
Conocido también como «El Mono Liso» es un verdadero incunable en la historia del fútbol-arte colombiano. El lienzo, encontrado en cercanías del Estadio de Lens, mientras la Selección Colombia jugaba contra Inglaterra y sellaba su eliminación, muestra la figura de un crack costeño con un inexplicable aire de melancolía en su mirada.
Aunque se dice que el modelo se le vio alguna vez en la siempre tentadora Montpellier, se afirma que el original tenía crespa y blonda pelamenta. El artista que captó la obra descubrió una faceta extraña: el pelo liso, caído sobre los hombros y lejano de ser el afro que se estilaba usar en los años setenta y ochenta, da un aire enigmático y de misterio.
Algunos boicoteadores intentaron dañar la obra a patadas durante poco más de 16 años. En Colombia, lugar de donde emergió el cuadro, se hicieron serias tareas de restauración para preservar perpetuamente el lienzo a pesar de los años y las cicatrices en las pantorrillas. Se trataron de hacer copias burdas del original como «Angustias» (un plagio de «El grito» de Edward Munch»), y esculturas como «El David Ferreira», pero todo fue en vano. Ninguna igualó al «Mono Liso».
La magnánima creación reposa tranquila entre Barranquilla y Estados Unidos.
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