Lugar equivocado: Usurriaga en Millonarios

Recién aterrizado del Cúcuta Deportivo, Albeiro Usurriga llegó a Nacional a comienzos de 1989 y muy pronto el país supo que se trataba de un recontrafueradeserie. Este fue, lejos, su gran año. Un gol suyo a Israel en Barranquilla instaló a Colombia en un Mundial tras 28 años, sin olvidar que venía de poner una buena cuota en el título de Nacional en la Copa Libertadores.

Fue precisamente en ese torneo donde también se hizo a un lugar en el corazón de los hinchas azules en condición, por supuesto, de no-amiguito. Lo logró, en particular,  gracias al gol que le hizo a Sergio Goycochea en el partido de ida  por  la tercera fase  en la que ambos equipos se enfrentaron.

Pero no duró mucho el «Palomo» en Nacional. De ahí brincó, agarrón con Maturana sacamundial mediante,  al América, luego a Independiente y breve paso por Barcelona de Guayaquil, Málaga de España y Necaxa de México. Aun así, cuando el mismo Pacho que lo bajó del avión a Italia -por razones que todavía hoy son secreto de Estado- dio su vistobueno para que llegara al malogrado Millonarios de ese año, el recuerdo de la Copa del 89 seguía fresco en el recuerdo de una buena parte de la afición azul. Esto es,  el «Usu» de la memoria del hincha salía siempre vestido de verde, no de rojo.

El caso es que se demoró en debutar y cuando lo hizo dio fe de los meses que llevaba inactivo suspendido por una cierta cantidad de cocaína que, no dudamos, pusieron en su orina sus enemigos políticos.  Y el debut fue justo contra Nacional, una lluviosa tarde que no rayó con el inane 1-1 con el que terminó el juego. Luego vino la caída en picada, el corazón de la lechoneada, y el temperamental «Palomo», siempre lo supimos, no tenía el talante de boy scout necesario para enderezar el rumbo de un equipo pasando aceite. Con todo, hizo goles, uno al Quindío otro al encopetado Unicosta antes de partir en la más absoluta discreción.

Lo que usted no sabía del proceso de paz

Las partes no se decidían. Aunque sobraba la buena voluntad, las prevenciones eran más fuertes. Llegaron guiños del Vaticano, de Noruega, empujones de Obama, Castro, el maestro Alessis, pero nada. A punto estaban de levantarse de la mesa cuando del cielo cayeron estas palabras que son las que hoy abrieron las puertas de una nueva «pazmanía» para el país.

Adivine el personaje

Proyecto importante en Santa Fe en tiempos en los que se buscaba un recambio para Miller Cuesta  Miguel Mosquera Torres. Hoy nadie sabe por qué no han hecho una colecta de llaves que no se usan para hacerle una estatua. El ganador podrá reclamar un mechón oxigenado en las puntas, donación de Eumelio Ramón Palacios.

Farid Mondragón Adidas personalizado 2012

Otra vez los arqueros ejerciendo su derecho al libre desarrollo de la personalidad. Como ya lo hemos hecho notar en este espacio, quizás por ser los únicos que pueden coger el balón con las manos y además con derecho a vestirse diferente, sus personalidades son un universo aparte y casi siempre bastante complejo. A diferencia del de, diga usted, un central o un volante de marca, el niño interior de un guardameta pocas veces se resigna a ser uno más en el jardín zen emocional del equipo.

El episodio más reciente corre por cuenta de Farid Mondragón a quien se le ha visto con un uniforme Adidas que nada tiene que ver con la indumentaria Mitre del resto de sus compañeros. Pero la chispa de originalidad no para ahí. Tiene además un sutil patrocinio de un almacén de ropa deportiva a la altura de los hombros ausente en las camisetas de los demás jugadores.

Caso de emprendimiento o postura firme contra una alienación que asfixia una personalidad única e irrepetible, es un hecho -según nos confirma nuestra fuente en la Dimayor- que a los demás arqueros del FPC les prohibieron ver jugadas de riesgo en predios del Cali para evitar que el ejemplo de este mayor cunda.

