Le vende hasta un llavero

El periodismo deportivo y el emprendimiento, otrora «rebusque», van de la mano en Colombia. A veces de formas en las que preferimos no profundizar y a veces de forma harto pintoresca.

Este comercial previo al Mundial de Italia 1990 califica en el segundo paquete. En él vemos a Óscar Rentería en el intento de convencer hinchas para que compren no un paquete turístico para ir a Italia, ni el carro oficial del Mundial, ni siquiera la televisión. No. Ofrece un llavero, que debía costar no más de 10.000 pesos de la época, pero cuyo plan de negocios daba para pautar en televisión. Y aquí nos encontramos cara a cara con la otra variante de emprendimiento. Y mejor dejemos así, disfrutemos con la pieza y no nos pongamos tan trascendentales.

De la donación de DIABLO AMERICANO.

Radiobestiario y el Super Triumpf del FC

El primer Radiobestiario del año viene cargado de emprendimiento. Incluye:

-Los experimentos del científico loco Álvaro González.

-Juegos Mundiales de Cali incluirán Super Triumph del FPC: «Roque López, 245 partidos en la banca a la mayor, pido la guerra».

-Y otros juegos de mesa fusión inspirados en nuestro rentado: «Dayro Moreno te ha invitado a una fiesta», «Has caído en la cama de Óscar Julián Ruiz».

-Propuesta de recorrido por el Museo del FPC y su atracción estelar: «The FPC experience, no te dejes agarrar por Jaime O. Dinas».

-Escuelas de fútbol con nombre de famosos: ¿Dorian Zuluaga engatuza niños incautos?

 

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El único clásico sin hinchas

Si usted estuvo esa noche de octubre de 2005 en El Campín, solo hay tres posibilidades

1. Es hijo de un directivo.

2. Le dieron un carné de prensa prestado.

3. Usted es Harry Castillo (bueno, estuvo, pero no tanto).

Fue el clásico 241 de la historia (y hasta esta entrada ya iban 266). Millonarios había sido sancionado por disturbios de los hinchas en un juego previo ante Quindío y se prohibió el ingreso de hinchas de los dos clubes. Millonarios perdió 1-3. Santa Fe anotó gracias a Hirigoyen en primera instancia, y luego por el tino de Yánez, Suárez y Olveira. Gabriel Fernández botó un penal el pleno clásico -un hecho bastante común- y Harry Castillo, de tiro libre, hizo el descuento. No fue un partido inolvidable, salvo por el hecho de que las mariposas negras pegadas en las paredes del estadio superaron con creces el conteo humano y por la frase del «Pecoso» Castro ante la parsimonia de Sebastián Hernández para cobrar un corner («¡Hágale a ver! ¡Parece que fuera ganando 5-0!»)

Imperdibles fueron los sonidos de los cuatro tiros en el palo y el ataque de rabia e impotencia del gran Pecoso al final.

La Eduardojulianística: una doctrina en vías de extinción

Al ver este video se piensa que el Unión Magdalena iba de último por la rabia de la gente en las tribunas, pero no. El «Ciclón» iba ¡de primero en la tabla! Había clasificado a los cuadrangulares cuatro fechas antes del final del todos contra todos en el 2003. Pero perdió contra el Quindío jugando pésimo, tanto que se especuló sobre un posible amaño de ese juego que jamás se pudo comprobar. Eduardo Julián Retat estaba tan bravo como los hinchas y se aguantó los insultos del Eduardo Santos de Santa Marta. Pero uno de los principios de la doctrina Eduardojulianística es que si todo sale mal, todos deben poner la jeta, sin arrugarse. Por eso al final de ese juego agarró al defensor central argentino Sebastián Alderete, casi lo encuella y le advirtió que se disculpara porque él y sus compañeros habían dado pena en el campo.

Otros dos mandamientos que supo tener la Eduardojulianística por esos años era no tener arquero suplente (si pasaba alguna emergencia estaba Eyner Viveros para cubrir ese puesto) y usar como guardaespaldas  al preparador físico del equipo para que, ante algún mal resultado, un hincha samario lo pensara más de dos veces antes de romperle el vidrio trasero del Swift rojo que poseía el gran DT del Unión.

Soluciones bestiaristas si no tiene Directv

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No nos dé las gracias. Es hora de que prenda su radiola y empiece a oír la programación caracolera. Los «Colectivos» de Caracol ofrecen diversión, entretenimiento y muchos deportes. Teresa Gutiérrez, Juan Guillermo Ríos, Jairo Alonso, Armando Moncada y Los Tolimenses, entre otros, darán alegría a su dial si no puede ver el FPC. La redacción en pleno no sabía cómo solucionar el entuerto de perderse las incidencias del fútbol nacional -aún tenemos TV Cable con decodificador imitación madera marca Zenith-, pero María Ester nos pasó este aviso de prensa y cambió todo. Desde ya, el Bestiario del Balón se subió a los colectivos de Caracol.

¿FPC? No, FC. Las nuevas reglas del rentado.

