Radiobestiario decembrino

RonaldoBarcino

El último Radiobestiario del año con:

-Chemaría delirante (pero lo siguen robando).

-Ronaldo cotiza pasajes a Neiva. El barcino (y el barcinito) lo esperan.

-Recuento: los mejores devaneos de 2009.

-De turismo por Colombia en (Maxi) Flotta.

-Chismes picantes.

-Columnista invitado: Miguel Ángel.

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Pille el detalle

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Pille el detalle en la foto publicada hoy por El Espectador y gánese tres pases dobles para la novena bailable de la Comisión Arbitral.

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Lugar equivocado: John Mario Ramírez en Santa Fe

JohnMarioSantaFe

Fue como ver a Alfonso Cañón o a Víctor Aristizábal con la azul.  John Mario Ramírez, ídolo de buena parte de la hinchada de Millonarios y artífice de los dos subtítulos de los 90,  tuvo su desliz en el segundo semestre de 2003 con el rival de patio.  Y no fue cualquier puesta de cachos. No. John Mario no sólo se puso la roja para indginación de ambos bandos, sino también para hacerle un gol a Millonarios en el clásico en el que debutó en las filas cardenales.

Como se trataba de un furtivo freelance, la cosa fue más bien breve. Santa Fe, dirigido ese año por Julio Comesaña, no clasificó a los cuadrangulares y para el año siguiente John Mario abandonó en silencio, tal vez con los zapatos -bueno, los guayos- en la mano. Volvió a aparecer en primera división dos años después en el Boyacá Chicó equipo que claramente le causaba menos complejo de culpa.

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Millos-Mustang 2002-II

Imagen 3
Alexander Lemus y Yohan Viáfara, dos baluartes del Millonarios 2002-II.

Cuando se anunció hace unas semanas que el nuevo patrocinador del torneo sería Postobón no faltó quien pusiera el grito en el cielo. Hinchas, periodistas, ciudadanos de a pie y comités de señoras elegantes advirtieron que la presencia entre los equipos participantes de uno vinculado con la empresa que a partir del 2010 respaldará al rentado representaba, cuando menos, un escollo ético, un impresentable conflicto de intereses.

No obstante, en medio del drama nadie cayó en la cuenta de que no era la primera vez que esto sucedía. A los hinchas del equipo sobre el que recayeron todas las miradas les faltó esgrimir en su defensa  que en el segundo semestre del 2002 Mustang, patrocinador del torneo, fue también bizarro e improvisado sponsor de Millonarios sin que los  bríos del popular corcel de Protabaco hayan servido para sacar a los azules del penúltimo lugar de la reclasificación en el que terminaron ese año.

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Lugar equivocado: Néstor Villarreal de verde

VillarrealCali

Baluarte algo silencioso del título americano de 1992, Néstor Fernando Villarreal fue de esos refuerzos que llegó sin hacer mucho ruido y que a punta de un trabajo modesto pero efectivo pronto se ganó los afectos de la hinchada roja.

Ex Independiente, estuvo también en Barcelona de Guayaquil, en Júnior, en el Millonarios de Diego Umaña, en Aldosivi y en el primer Chicó.  Pese a esta nutrida hoja de vida, en Colombia se le asocia sobre todo con el rojo, gracias  a la campaña exitosa de 1992. Por eso llama la atención esta imagen que debe datar del año 2000 en la que Villarreal posa con la verde durante una breve estancia suya en el lugar de entrenamiento del rival de patio. Hay que aclarar, eso sí, que nunca llegó a jugar un partido oficial con el entonces todavía  Súper Depor.

Prográmese mañana (y bonus track incunable)

httpv://www.youtube.com/watch?v=uM4cNER23iM

De Bogotá en las canchas, tráiler de la serie.

El Bestiario del balón, siempre preocupado porque sus lectores tengan acceso a programas de televisión de la mejor calidad, se permite sugerirles sintonizar Señal Colombia mañana a las 7:30 PM para que disfrutemos y nos instruyamos con el primer capítulo de la serie documental «De Bogotá en las canchas». Este proyecto, que contó con la asesoría histórica del Bestiario del balón gracias a alianza semiestratégica gestionada por Maria Ester y nuestro departamento de educación continuada a través de su oficina de gestión audiovisual (en liquidación), comprende nueve documentales sobre la historia del nunca bien ponderado fútbol bogotano con testimonios de futbolistas, directivos, técnicos e hinchas acompañadas de imágenes de archivo muchas de ellas inéditas.

httpv://www.youtube.com/watch?v=XPsMDVPEDQE

Introducción de la serie.

Las reminiscencias del Olaya, los ídolos foráneos y locales, el fútbol femenino, las glorias trasplantadas y nativas están en esta serie que se ocupa de muchos capítulos que se escapan del alcance del Bestiario, especializado, como ya bien lo saben, en derrotas, fracasos y en figuras de perfil mediano. Aun así, en De Bogotá en las canchas también habrá espacio para las curiosidades que los televidentes con ojo afilado podrán detectar. Les adelantamos una, sin duda un incunable: esta camiseta con caracteres chinos que Santa Fe utilizó en un clásico previo a una gira por la China en 1979. Hasta donde sabemos, este fue el único partido en el que se usó el uniforme pues la gira se malogró por la derrota de esa tarde que motivó a los directivos a cancelar el periplo. No sabemos si luego la directiva firmó convenio con el China Town de la 92 con 11 para ofrecerlas como regalo a cambio de un pedido de 12 o más lomos agripicantes.

