Radiobestiario, cada semana con más devaneos

Desde la sala de la casa un nuevo podcast del Bestiario. Esta semana con:

-Las lechoneadas también pueden ser individuales.

-Todo sobre la pretemporada de Santa Fe, antes de enfrentar al Real Madrid.

-¿Sabía usted que el «Chigüiro» usa tapones en los oídos?

-Chat interactivo, la cajita CBox entra pisando fuerte al Radiobestiario.

-Exclusivo: Florence Thomas escucha el Radiobestiario.

-Sonido «Mono» digital de primera generación.

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Don Hernán, ya que vino, ¿por qué no se toma un tintico?


Pelaez90
Cargado por chibchacum

Para promocionar el álbum oficial del mundial Italia’90 (cuando Caravajal era el encargado de su impresión y distribución en Colombia) a los encargados de su promoción se les ocurrió que una buena forma de acercar el producto a los hogares colombianos era instalando a Hernán Peláez a promocionar las pegatinas (también «monas» y «caramelos») en la sala de un hogar que podría ser el tuyo, el mío, el de cualquier familia colombiana. El resultado de esta ingeniosa propuesta fue este comercial que nos recuerda también los emocionantes días previos al regreso de Colombia, después de 28 años, a una Copa del Mundo.

Gracias, Súper Ratón.

¿Azuquita para la lechona?

¿Cuál debe ser la nueva mascota del Deportivo Cali?
Un simpático lechoncito – 130
Un estadio mueco – 96
Un técnico foráneo en chancletas – 83
Un arquero foráneo con una cámara colgando – 53
Pa’ qué monigote si no hay equipo – 130
Las mascotas son una chocolocura que ya pasó de moda – 43
Total de votos: 535

¿Cuál debe ser la nueva mascota del Deportivo Cali?

Un simpático lechoncito – 130

Un estadio mueco – 96

Un técnico foráneo en chancletas – 83

Un arquero foráneo con una cámara colgando – 53

Pa’ qué monigote si no hay equipo – 130

Las mascotas son una chocolocura que ya pasó de moda – 43

Total de votos: 535

Encuesta cortesía de nuestra estelar sección, Venga a Cali, tape en el Cali. .

Pollo, merengue y celular

Meses antes de que la tecnología celular llegara al país, las empresas que habían salido favorecidas en la licitación se pusieron en la tarea de buscar líderes de opinión que fueran allanando el camino para lograr un buen arranque en el mercado. Una de esas empresas, Occel Celular, para más señas, llevó a cabo un casting entre figuras con algún grado de reconocimiento popular. Uno de ellos fue Sergio Vargas, bajo su identidad de Armando «el Pollo» Díaz. El negocio era redondo: mientras en hoteles, canchas de entrenamiento, y estadios, Armando cargaría una poderosa panela Motorola que sería centro de todas las miradas, en eventos de la farándula, ruedas de prensa y aeropuertos Sergio Vargas cargaría con el mismo aparato para de una vez comenzar a posicionar el producto entre los seguidores de la música tropical, todo por el precio de uno. Sin embargo, y para desdicha de los ejecutivos de Occel, esto no se logró.

Faltando pocas horas par firmar el contrato, Sergio argumentó que era demasiado alto el riesgo de que quedara al descubierto su identidad secreta, cosa que pondría fin inmediato a su carrera como futbolista que, como ya sabemos, es su única y verdadera pasión. .

El Giocondo

Conocido también como «El Mono Liso» es un verdadero incunable en la historia del fútbol-arte colombiano. El lienzo, encontrado en cercanías del Estadio de Lens, mientras la Selección Colombia jugaba contra Inglaterra y sellaba su eliminación, muestra la figura de un crack costeño con un inexplicable aire de melancolía en su mirada.

Aunque se dice que el modelo se le vio alguna vez en la siempre tentadora Montpellier, se afirma que el original tenía crespa y blonda pelamenta. El artista que captó la obra descubrió una faceta extraña: el pelo liso, caído sobre los hombros y lejano de ser el afro que se estilaba usar en los años setenta y ochenta, da un aire enigmático y de misterio.

Algunos boicoteadores intentaron dañar la obra a patadas durante poco más de 16 años. En Colombia, lugar de donde emergió el cuadro, se hicieron serias tareas de restauración para preservar perpetuamente el lienzo a pesar de los años y las cicatrices en las pantorrillas. Se trataron de hacer copias burdas del original como «Angustias» (un plagio de «El grito» de Edward Munch»), y esculturas como «El David Ferreira», pero todo fue en vano. Ninguna igualó al «Mono Liso».

La magnánima creación reposa tranquila entre Barranquilla y Estados Unidos.

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Su Radiobestiario semanal

Desde la sala de la casa un nuevo podcast del Bestiario. Hoy con:

-El Top3 bestiarista de la última fecha.

-Lechoneadas memorables en cuadrangulares.

-¿Dónde están las viejas glorias del perdiodismo radial bogotano?

-Invitados especiales: «Mostaza» Merlo y Miguel Ángel Bermúdez.

-«El Wilfredo Rincón del recuerdo» Hoy: «El gamo» Estrada.

-Sonido «Mono» digital de última generación.

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¿De parte de Dios o del Diablo?

Pocos seres humanos se han dado el gusto de tomarse una foto con el Santo Pontífice de la Iglesia Católica. De los que recuerda nuestra redacción y que sean oriundos de nuestro país, los únicos que coronaron visita papal fueron Juan Guillermo Ríos y Antonio José Caballero, pero es una empresa difícil.