Radiobestiario y las peripecias de Kruhl

 
En el Radiobestiario no descuidamos el -verdadero- acontecimiento futbolístico del año: la aventura de André Kruhl en Colombia.

Incluye además:

-Reminiscencias de Fabián Úcero.

-Sepa cómo el «Pelícano» Banguero nutre a sus crías.

-Comienza el proceso de paz y se vienen «Los cilindreros del Caguán».

-La «otra» Cartagena de Salvo Basile exige ser representada en el Real.

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José Ordóñez

«Me han hecho fama de malgeniado», le dijo el popular humorista José Ordóñez a El Espectador en una reciente entrevista. De esta forma, el  récord man de los chistes  trató de salirle al paso a crecientes rumores sobre su verdadera identidad. Y es que durante años, Órdoñez alternó entre hombre show de la radio y la TV y arquero de diferentes equipos profesionales.

¿Por qué no se dedicó a ambos oficios de forma simultánea? Fácil: bien lo han dicho, con razón,  los expertos, «dame un arquero serio, de experiencia y con diez más te saco el equipo campeón».  Por lo tanto, ¿qué respeto podría merecer un onceno armado desde atrás por Gallo Tapao o, en el mejor de los casos, por el inescrutable, pero siempre afable, Hermenegildo? ¿Creen que un defensa no podría dejar de escuchar, así hablara en su tono más neutro, las instrucciones de este golero en la voz del popular Benito? Imposible.

El mismo Ordóñez, lejos de las canchas, da rienda suelta a su otra pasión.

Por eso, para que una de sus pasiones -el humor- no canibalizara a la otra -el fútbol- desde muy joven José Órdoñez decidió que desde el momento mismo que pisara un estadio o un campo de entrenamiento tendría que transformarse. Así, el carismático capo de la risa se debía convertir en su Mr. Hyde: un adusto guardametas consciente como el que más de que de su capacidad de proyectar seriedad dependía nada menos que la realización de su proyecto de vida.

Y lo logró durante décadas. Nadie notó, por ejemplo, que Órdoñez se radicó en Bogotá durante todo 1993, año en el que, como arquero, apenas si tapó dos partidos con Millonarios (era suplente de Villarraga). La idea era aprovechar tanto tiempo libre para preparar su organismo, su voz y sobre todo su repertorio para batir en diciembre, por Radioactiva, una vez más el récord mundial de horas contando chistes.

Pero tantos años en la tarea de autocubrirse irremediablemente lo llevan a bajar la guardia. Así, cuentan, en momento de solaz tras una charla técnica  recién llegado -ahora como DT- a las huestes azules dicen que, sin querer, se le soltó un «papi, papi» con la entonación de Benito que dejó impávido al plantel.  Ante los dimes y diretes que comenzaron a rondar el grupo y que, por supuesto, minaban su credibilidad, Ordóñez no tuvo más alternativa que reforzar tanto como pudo su faceta malgeniada y de ahí la pregunta de El Espectador.

Pero el punto de quiebre vino tras el gol de Mario González que le arrebató a su equipo un prolongado récord de imbatibilidad. Inmediatamente se volteó y, enfadado, cuestionó a los suplentes: «¿ahora saben lo que se siente perder un récord?»

Hallazgo de @sebeat_

Exclusivo: encontramos a Bambuco

Bambuco, en el momento en que se entera de que el país será sede de Señora Universo, concurso que busca mascota.

Desde el día en que se supo que sería la mascota del Mundial sub20, hubo química entre este simpático avichucho y la redacción del Bestiario del balón. Por eso, y ustedes son testigos, mientras tuvo lugar el evento todos nuestro reflectores estuvieron sobre sus ejecutorias. Una vez terminado el evento nuevas prioridades coparon nuestra agenda y -hemos de admitirlo- no estuvimos pendientes de Bambuco cuando más lo necesitaba.

