Wikibestiario: Lothar Matthaus por la senda del ligre

Cuando primero llegó el archivo, nuestra unidad de recepción, análisis y clasificación (en liquidación) lo desestimó. «Ahí medio aguanta, es Saulo Hernández tapando con una camiseta manga larga de la selección alemana en el Pereira» fue el dictamen del responsable de recibir la filtración.  La cosa quedó quieta hasta que en un uno de nuestros talleres pedagógicas que se enmarcan en nuestro programa de responsabilidad social nos encontrábamos en plena actividad de repaso y memorización de rostros de futbolistas famosos. Fue entonces cuando la persona a cargo de la dinámica tuvo la epifanía: «yo a este man lo he visto antes», dijo cuando pasó la diapositiva de Lothar Matthaus, «a este vergajo dónde fue que lo vi hace poco», se preguntó.

Varios días duró con la inquietud hasta que por fin, en la ducha,  logró atar el cabo: había sido en la foto del Pereira donde supuestamente Saulo Hernández lucía el uniforme de la selección campeona en Italia’90. Apenas cayó en cuenta gritó: «Ese no es ningún Saulo Hernández, ese es Lothar Matthaus y nos mamó galló». Se citó a comité de crisis y se aportaron las pruebas. No hizo falta mayor argumentación, las imágenes eran contundentes y la conclusión también: Lothar Matthaus vino de incógnito a Pereira y, siguiendo el ejemplo de la vecina Cali, tapó en el Pereira.

Fotografía del astro alemán que se incluyó en el dossier.

La siguiente tarea fue averiguar  por qué diablos «Mateito» Matthaus vino a templar a la Perla del Otún y más en calidad de arquero. Dice la fuente que aceptó hablar para nosotros a cambio de preservar su identidad y de cuatro consejos para la vida del Vágner del amor,  que el volante y luego stopper tenía  una fuerte fijación por los cruces entre felinares, razón que aparentemente lo llevó a visitar al Ligre del Zoológico Matecaña. Al parecer coincidió en su visita con Saulo y su familia, quien, mire usted, también se interesaba por el tema. El golero, germanófilo de vieja data además, lo identificó, vio que se parecían y de una le fue diciendo «viejo Lothar, vos sabés que lo mío es suplentear, este año estoy jodido, me ha tocado casi todo de titular, haceme ahí un 14 y te haces pasar por mi el domingo, luego si querés te invito a conocer Juanchito».  Algo atónito y desatendiendo por un momento al ligre, Matthaus reflexionó para luego aceptar la propuesta, «qué más da, ya entrados en gastos démosle» pensó para sus adentros, en alemán, por supuesto. Luego miró al ligre en busca de aprobación y este asintió.

Al día siguiente saltaba a la cancha del Pascual con el grande Matecaña, pero ocurrió que Saulo no contaba sino con un buzo que justo había mandado lavar el viernes y que no se había alcanzado a secar, ni poniéndolo detrás de la nevera. Esto obligó a Lothar a usar su uniforme de dotación que  cargaba siempre en su equipaje de mano, «por si las moscas». Como habrá de suponer, amigo lector, para evitar quedar en evidencia, ese día el arquero del Pereira no habló. No hubo quien liderara al equipo desde atrás.Intentó con lenguaje de señas, pero nada.  Hebert González, encargado de comunicarse con el supuesto Saulo se quedó un poco más calvo tratando de adivinar que quería este con «¡schaisse!, ¡ligren!». Al terminar el partido, el verdadero Saulo le recibió el uniforme de afán (se lo quedó, por supuesto) y tuvo, ahora sí en castellano, que rendir descargos en el camerino. A Lothar, eufórico y torsidesnudo, se le vio esa noche deambular por Juanchito gritando, botella de aguardiente blanco en la mano, «¡schaisse!, ¡ligren!»

Radiobestiario y la Clínica del amor

 

Regresa el podcast que encabeza el playlist del iPod de Víctor Luna:

Esta semana con:

-Santa Fe estrena micas umbro.

-Todo sobre lo ocurrido en el Roof Arena: «Villa Valeria, aquí están tus hijos».

-Sepa por qué La Equidad es la verdadera selección Colombia.

-Devaneo: postales cotidianas de la mansión Playboy.

-Caídas las mallas, ¿quién protegerá a los hinchas?

Tema inicial: «La nutritiva», de Carlos Curiel, genial aporte de @El_Diegoz

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¡Extra! El carrusel de la salud y una final de La Equidad bajo la lupa

Un testigo encubierto que iba a hablar sobre el carrusel de la salud dejó sobre la mesa de una lonchería chapineruna este casete, que cayó en manos de nuestra Unidad Investigativa.

