Exclusivo: encontramos a Bambuco

Bambuco, en el momento en que se entera de que el país será sede de Señora Universo, concurso que busca mascota.

Desde el día en que se supo que sería la mascota del Mundial sub20, hubo química entre este simpático avichucho y la redacción del Bestiario del balón. Por eso, y ustedes son testigos, mientras tuvo lugar el evento todos nuestro reflectores estuvieron sobre sus ejecutorias. Una vez terminado el evento nuevas prioridades coparon nuestra agenda y -hemos de admitirlo- no estuvimos pendientes de Bambuco cuando más lo necesitaba.

Ingratos, en este último año apenas recibimos esporádicos reportes sobre su suerte. De un tiempo para acá cada vez eran más los miembros de nuestro equipo que no podían conciliar el sueño atormentados por la culpa que nacía de la ingratitud de nuestra parte para con el pajarraco, más cuando, esto sí lo confirmamos, sabíamos que arrastraba su corazón roto.

Las versiones eran tan contradictorias como preocupantes:  una fuente en la Policía nos aseguró que había caído en garras de una red de tráfico ilegal de fauna, otra nos aseguró que estaba en la fila del cásting para PDNT, mientras que alguien más juró haberlo visto con un puestico en la décima prometiendo que el escudo que señalara su ya percudido pico sería el de los afectos del fantasma del descenso este año. Otro informante, en lo que consideramos un chiste de mal gusto, nos dijo que se había alisado la cresta y luego volcado sobre la cara para ser cabeza de lista del partido emo en las próximas elecciones de Congreso.

Por último un infiltrado en  la Federación nos habló de intrigas del «Cole» para mantenerlo a raya. Según esta versión, el celoso y caduco ícono de la era Maturana se las había arreglado para embolatarle la copia de la resolución de la Secretaría de Ambiente que lo autorizaba a prestar servicios por concepto de ave de compañía a las delegaciones que vinieron a la cita juvenil orbital y que le habían exigido en los predios de Luis Bedoya para autorizarle el pago de los honorarios.

A punto estábamos de lanzar una campaña de indignación twittera -no hay derecho que así le pague el país al que bien le sirvió- cuando un colaborador frecuente de nuestra Unidad Investigativa y que en Twitter responde al nombre de @elkiny311 nos llegó con este material que  muestra al buen papagayo en una labor que, si bien no es la ideal dado su palmarés, al menos asume con la alegría de quien al menos tiene trabajo la amable espera mientras abren la convocatoria para la mascota oficial de Señora Universo, magno certamen del que seremos sede en 2013 según se anunció hoy.

 

Un gol colegial que en 1985 desató la furia

Daba mucha rabia cuando, en los duelos de colegio, el tarado habilidoso decidía dar vueltas y vueltas con la pelota para gambetear a todos los del curso. No importaban las patadas que se le enviaran a las canilleras. El tipo pasaba impune frente a todos. Para completar su faena, se mamoleaba al arquero unas tres veces, se iba con el balón Mikasa despacito hasta la línea y se quedaba parado, sin hacer gol, esperando a que los demás fueran en cacería para evitarlo. La historia era igual: cuando el tarado veía muy cerca la tromba furibunda, tocaba dócilmente la pelota para que cruzara la línea.  Casi nunca la pelota tocaba la red. Era solo eso: tocarla y ya, con el único ánimo de mostrar superioridad y humillar al desairado.

Daniel Raschle era un delantero que actuaba para Cerro Porteño en 1985 y no tuvo mejor idea que hacer esa misma maniobra en un juego de Copa Libertadores frente a Millonarios en Bogotá. El azul debía ganar para estar en segunda ronda pero Cerro ganaba 0-1 con gol de Jorge Amado Nunes. Y pasó como en el colegio: Millonarios por irse a buscar el empate dejó sin protección a Vivalda y Raschle hizo de las suyas. Se sacó al arquero argentino con un dribbling largo y se fue hasta la línea, a esperarlo, sin hacer el gol. Vivalda, al no tener riesgo de recibir matrícula condicional, le mandó a Raschle un histórico planchazo que no evitó el gol, pero que sí fue una catarsis.

El juego, por culpa de eso, terminó en tángana y con el público afilando sus colmillos para comerse vivo a cada uno de los jugadores paraguayos, quienes debieron salir en la tanqueta 505 –un clásico a la hora de disturbios en el estadio-.

¿Y Raschle? Por su gol se suponía que iba a jugar en el Barcelona de España. Casi se le da el sueño. Terminó en el azulgrana Unión Magdalena en 1988, donde no pudo repetir su lujosa conquista de 1985.