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Acaba de ocurrir. Recién empezaba el  clásico «colonial» entre  Santa Fe y Bogotá en Tenjo cuando un árbitro empoderado y seguramente presidente del club de fans capítulo Tenjo-Tabio-Siberia-Cota de Guillermo «el Chato» Velásquez decidió expulsar a tres jugadores rojos: Vargas por una falta y Centurión y Anchico por reclamar. La decisión del colegiado no cayó bien entre los demás partícipes del espectáculo quienes confabularon para que el cuarto, el quinto y el sexto expulsados fueran los integrantes de la malograda terna. Huérfanos de ley, resolvieron luego que el PF de Santa Fe tendría por fin la oportunidad de dar rienda suelta a su seguramente oculta pasión por el referato.

Abierto el boquete en el reglamento, el Bestiario del balón le preguntó a sus seguidores en Twitter qué otras normas extraídas del siempre entrañable fútbol barrial podrían de una vez incorporarse al reglamento de nuestro FC (hechos como este demuestran que hace rato perdió la P). He aquí los resultados:

-Se permite el arquero movible. @fmaldonado10

-Queda proscrito en cualquier circunstancia el gol de palomero. @cexar841

-Último gol gana y el último recoge los sacos. @AndresMata

-El dueño del balón establecerá en cualquier caso las reglas del partido a disputar. @caalvareza

-Jugará sin camiseta el equipo que reciba el primer gol. Tercer tiempo alrededor de petaco pagado por perdedor será de carácter obligatorio. @jymmartin

-Si por cualquier motivo un grupo de futbolistas de mayor edad aparece en la cancha, estos tendrán potestad para interrumpir partido.  @eseclemente

-Los equipos quedan facultados para reducir tamaño de la cancha y para reemplazar arcos por petos puestos a cuatro pasos de distancia. @gabo_conV

-De carácter optativo será la modalidad de «metegol tapa» para concentrar emociones y atención en un sólo arco en caso de estadios medio vacíos. Parágrafo:  Nadie será obligado a comer papas contra su voluntad cuando salga . @jecarrilloh

-Se eliminan recogebolas. Entra en vigencia ley de la botella -el que la bota va por ella- y queda derrogada la del vaso: el que la bota no hace caso. @bestdelbalon

¿Más aportes? #futboldebarrio

¡Mírame a los ojos, verás lo que soy, yo soy Mina Polo, yo soy el control!

 

Agradecimientos: Alejandro Valcárcel

Los homenajes solamente están destinados para los grandes. Por eso el grupo de rock Peceto Permanente ya tiene un lugar reservado entre los próceres musicales de la historia. Los argentinos, más exactamente de la provincia de Santa Fe, hicieron uno de los más fastuosos tributos a un hombre que hace parte de la entraña de esta página: Leonardo Mina Polo, que dejó marcas imborrables a sus rivales con su estilo «rock al parque», tras su paso por Colón en 2002. Su pogo futbolístico le permitía, a punta de codazo y patada, hacerse un huequito en las defensas adversarias.

Usted puede oír la canción homenaje a Mina Polo haciendo clic aquí

 

La noche en la que un club perdió su nombre durante 365 días

Hubo intentos anteriores y germinados del eje cafetero. Más exactamente el Varta Caldas y el Cristal Caldas, pero sus fanáticos jamás osaron cambiar el nombre de su club por el del patrocinador. Los hinchas a veces gritaban «Cristal», pero se mantenían finalmente en el apellido del sabio inventor del jeroglífico «Oh larga y negra partida», antes de su fusilamiento. Caldas se imponía ante la mayoría.

En 1991 cambió todo en la región cafetera. En el Quindío comenzó la expansión corporativa que hoy avala nombres como el de La Equidad Seguros. Un famoso empresario llamado Iván Botero Gómez decidió darle un gran apoyo al club dándole dinero con patrocinio a cambio de exposición de imagen de su empresa: IBG. ¿Qué comercializaban? Electrodomésticos para el hogar comprados a cuotas. En Caldas se avivaron y como IBG imponía la moda de sponzorización, llamaron de inmediato a la Phillips para que les tirara una luz.

Quindío pasó a llamarse IBG Quindío y el Caldas recurrió al nombre de Once Phillips. Era una guerra entre hermanos. Inconscientes de lo que ocurría los hinchas empezaron a convertirse en el mejor vocero de las marcas que estaban estampadas en el pecho de sus héroes. Durante una noche en la que Santa Fe venció 3-2 al Quindío, los aficionados cuyabros vivaban a su equipo, a pesar de la derrota, con un coro estridente: «¡I-B-G, I-B-G, I-B-G, I-B-G!». En el Palogrande se dieron cuenta y se desgarraban la garganta gritando «Phi-lipps, Phi-llips, Phi-llips».

El despropósito duró en Armenia un año. Era común oír en las esquinas diálogos que se prestaban para la confusión: «Frutos, a punto para el IBG», «Are para el IBG». Las señoras, abanicándose y refrescándose con un vaso de Moresco, suponían que la empresa le iba a jalar al tema supermercados y agricultura, sin saber que eran los apellidos de los nuevos refuerzos argentinos del club.

Durante 365 días en Armenia el Quindío no existió. En Manizales se extendió un par de años más.

El extranjero que llegó de visita por esos días se sorprendió al ver en el periódico el titular «IBG 1-1 Phillips». Y el nativo también. El fútbol se había desnaturalizado por primera vez. En 1992, IBG pasó al olvido y Colombiana se hizo cargo del patrocinio.

Eso explica, de alguna manera, que Dalhom o Coopdesarrollo en 1991 no pudieran ser patrocinadores de Millonarios o de Santa Fe por esos años.