Entre los videos que llevaba para comparecer ante los fiscales estaba este video, prueba reina de lo que se supone fue un despilfarro de esfuerzos y dinero: la transmisión de la gran final del Hexagonal del Olaya 1998. Los  investigadores pretenden estimar cuál fue el costo de las chaquetas que lucen con garbo y donaire  Eric Frasser y un amigo de la casa, el gran Henry «Bocha» Jiménez.

También los entes judiciales buscan descifrar frases que podrían ser señales en clave: Una de ellas la lanza el bienamado «Bocha» que dice que Seguros La Equidad es un equipo «compensadito». La unidad de investigadores se trasladó de inmediato a las instalaciones de Compensar para saber si tiene relación con ese comentaro hecho al aire y que, de encontrarse el nexo, podría fijar una alianza bajo la mesa entre las dos empresas.

De lo que sí están seguros los investigadores es que hubo dilapidacion de fondos en micas hospitalarias después de que Hernando Perdomo Ch lo confesara, cuando no sabía que ya estaba al aire y con los micrófonos encendidos. Se oye claramente en los primeros segundos que dice la frase: «Juana: préstame la pipa, Pepe, para hacer pipí». Nuestra Unidad Investigativa quiso ir más allá y acudiendo a modernas técnicas de audio, pudo escuchar esa frase al revés para ver si había algún mensaje subliminal, además de la ya mencionada y escatológica revelación. ¡Oh, sorpresa! Había, en efecto un mensaje encriptado que rezaba: «Palacino, pase pa la papa». La información extractada por nuestros avezados periodistas ya está en manos de las autoridades incompetentes.

Finalmente, y por culpa de los pixeles, no se ha podido establecer si el Santiago Escobar que aparece en la formación de La Equidad es el mismo que hoy dirige a Nacional y que enfrentará a los aseguradores en la final del apertura. Se cree firmemente que se trata de un homónimo pero hay temor porque si se tratara del «Sachi» es seguro que la ley del ex funcionaría en esta final del torneo apertura 2011.

Seguiremos informando…

Ser sede afloja la prosa II: Retrato de Bogotá

Y produce notas dirigidas, ¿desde otro planeta? a las señores y los señores del mundo para introducirlos a la Londres del Cono Sur. (#marcabogota)

¿Ah sí? «Pues me arranco el bigote», de cuando Pinto perdió su mostacho

El fútbol colombiano está perdiendo a sus bigotes más representativos. Gran conmoción causó en la sala de redacción de este medio la noticia de que la causa había perdido uno de sus estandartes: el longevo y tupido mostacho de Jorge Luis Pinto. Por eso, y haciendo esfuerzos para no dejarnos paralizar por la consternación, nos pusimos en la tarea de investigar el hecho. Activamos nuestras redes y pronto llegó el resultado. Es esta imagen que capta el momento exacto en que, en uno de sus recurrentes ataques de ira, que no fue en un estadio (nótese que estaba oyendo walkman) sino en la calle y no sabemos por qué: ¿Un comparendo injusto? ¿Una colada en una fila? ¿Un rebelde e insoportable vello facial enconado que desató la furia? Se abre el debate.

Pinto sonríe tras superar el piedronón, pero ya sin bigote.

Guaca-guaca

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Maradona vino a Cali y entrenó en el Cali

Es bien sabido que medirse camisetas de equipos del mundo es, más que la pelota, la verdadera pasión de Diego Armando Maradona. En documentar esta desbordada afición del 10 ya han dedicado parte de sus vidas nuestros mentores de Enunabaldosa. Es bien conocido que el Deportivo Cali, entre los futbolistas del continente, es un destino turístico tan cotizado como Aruba, Cancún o el Irotama. El caso es que ambas cosas se juntaron en 1979, año en el que Argentinos Juniors vino a jugar un cuadrangular a la capital del Valle contra América, Cali y Cúcuta.

Atraídos seguramente por la buena reputación de la ciudad y -cómo negarlo- por la impresionante liquidez de la que gozaban sobre todo los rojos en esa época, los bichos colorados aterrizaron para enfrentar primero al América -derrota 3-2 con golazo de Maradona- y luego al Cúcuta: victoria 5-1 con cuatro del de Villa Fiorito. Pero esto es secundario. Importa que Diego se las arregló para darle rienda suelta a su pasión, que para entonces no pasaba ni por las caleñas, ni por lo que se hace en Condoricosas ni tampoco por lo que comercializaban los polémicos empresarios que recién se habían instalado en la junta del América. No. Tuvo tiempo, no sabemos cómo, para cambiarse a las carreras detrás de un palo de mango y ponerse el uniforme completo  del América y, ecuánime como siempre ha sido, de ahí salir a las carreras y, ansioso, a medirse el del Cali y sentir por unos minutos el relax y el confort que este le había hecho sentir a tantos colegas suyos, arqueros sobre todo.  Sólo entonces sintió que ya podía regresar, pleno, a Buenos Aires.