El día que el Deportivo Armenia jugó en la A

Aunque pertenecen al mismo lugar, son dos entidades diferentes. Quindío, fundado en 1951 y campeón en 1956 ha sido siempre un club tradicional del país. En cambio el Deportivo Armenia recién vio la luz en enero de 1988 y disputó un par de torneos de ascenso. Pero en un episodio similar al que vivió la selección francesa ante Hungría en el Mundial de 1978, cuando debió vestirse con la camiseta de Kimberley de Mar del Plata -los uniformes de franceses y húngaros eran muy parecidos y se confundían-, el Quindío se tuvo que poner el ropaje de sus hermanos menores de plaza.

Aunque el Deportivo Armenia jamás estuvo cerca de jugar en primera, la foto que consiguió nuestra Unidad Investigativa comprueba que alguna vez jugó en la A. Nunca se supo, eso sí, por qué el equipo que entonces dirigía el «Pecoso» Castro, debió vestirse así para su juego como local en el estadio Centenario. Probablemente Lavatex no llevó a tiempo la tula de los uniformes o, si había crisis, varios de ellos no se alcanzaron a secar a pesar de que los futbolistas, muy juiciosos, los habían puesto detrás de la nevera con el fin de quitarles la humedad antes de disputar su encuentro dominical.

Nadie pareció molestarse ni sentir vergüenza por el hecho. Solamente hubo una persona que protestó airadamente por el cambio de indumentaria: el niño que llora desencantado en los brazos de Franklin Baldovino.

Exclusivo: ahora sí, inauguran estadio del Cali

Luego de muchos ires y venires y de considerar diferentes usos para el otrora elefante blanco de Palmaseca, sus dueños por fin se han decidido. Aprovecharán la fiebre bicicrocista que hoy se apodera del país y, con la gramilla del Plazas Alcid como referente, levantarán la pista de supercrós más moderna de Latinoamérica. Aquí, en primicia, un render que nos da una idea de cómo quedará.

Imagen: @elkiny311

Homenaje al porcino desconocido

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Aporte de Zicodélico

Marranos famosos han existido y seguirán existiendo: Porky, Miss Piggy, el de Zenú -cuyo nombre publicitario era Míster Low Fat Pig-, Pipo, la tierna mascota que comía Chitos, propiedad de Eutimio Pastrana Polanía en «Don Chinche», Juan Carlos Lecompte… nosotros mismos alguna vez fuimos marranos de alguien ¿Para qué vamos a mentir?

Por eso es llamativo que este cerdo bebé, alimentado con bellotas, haya aparecido en una fotografía posando con la plana mayor del Santa Fe en 1975, año en el que ganaron su sexta estrella. Apenas atado con un cordel, sostenido por el aguerrido Óscar Bolaño y tratando de quedarse quieto mientras sonreían los grandiosos Alfonso Cañón y Ernesto Díaz, aparece el animalito de cola en espiral al lado de una de las mejores formaciones santafereñas de todos los tiempos. La imagen apareció en el diario El Siglo.

Pero el diario El Espacio fue un poco más allá

El chanchito brioso quiere irse a jugar con la pelota ante la seriedad de Ernesto Díaz y hasta Alonso «Cachaco» Rodríguez (primero, arriba a la izquierda) evita mirarlo de frente porque era toda una tentación para él: lechona o cochinillo bien podrían ser los destinos del animalito en cuestión si hubiera quedado al cuidado del jugador gourmet y líder de la doctrina No Fitness. El gran misterio que nuestra Unidad Investigativa no ha conseguido resolver es uno así de chiquitico, como decía el Inspector Ruanini en Sábados Felices: ¿Dónde estaba el león, la insignia máxima de los cardenales y que era un habitué en la salida del equipo? ¿Qué pasó ese día con el buen «Monaguillo», adquirido por Daniel Samper Pizano en el zoológico de Cali por 100 dólares?

Nadie sabe. De haber salido león y marrano a la cancha, «Monaguillo» lo hubiera devorado rápidamente. Eso sí, nunca tan rápido como lo habría hecho el Cachaco Rodríguez.

 

Radiobestiario con Miguel Ángel en los Olímpicos

El podcast que más piden los amos de casa no podía estar ausente del evento del año con su enviado especial.

Espere también en esta edición (con comienzo mocho por un problema con el satélite):

-Antología de grandes momentos de un espacio memorable del AM que se nos fue.

-Osorio Botello pasa cuenta de cobro y encuentra ambiente hostil oficinil.

-Zemaría posiciona a las termales de Rivera como locación triple X.

-El misterio del segundo Monaguillo.

-Exclusivo: tuvimos acceso a algunos de los poemas del maestro Alessis. Recital-primicia en voz sorpresa.

Descargar (Clic secundario y luego «Guardar enlace como…»).

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Refuerz@s para la selección

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