La primera vez de Higuita…Y de azul

Ya habíamos contado la paradójica historia de la primera vez de Higuita, pero nos faltaba la foto. Para resumir: uno de los máximos ídolos del Atlético Nacional saltó por primera vez en condición de futbolista profesional al gramado de un estadio con el buzo (Adidas) de…Millonarios, nada menos. Fue el 8 de septiembre de 1985, en el Campín, partido que terminó 1-1 con goles de Lugo para Nacional y Marcelo Trobbiani para Millonarios.

Ficha:

Millonarios:  Higuita, Galeano, Gutiérrez de Piñeres,  Molina, «Pocillo» López, Morales,  Peluffo,  Díaz, Trobbiani, «Pirata» Ferrer y  Funes.

Cambios: Córdoba por Ferrer (25 st.)

Técnico: Eduardo Luján Manera

Nacional: Carrabs, Luna, Gutiérrez,  Suárez, Villa,  Knight,  Santín, Sierra, Gómez, Sapuca y Lugo.

Técnico: Juan Martín Mujica

Cambios: C. Maya por Suárez (45 pt.) y J.J. Galeano por Sapuca (33 st.)

Gol: Lugo (8 pt.)

Árbitro: Gilberto «Mecato» Aristizábal

Extra: ¿Patriotas legalmente no puede descender?

La salida de Miguel Prince y la llegada de Eduardo Julián Retat al banquillo del club fue apenas una cortina de humo para la estrategia pensada por los directivos del equipo para esquivar la posibilidad de perder su puesto en la primera división. La prueba reina, encontrada por nuestra Unidad Investigativa, es esta imagen del álbum del fútbol profesional colombiano 2012. En los archivos de la Dimayor está inscrito como «Patriotas Boyacá». Pero en una jugada jurídica digna de Abelardo De La Espriella, esta imagen habla del «Patriotas Bocayá».

Ese vacío jurídico -cree la dirigencia- será vital si el club se queda colgado en la búsqueda de puntos. El caso, en los tribunales de arbitrio deportivo se ha denominado como «la batalla de Bocayá». ¿Cuál sería la solución del entuerto? De acuerdo al historial de casos de este tipo, la propuesta sería aumentar la cantidad de equipos en la A e incluir a «Patriotas Bocayá» en primera división.

Se dice en los corredores que los dirigentes bocayenses estarían dispuestos a ceder varios planes de tiempo compartido en hoteles de Duitama y Sogamoso para aquellos directivos que, llegado el caso de un descenso patriota, apoyen la demanda del Patriotas Bocayá y que incluso hay altos hilos invisibles que desde ya están modificando la letra de la quinta estrofa del himno nacional. La original decía así:

De Boyacá en los campos
el genio de la gloria
con cada espiga un héroe
invicto coronó.
Soldados sin coraza
ganaron la victoria
su varonil aliento
de escudo les sirvió.

La versión modificada se cantaría así:

De Bocayá en los campos
Carpintero y Lazaga
Viáfara y su guante
invicto coronó.
Patriotas sin descenso
Comieron Pizza Nostra
su varonil aliento
de escudo les sirvió.

Estaremos atentos a cualquier novedad…

¿Un periquito?

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Alberto Casas debutó como calvo en la Revista Millos

Existe un momento en la vida de todo calvo en el que el azar lo pone frente a un juego de espejos -generalmente en un vestier o en una peluquería- y de sopetón descubre que su coronilla se ha desentejado y así comprueba que donde inocentemente creía portar pelo  no hay más que una tonsura franciscana cero kilómetros.

Este traumático momento que marca nuestro debut como calvos -luego viene la admisión en el capítulo de la liga de alopésicos más cercana, pero ese es otro cuento- fue el que vivió en 1984 Alberto Casas y que narró con lujo de detalles en esta columna publicada en la Revista Millos. Por esa época, hay que aclarar, también gastaba abolengo como uno de  varios notables que el gobierno convocó con la única misión de unir a las fuerzas vivas del país en pos del, como hoy, anhelado regreso a un Mundial.

El caso es que, viéndose corto de tema, suponemos, y con la hora de cierre a milímetros de la nuca, el carismático periodista, decidió abrirle su corazón a los lectores  y en un ejercicio de aceptable filigrana con prudentes dosis de humor cachaco envolver con intrascendentes divagaciones futboleras el relato del drama que entonces vivía y que tenía que dejarlo salir antes de que siguiera quemándolo por dentro, como lamparazo enrevesado.

