Rionegro-Aguardiente Antioqueño 2008

Los contratos de patrocinio a más de un año son tan escasos en la primera B como los pasajes de avión. Un día un equipo está en su estado natural, es decir, sin patrocinio y al día siguiente aparece con jugando con páginas amarillas en lugar de camisetas.

Tal panorama obliga a los equipos a someterse a los caprichos de los pocos que aceptan invertir unos pesitos para que la marca de su empresa llegue a las pantallas de los canales regionales y a las páginas de Nuevo Estadio. Excentricidades como la de la Fábrica de Licores de Antioquia, que en 2008 obligó al Rionegro a lucir un uniforme que a primera vista parece hecho con pancartas sobrantes de las diferentes ferias y fiestas que Aguardiente Antioqueño patrocina en el país.

Pero nosotros, como siempre, preferimos ver el vaso medio lleno y más bien creer que si la FLA mandó a estampar el nombre de su producto de un tamaño legible desde el satélite lo hizo movido por el noble e incluyente interés de llegarle a los aficionados con discapacidad visual, algunas de ellas, seguramente, resultado de consumir la versión adulterada del producto en cuestión.

Wikibestiario: a ver cómo le explican esta a Leoz

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Con el vistobueno de nuestros popes del fútbol y en la flor de la euforia de aquel aciago 1994 circuló el álbum de Max Caimán. Seguramente estaban en el tercer tiempo de uno de tantos partidos contra arrejuntados africanos cuando algún funcionario de mediano perfil les pidió el favor de darle su aprobación final a los contenidos del producto editorial. Una de dos: o no lo leyeron lo que les llevaron por andar pendientes de que llegara el correo de la noche de la época o hacían parte de alguna oscura conspiración para poner fin al reinado de Nicolás Leoz en la Conmebol.

Sólo así se puede explicar que un producto avalado por la Federación y su patrocinador ponga a Nikolai Lios en la categoría de «payaso frustrado», «ex empresario de circo»  recordado por sus «tontos chistes lunáticos». Pero más demente aun, todo esto en una historia en la que el destino de los buenos está en manos de la sabiduría de Pacho Maturana y de la claridad de Antanas Mockus.

Genial aporte de @alvaro_caste

Grandes enigmas

Adivine qué le está diciendo Javier Fernández a su tocayo y gane unas onces a todo timbal en compañía de Bambuco en el tradicional salón Yanuba de Bogotá.

Debut y casting

httpv://www.youtube.com/watch?v=CYBSTEheXf8

Es bien conocida la historia de Andrés Villegas, el hoy periodista deportivo que en su debut y despedida como arquero de Millonarios -y como arquero en general- recibió cinco goles sin que su equipo perdiera y sin que fuera catalogado como el peor de la cancha. Pero a la historia le faltaba un capítulo que hoy nuestra unidad investigativa revela: un día antes del juego y sin querer, a Andrés le dio por autoentrevistarse en en esta nota de Canal Capital. No sabemos bien, pero seguro fue una voz, un extraño impulso que lo llevó a exigirse al máximo cuando tuvo cerca el micrófono y la cámara. Por supuesto lejos estaba de saber que este sería en realidad un casting para una nueva etapa de su vida. Como lo pueden ver, delante de la cámara se mostró seguro, desenvuelto. Transmitía credibilidad por los poros. Todo lo que un comunicador debe tener.

Meses después, el destino pondría a Andrés detrás de una cámara de CityTV  a entrevistar a los arqueros de Millonarios. Es caprichoso el azar.

De cuando los corresponsales eran de verdad

El maridaje fútbol-sector financiero es de vieja data. El tema es que hace 20 años no hacía falta recurrir a la ficción para de ahí sacar al protagonista de las campaña. A los encargados de esta estrategia publicitaria de la extinta Coopdesarrollo les bastó colgarse de la trama que ya habían desarrollado Carlos Antonio Vélez, Hernán Peláez y el inolvidable cuchuflí en Teledeportes. De ahí salió esta suerte de spin-off compuesto por varias piezas. Aquí una de ellas, en la que Vélez reemplaza a su compañero por una bella modelo que, o tenía serios problemas de dicción o era foránea y escuchaba perfectamente el español, pero tenía todavía problemas para hablarlo. De ahí el recurso del doblaje.  A propósito: ¿la identifican? Nosotros no.

Wikibestiario: ¿sabe usted cómo se mueven las luces del Estadio El Campín?

El cambio de ilumación en el estadio El Campín para el Mundial Sub 20 recibió muchos aplausos, sin embargo, la Unidad Investigativa del Bestiario del Balón siempre está pendiente de lo que ocurre tras bambalinas.

Mientras que uno de los miembros de su redacción salía de la tribuna de prensa para hacer un avance electrónico con la tarjeta Visa (patrocinador del Mundial)  para pagar unas vuvuzelas criollas que le encargaron desde Sudáfrica, se dio cuenta de un detalle digno del inspector Ruanini en la sección «Pille el detalle» de Sábados Felices.

Dos trabajadores de overol y walkie talkie marca Fisher Price corrían alrededor de la torre noroccidental con un par de cables gruesos. Su misión: perfilar y cambiar el ángulo de las luminarias que cuelgan de las torres para que alumbren mejor ciertas partes de la grama, de acuerdo a las instrucciones que recibían por sus aparatos electrónicos.

«Más a la derecha», «más a la izquierda», «quédese ahí-ahí-ahí-ahí» eran las órdenes, como si estuvieran ajustando la vieja antena del televisor.

La avanzada técnica -toda una perla de la inagotable malicia indígena- ya fue patentada y estadios como el Parque de Los Príncipes, Alí Sami Yen, Camp Nou y Anfield Road estudian la manera de comprar una franquicia para hacer lo mismo, todo por el bien del enfoque lumínico de sus coliseos.