Ingratos, en este último año apenas recibimos esporádicos reportes sobre su suerte. De un tiempo para acá cada vez eran más los miembros de nuestro equipo que no podían conciliar el sueño atormentados por la culpa que nacía de la ingratitud de nuestra parte para con el pajarraco, más cuando, esto sí lo confirmamos, sabíamos que arrastraba su corazón roto.

Las versiones eran tan contradictorias como preocupantes:  una fuente en la Policía nos aseguró que había caído en garras de una red de tráfico ilegal de fauna, otra nos aseguró que estaba en la fila del cásting para PDNT, mientras que alguien más juró haberlo visto con un puestico en la décima prometiendo que el escudo que señalara su ya percudido pico sería el de los afectos del fantasma del descenso este año. Otro informante, en lo que consideramos un chiste de mal gusto, nos dijo que se había alisado la cresta y luego volcado sobre la cara para ser cabeza de lista del partido emo en las próximas elecciones de Congreso.

Por último un infiltrado en  la Federación nos habló de intrigas del «Cole» para mantenerlo a raya. Según esta versión, el celoso y caduco ícono de la era Maturana se las había arreglado para embolatarle la copia de la resolución de la Secretaría de Ambiente que lo autorizaba a prestar servicios por concepto de ave de compañía a las delegaciones que vinieron a la cita juvenil orbital y que le habían exigido en los predios de Luis Bedoya para autorizarle el pago de los honorarios.

A punto estábamos de lanzar una campaña de indignación twittera -no hay derecho que así le pague el país al que bien le sirvió- cuando un colaborador frecuente de nuestra Unidad Investigativa y que en Twitter responde al nombre de @elkiny311 nos llegó con este material que  muestra al buen papagayo en una labor que, si bien no es la ideal dado su palmarés, al menos asume con la alegría de quien al menos tiene trabajo la amable espera mientras abren la convocatoria para la mascota oficial de Señora Universo, magno certamen del que seremos sede en 2013 según se anunció hoy.

 

Un gol colegial que en 1985 desató la furia

Daba mucha rabia cuando, en los duelos de colegio, el tarado habilidoso decidía dar vueltas y vueltas con la pelota para gambetear a todos los del curso. No importaban las patadas que se le enviaran a las canilleras. El tipo pasaba impune frente a todos. Para completar su faena, se mamoleaba al arquero unas tres veces, se iba con el balón Mikasa despacito hasta la línea y se quedaba parado, sin hacer gol, esperando a que los demás fueran en cacería para evitarlo. La historia era igual: cuando el tarado veía muy cerca la tromba furibunda, tocaba dócilmente la pelota para que cruzara la línea.  Casi nunca la pelota tocaba la red. Era solo eso: tocarla y ya, con el único ánimo de mostrar superioridad y humillar al desairado.

Daniel Raschle era un delantero que actuaba para Cerro Porteño en 1985 y no tuvo mejor idea que hacer esa misma maniobra en un juego de Copa Libertadores frente a Millonarios en Bogotá. El azul debía ganar para estar en segunda ronda pero Cerro ganaba 0-1 con gol de Jorge Amado Nunes. Y pasó como en el colegio: Millonarios por irse a buscar el empate dejó sin protección a Vivalda y Raschle hizo de las suyas. Se sacó al arquero argentino con un dribbling largo y se fue hasta la línea, a esperarlo, sin hacer el gol. Vivalda, al no tener riesgo de recibir matrícula condicional, le mandó a Raschle un histórico planchazo que no evitó el gol, pero que sí fue una catarsis.

El juego, por culpa de eso, terminó en tángana y con el público afilando sus colmillos para comerse vivo a cada uno de los jugadores paraguayos, quienes debieron salir en la tanqueta 505 –un clásico a la hora de disturbios en el estadio-.

¿Y Raschle? Por su gol se suponía que iba a jugar en el Barcelona de España. Casi se le da el sueño. Terminó en el azulgrana Unión Magdalena en 1988, donde no pudo repetir su lujosa conquista de 1985.