«Despídase en inglés: goodbye». La voz de Andre Krul

 

Foto camerino @guilloarango

Foto Krul y Audio: @hugobogota

El debut de Andre Krul no fue un mito aunque todo parecía indicar que sí. Justo, cuando llamó a Amsterdam a decir que por fa le grabaran el partido en el que iba a salir, no transmitieron Millonarios-Chicó. Dejó su testimonio en los corredores del estadio El Campín como para que no se diga que fue mentira lo de él en el fútbol colombiano. Aunque habla con Óscar «Chico» Restrepo en inglés, su mejor amigo es Elvis Perlaza quien, en los vestidores del estadio Santiago de las Atalayas en Yopal le sugirió amablemente que por favor se echara grandes raciones de Black Flag y que se bañara con Nopiquex para evitar las ronchas de las picaduras de zancudo. la primera la pudo hacer: la segunda, no tanto. Yopal está sin agua hace un año.

Radiobestiario EXTRA

No podíamos desatender las señales de los tiempos, Radiobestiario citado de emergencia para evacuar nutrida agenda. Espere:

-Bedoya pasa sanción con explosión de color en su pelo y tumbos contra el tobogán del Cici acuapark.

-Todo sobre el debut futbolero-cultural de Krul.

-Zemaría y los jóvenes (y futbolistas) que fuman cocaína.

-Arranca la «devolución-manía».

-El trágico ciclo epopeya-catástrofe de Máyer Candelo, de Londrina al Bernabéu.

-Lo que nadie más tiene: Miguel Ángel y su testimonio de primera mano(seada) de la goleada en Madrid.

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Cambios y devoluciones

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¿De qué equipo es Jerry Seinfeld?

Hallazgo de Adolfo Zableh (consulte el otro lado de esta historia en rutaterricola.com)

Nuestra unidad investigativa hizo un seguimiento exhaustivo para poder definir esta pregunta. Las pesquisas, aunque dejaron quebradas las arcas de la redacción y sin modo de explicarle a Belisario Marín cuál va a ser el canje con el que se le abonará parte de la deuda adquirida por pasajes terrestres y marítimos -no hubo un solo aeropuerto en esta historia de búsqueda-, también esclarecieron muchas dudas sembradas desde el año 2006. Si bien el cómico gringo en su famoso programa trató de parecer fanático de los Mets, su corazón late por el motilón.

Fue en una visita relámpago a Bogotá, acompañado de todo su elenco. El objetivo era hacer un turismo distinto al que acostumbra el forastero que pisa nuestras tierras. Con el mapa claro decidió comer y rumbear en «Gustavo Carne de Pavo» y comer carne los domingos en el mítico «Pacheco los saluda». Un amigo le dijo que ir de Camping a Los Gansos era una idea extraordinaria. Su mal español lo llevó, por voces de algunos hinchas, a terminar en El Campín con unos tipos que no eran gansos, pero decían «Soooomos Gassssshhhhhhinas» con notoria tonada argentina.

Obediente, Seinfeld trató de alimentarse antes de entrar al coloso de la 57 y aunque fue asustado por algunos «perritus» en las instalaciones de Pollo Brujo (foto), consiguió consumir con los demás integrantes de la serie dos aves tipo broasted con cebolla roja. Y terminó yendo al partido Millonarios-Cúcuta, el mismo que aparece como nexo en la primera foto. Allí, en las graderías, oía que llamaban a un tipo con nombre gringo. A Willers. Por eso puso especial atención en el arquero Willers «Cauchito» Valencia esa noche de miércoles. Le comentaron que el técnico de Millonarios era Prince, y él, muy entusiasmado, bajó al camerino para hablar con el músico y para pedirle que le cantara a capella «Purple Rain». Jerry y sus amigos quedaron decepcionados cuando les abrió la puerta del camarín un «sexy motherfucker» con acento ocañero, quien lo sacó a empellones porque pensaba que era espía del Cúcuta.

Por ese gesto de grosería prometió que sería fiel a los colores rojinegrosde aquí hasta el final de los tiempos. Esa noche, si bien perdió su equipo 1-0 con gol de Gabriel Fernández, siguió yendo como incógnito al General Santander, cuando su apretado calendario lo permitía. Justo él lloró sus ojos con la eliminación motilona en la semifinal de la Copa Libertadores frente a Boca Juniors en 2007, en aquella noche de niebla y de Riquelme mandándola guardar al arco de Robinson Zapata. Al final del encuentro, no pudo hacer más que llorar en los corredores de la inhóspita Bombonera. Un hombre le puso la mano en el hombro y lo abrazó después. Lo invitó a comer algo y a charlar de fútbol. Ese hombre era Carlos Bianchi (foto) con quien, desde ese día, Seinfeld comparte una amistad que trasciende más allá de las fronteras.

El misterio fue resuelto. Seinfeld es motilón.