fue en blanco. Hoy, el alopécico muchacho que haciendo buen uso de la colombianísima norma del sub20 ilusionó a más de un hincha azul pelea con el eterno malgeniado Óscar Londoño un lugar en la delantera del representante del antioqueñísimo Seguros La Equidad.
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