Contribución: «Il Bambino»
Tras la inolvidable final de diciembre del 2004 Nacional quería asegurar el único talón de Aquiles que le quedaba: el arquero, pues Milton Patiño se destacaba por sus ceñidas prendas, pero no por ser prenda de garantía y la juventud de Andrés Saldarriaga sembraba nervios entre cuerpo técnico y directivos. Fue así como llegó Leo Fernández, el arquero argentino nacionalizado boliviano. Por su aspecto, me recordó aquellos gorditos que en mi infancia tenían que ser los dueños del balón para poder hacerse a un lugar en el equipo del barrio. Más aún: me recordó aquellos gorditos que, no obstante fueran los dueños del balón, estaban condenados a ser arqueros muy a pesar suyo.
Llegó tarde como casi todas las contrataciones foráneas del verde. Por lo tanto, no pudo debutar contra el América, primer partido del año. En lugar de eso se fue para la barra situada en la tribuna popular sur del Atanasio junto con Chicho para ser presentado en «sociedad». Más allá del marcador, lo anecdótico fue que dos jugadores venidos del sur del continente estuvieron presentes en la tribuna sur «dando aguante». Aguante que le sirvió para aguantar un buen tiempo en banca mientras el entonces joven Andrés Saldarriaga aflojaba y el boliviano-argentino se ponía a punto.
El premio a su constancia y aguante finalmente se dio cortesía de una expulsión de Saldarriaga por una patada criminal a un delantero del Tolima en el partido en que los del «Sachi» Escobar perdieron 1-3 como local contra los pijaos. Gracias a esto Fernández pudo debutar en la fecha siguiente contra el Unión Magdalena; dicho partido fue de trámite y lo ganó el para ese entonces subcampeón por 2-0, nada del otro mundo. Tocó esperar hasta la siguiente fecha para el abrebocas de lo que nos tenía preparado. En un partido contra el Deportivo Cali apostó junto con José Carlo Fernandez, su compatriota y arquero del verde caleño, a quién se dejaba hacer mas goles. Magra actuación para ambos: cada uno encajó de a 3 goles por parte de su rival.
Hasta que llegó la fecha 11. Inolvidable para la hinchada verde fue aquella noche en la que con una tripleta Aristizabal alcanzó su goles 300 y 301. No obstante, el marcador fue de 3-2. Los dos goles del cuadro visitante, Bucaramanga, no fueron autoría de los delanteros canarios…fueron autoría de ¡Leo Fernández! Memorable par de gazapos que permitieron el empate transitorio aquella noche. Para la fecha siguiente, Andrés Saldarriaga recuperó la titular para tranquilidad de la parcial verde.
Sólo en la fecha 18 volvería Fernández a ocupar el arco nacionalista ante un merecido descanso de la nómina titular. Esa vez, ante el Junior, fuimos testigos de los desatinos del personaje en cuestión. Fueron tan sólo dos goles: en las estadísticas se dirá que fueron Rodrigo Teixeira y Jamersón Rentería los autores. Pero no nos engañemos, con su incapacidad, con su figura entrada en carnes, puso también su cuota.
Después de esta desafortunada salida , Andrés Saldarriaga se adueñó (brevemente) del arco verde y como titular dio la vuelta olímpica mientras Fernández aguantaba en la tribuna hasta que fuera hora de devolverse. Desde las gradas vio como su equipo derrotaba a Santa Fe para conquistar así la octava estrella.
Su capacidad para el aguante hicieron de él un refuerzo ideal para…el Palestino de Chile. Después pasó por el Aucas, por su natal Oriente Petrolero y más recientemente se le ha visto en el Real Mamoré boliviano. .