Gran aporte de @SrCendales

Radiobestiario y las fiestas socialistas

El Radiobestiario de esta semana con una exclusiva mundial: el comunicado de Miguel Ángel sobre el affaire Strauss-Kahn. Espere también:

-La hermana de Millos David se llamará Maria Comanda.

-Exclusivo: el gramado del Eduardo Santos también sufrió los estragos del Agroingreso Seguro.

-¿Si no hay Jack Warner para qué Mundial?

-Una pata más que le nace al caso Equidad-Sociedades místicas.

-Y lo esperado, reminiscencias de fiestas socialistas con Strauss-Kahn y Miguel Ángel.

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Colombia disfraz Chile, Mundial juvenil 1987

Colombia llegó a Chile con el título suramericano en sus maletas pero sin los uniformes oficiales. La idea era que, al llegar, Adidas se encargaría del tema. Pero no.  Se vino el primer partido contra Bahrein y nada que aparecía la indumentaria. Suponemos que hubo desespero ante la perspectiva de tener que recurrir al traje de Adán, hasta que a alguien se le ocurrió poner a prueba el nivel de hospitalidad del equipo local y pedirle prestados sus uniformes.  Para la época, recordemos, la segunda camiseta de Colombia era roja, muy similar a la chilena.

No sabemos sí a las buenas o a las malas, el caso es que los chilenos aceptaron despojarse de su ropa de trabajo y prestársela a los colombianos. El utilero, de afán, le cosió unos escudos que tuvo que dibujar en técnica flumaster y listo, a cantar los himnos.

Pero el lío siguió. Llegó el siguiente partido contra Alemania Oriental y los de Adidas nada que aparecían. Esta vez los chilenos, aún bajo el efecto de los olores corpóreos criollos (salpimentados con el de los bareiníes), se negaron terminantemente a repetir el acto de desprendimiento. Quedaba la alternativa de usar un viejo juego de uniformes que el utilero había traído, suponemos, para proveer de piyamas a quien se lo solicitara. Pero estaba el lío de que los uniformes eran marca Comba o Torino o Wala, pero no Adidas y ya había un acuerdo que obligaba al equipo de Finot Castaño y Hugo Gallego a lucir la marca alemana.  Recursivo, el utilero, que dominaba ya la técnica flumaster, propuso calcar el logo de cualquier revista y hacer él unas falsas marquillas. Sin alternativa mejor, se le dio vía libre. El resultado sirvió para salir de apuros, pero no para evitar la multa que luego haría llegar la FIFA por lucir publicidad en la camiseta. Era fácil esquivar la sanción: el utilero bien podría haber argumentado que se trataba de arte puro, técnica flumaster.

Colombia con logo Adidas artesanal. Detalle: Eduardo Niño luce uniforme gentil obsequio "Mono" Navarro Montoya.

Imágenes tomadas de «Fotos Fútbol Colombiano«.

Fútbol con bigote: Freddy Rincón

Una monita difícil esta. A la hora de hacer la antología de los grandes bigotes de nuestro fútbol vienen a la mente poderosos y frondosos mostachos como los de un «Polaco» Escobar, un Álex Comas o un Gabriel Quimbaya jugador de bigote tan poderoso que lograba dejar en segundo plano lo que hacía con los pies, pero nunca nadie pensaría en el «Coloso de Buenaventura».

Y lo peor es que fue un bigote tardío.  Que se lo haya dejado en Italia´90 cuando tener bigote era más que la norma, era un compromiso moral y ético con los integrantes de un plantel al que más que su juego lírico lo caracterizaba la diversidad de vellos labiales era algo comprensible. Rincón, recordemos, fue de los pocos integrantes de ese equipo que no le caminó al tema. Pero no. Este bigote data de 1996, cuando sólo un par de tercos y anacrónicos insistían en no afeitárselo. Quizás fue fruto de una apuesta, tal vez fue que en un atardecer frente al pacífico reflexionó  y muy para sus adentros pensó «ya le  hice un gol a Alemania en un Mundial, ya le hice gol a Argentina en el Monumental, hasta jugué en el Real Madrid, pero me estoy volviendo viejo, ya pronto me retiro y todavía no sé lo que se siente echarme un pique con bigote, como todos mis parceros».

Habría que ver qué pasó después. Expertos consultados sostienen que es harto probable que Rincón careciera del todo de vellosidad facial. ¿Se habrá puesto injertos? ¿Habrá recurrido a una casa de disfraces? ¿Le habrá pedido que compartiera mostacho a un compañero? ¿Habrá recurrido al milenario truco de frotarse esa zona con papel higiénico? Juzguen ustedes.