Sin embargo hubo alguien que los sobrepasó. Nuestro bien conocido crédito Nelson Rivas la volvió a sacar del estadio. No solamente le bastó con conseguir un traspaso del Cali a River Plate. También parece chico que Nelson hubiera podido conseguir pasaporte comunitario y jugar con el poderoso Inter de Milán.

Pero Rivas no tiene límite: aunque su compañero, el bravo Marco Materazzi se pidió salir a la derecha del padre, en una producción fotográfica realizada por el Inter en sus 100 años de historia, Rivas con una pilatuna de primaria lo hizo quitarse de ese lugar.

Rivas le dijo :»Ve Marco, que por ahí anda Zidane todo rabón a buscarte». Materazzi se quitó y Nelson se ubicó justo en el puesto que Marco guardó desde las 7 de la mañana para salir al lado del Papa. Esta es la imagen que certifica primero, la habilidad de Rivas en estas trapizondas (verlo a mano derecha de la imagen, detrás de Joseph), y la cara de decepción de Materazzi (en la esquina derecha, casi alzando la trompa para alcanzar a salir en la imagen), que fue engañado con el más pueril de los trucos.

Eso sí. Rivas es un berraco pero hay que decir que nunca logró fotografiarse con otro amigo de esta casa: Karol Wojtila..

Junior Wilson (fallido) 2007

En el fascinante mundo de la confección deportiva colombiana son comunes los casos de contratos entre un equipo y una marca (siempre con algún reconocimiento internacional) con final abrupto. Como ejemplos tenemos los casos de Adidas con Millonarios y América a finales de los 90, el de Fila con el mismo América por la misma época y el de Umbro con los azules en 1995 y con el Cortuluá en el 2002. Es justo decir que siempre que esto sucede, las marcas locales (Saeta, Lusti, Torino) aparecen para en cuestión de horas evitar así tener que encomendarle al mensajero del club «buscar 18 camisetas en el Exito mientras vemos qué se hace».

Uno de los casos más recientes de malentendidos entre multinacionales del diseño deportivo y clubes colombianos tuvo lugar a comienzos de 2007 cuando el Junior decidió abandonar la marca local Zodium para firmar con la casa tenística norteamericana Wilson. Como suele suceder en estos casos, lo primero en llegar fueron las camisetas de entrenamiento y los buzos de los arqueros. El paquete con los uniformes de competencia tardó más de lo debido, razón por la que el Junior ser vio obligado a lucir un uniforme de transición durante varias fechas mientras, suponemos, el furgón del servicio de Servientrega con las cajas llenas de uniformes llegaba a la sede «Adela de Char». Pasaron los días y las semanas y nada se supo de los uniformes. Dicen por ahí que las camisetas llegaron primero a algunos almacenes deportivos del centro del país, donde poco o nada le podian ser útiles a los «Tiburones». Después de varias semanas, se agotó la paciencia de los amigos del «Zurdo» y Comesaña (e.g. la familia Char) y se decidió que mientras «se veia que se hacía» se le pediría a la casa bogotana Saeta que los desvarara. Sin remilgos y mostrando gran eficiencia, Saeta pronto tuvo listo un diseño para vestir de urgencia al Junior, todo esto mientras se ultimaban los detalles del contrato con la casa franco-pereirana Patrick.


Junior, con uniforme provisional esperando a Wilson. .

Radiobestiario, su podcast de confianza

Desde la sala de la casa vuelve el podcast del Bestiario. Hoy con:

-El Top2 bestiarista de la última fecha

-Invitado especial: Jeffrey Díaz

-Toda la verdad (semanas después) sobre el Chicó 7 Tolima 2

-Nueva y estelar sección: «El Wilfredo Rincón del recuerdo» Hoy: Bogdan Tomic.

-Sonido «Mono» digital de última generación.

-Duración: 31 minutos.


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Junior campeón de amarillo

En estos días en que el mercadeo ha colonizado al fútbol, en que para muchos hinchas (nos incluimos) es tan importante saber qué marca vestirá al equipo que seguimos como averiguar qué delantero llegará para reforzar el ataque, no debe sorprendernos que del último título conquistado por el Junior lo que más se recuerde no sea el gol agónico de Ribonetto, ni la goleada a Nacional en el partido de ida, sino el curioso uniforme amarillo con el que los «tiburones» dieron la vuelta olímpica en el Atanasio.

Confeccionado por la misteriosa casa «Runic» (algunos dicen que es árabe, otros que de la China, los más escépticos hablan del barrio «7 de agosto» en Bogotá como su tierra natal), este amarillo quemado sorprendió al público más que acostumbrado a ver al Junior con su tradicional camiseta a rayas o, en el peor de los casos, con una camiseta blanca con vivos rojos o azules. (Lejos estaban aún los días de la recordada camiseta alterna referencia «azul pesadilla».) Sobre su origen, se dijo en su momento que se trataba de un uniforme de entrenamiento al que tuvieron que recurrir los muchachos del «zurdo» a última hora cuando el juez de ese partido, «Artridene» Ruiz, decidió que las franjas verdes del Nacional y las rojas del Junior podrían generar confusión entre los televidentes. Otros, más folclóricos, aseguraron que el amarillo en las prendas históricamente se ha relacionado en nuestro país con la buena suerte -sobran detalles- y que por tal razón no estaría por demás invocar de esta forma a la diosa fortuna en busca de un «empujoncito» adicional.

Sea lo uno o lo otro, lo cierto es que después de ese partido que, entre otras, el Junior perdió 5-2, el amarillo no volvió a la camiseta «tiburona». Puede ser que lo estén guardando para la última fecha del finalización 2008 como último recurso para espantar al fantasma del descenso. .