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Para más detalles, clic acá.

Moreno: ¡deje celebrar al moreno!

httpv://www.youtube.com/watch?v=POQQWT-tnHg

No hay chiva periodística que respete una celebración. En medio del jolgorio producido por el regreso a primera división del Cortuluá, nuestro ya conocido Jaime Dinas no quiso perder la ocasión de entrevistar al arquero Mafla, figura en el partido de vuelta. Y como si se tratara de un bouncer de Studio 54, Dinas atajó al atajador para que no se le volara, todo por el afán de tener un testimonio que no aportaría mayor cosa que los típicos lugares comunes de «le debemos a Dios este ascenso», «el equipo estaba muy unido en esta final» y «me arrojé a la derecha para tapar el penal».

Los más conspicuos investigadores quieren establecer varios temas luego de este episodio:

¿Por qué el DT Fernando Velasco tenía ese peinado?

¿Él afán de Dinas no era por el testimonio, sino por una platica que Mafla podría estar debiéndole?

¿Por qué, como si fuera una transmisión de la Intercontinental en 1986, sonaba ese inmamable pito en la transmisión del canal TRO?

Desde ya la unidad investigativa del Bestiario del Balón está tras la respuesta de estos interrogantes. Mafla hoy celebra el regreso a la A, con una venda en la mano y tres dedos marcados en su brazo.

¡Apareció!

NecoDef

El Bestiario del balón registra emocionado la reaparición de un amigo de la casa a quien todos creíamos desaparecido: Luis Enrique «Neco» Martínez.  Especialmente complacida se encuentra Maria Ester, quien, además de admirar a «Neco» como futbolista y también como varón, ya no tendrá que seguir con los trámites de la denuncia por desaparición  que habíamos decidido interponer ante la unidad de derechos humanos de la Fiscalía.  También descansará la unidad élite que habíamos enviado a Turquía, desde donde nos escriben entre pletóricos y malgeniados al enterarse de que el popular «Pollo vallenato» hacía rato había abandonado el país rumbo a Costa Rica.

Mucha suerte para «Neco», ganador desde ya del premio «Fannyloreneada del año» en los premios Bestiario del balón 2009.

Pibe bárbaro: Álex Escobar

Alex Escobar, ejerciendo como sucesor del Pibe en un partido contra Bolivia previo a USA'94.
Alex Escobar, ejerciendo como sucesor del Pibe en un partido contra Bolivia previo a USA'94.

Atendiendo la sugerencia de nuestro visitante frecuente «Hágame Famoso», damos inicio con este post a la categoría «Pibe bárbaro» dedicada a todos aquellos hijos de la patria a quienes la prensa deportiva puso -irresponsablemente, en la mayoría de los casos- en primera línea de sucesión al trono que todavía hoy ocupa Carlos «el Pibe» Valderrama.

Y nadie mejor para abrir esta saga que quien fuera el primero en recibir esta designación y además tocayo de Valderrama: el «Pibe», pero del barrio obrero, Álex Escobar.

Contrario a la historia de varios de los sucesores del Pibe, nominados cuando Valderrama ya se había retirado o estaba en el ocaso de su carrera, sobre la espalda de Escobar cayó el peso de ser sucesor del diez samario cuando este se encontraba en la cúspide. Aunque ya había habido quienes lo insinuaran, la designación se aceleró cuando el «Pibe» sufrió una grave lesión en un partido contra Suecia en Miami parte de la pintoresca etapa de preparación previa al Mundial USA’94. Frente a la perspectiva de tal vez no poder contar con Valderrama en el Mundial,  fue necesario mirar entre los volantes de creación del torneo local y entre ellos brillaba Escobar.

Así, con la reluciente chapa de «sucesor» (o reemplazante, como quieran) del Pibe llegó Álex a la selección que afrontaba la exigente -para el bolsillo de los viaticantes- etapa de preparación.  De inmediato, todos sus movimientos, en la cancha y fuera de ella fueron infame y milimétricamente comparados con los del siniestrado: «que mire que el Pibe la para mejor», «¿si ve? el Pibe daba tres pasos con el balón y este man 2.8», «cómo hace de  falta la rascada íntima del Pibe, qué fraude Escobar que se rasca es la oreja, no, así no se puede».

Como era de esperarse,  la lupa de la óptica Pescaíto con la que se observó su paso por la selección no permitió valorar el talento del diez del América y una vez recuperado Valderrama, Escobar tuvo que hacer maletas, despedirse de sus compañeros y cancelar el pedido que a última hora y en un intento desesperado por complacer a los críticos había hecho directamente a la fábrica de Igora Royal.

En pocas palabras, a Escobar le tocó la díficil tarea de ser sucesor de un monarca en ejercicio,  un imposible físico y lógico. Fue como una especie de príncipe Carlos de nuestro fútbol, que se volvió viejo de tanto esperar su turno y con la desgracia añadida de que cuando por fin llegó su hora ya todos andaban buscando un príncipe Guillermo. Ni modo.