Radiobestiario y los alvarogomistas

AlvaroDeJesusGomezDef

Un equipo del FPC echó reversa de para atrás y dejó al descubierto una nueva congregación en el FPC.

En esta edición:

-El técnico que dirige con silicio. Descúbralo.

-Las claves de los correos del FPC. Exclusivo.

-Baño de gato en los camerinos de Yopal. Investigación.

-Devaneo: Bogotá y sus cines.

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Sugerencia para Wilson Gutiérrez

SantaFeGillete
Arriba, Osvaldo Ayala, Efraín Castillo, Hernando Pileros,Efraín Padilla, Marino Klinger, Germán Ávila y Gabriel Ochoa. Abajo, Delio «Maravilla» Gamboa, Ignacio ‘Velitas’ Pérez, Orlando Marín, Claudionor Cardozo, Omar Lorenzo Devani, Pablo Centurión y Alfonso Cañón.

Dicen, con razón que es preferible compartir cepillo de dientes que cuchilla de afeitar.  Y aunque en 1966 no existía el temor de un contagio de VIH, la idea de una sola de estas filudas hojas para uso de todos los de, para estos efectos, de la oficina de cualquier forma no resultaba fácil de digerir.

Pero el «Médico» Ochoa supo hacer que reinaran los sentimientos fraternales en un equipo que a la postre saldría campeón. Y de tal nivel era la unidad  y compenetración del grupo, que este aceptó «el reto Gillete», y ante notario acudieron todos para llevar a cabo una rasurada masiva con uno solo de estos artefactos a cambio de unos buenos pesos.

Casi medio siglo después, respetuosamente desde esta tribuna le sugerimos al actual DT Cardenal recuperar la bella tradición. Pero los tiempos cambian y tal vez una afeitada facial no seduzca a una marca que hoy se esfuerza, con irrestricto apoyo femenino, para que la depilación integral masculina deje de ser tabú. ¿Aceptarán el nuevo reto Gillete?

Seamos redundantes

PajaroPaloma

Ya hemos dicho hasta el cansancio que los afanes propios de una sala de redacción son la kriptonita de la creatividad y el mejor fertilizante de la obviedad. Pero nunca está de más recordarlo apoyado en ejemplos tan palmarios como este.

Resulta que a mediados de 1990 la Revista Deporte Gráfico decidió entrevistar al delantero de Millonarios, Óscar «Pájaro»Juárez. El periodista, de nuevo, quiso ofrecer un concepto visual que trascendiera el lugar común del jugador con el balón en un terreno de juego. La veta de la creatividad que decidió explotar fue  la condición aviar del entrevistado. Una ventaja, sin duda, bien le habría podido tocar un «Watusi» o un «Coroncoro». Pero hizo la fácil, la requetefácil. Miró por la ventana, fijó su atención en la piedra empotrada en los cerros orientales en la que algún poeta, melómano, romántico, hijo de la luna y soñador dibujó una paloma en 1985 cuando Belisario se inventó la paz y pensó: «listo, pájaro-paloma-minitk esta noche, eso sale rápido, camine».

Así, no solo dio a luz un  monumento visual a la redundancia sino que, de pasó, mató la locación para la entrevista al «Palomo» Usurriaga planeada para el siguiente número.

 

La chiva que tumbó al Orange Bowl, casa de la selección

ChivaOrangeBowl

Con la demolición del Orange Bowl, Colombia perdió mucho más que con el fallo de la corte de La Haya. Como todos sabemos, este escenario fue durante años la verdadera casa de la selección. Un enclave -a lo Gibraltar en España, Ceuta y Melilla en Marruecos- en tierras florideñas donde se respiraba colombianidad en cada rincón. A tal punto que  que durante su derribo encontraron un nido con dos huevos de Cole, varios robaseñales, cajas enteras de Calmased y cientos de billetes sin raspar de «La instantánea».

Todo era muy colombiano en el escenario: al llegar había cuidacarros -carkeepers- ataviados con chalecos que alguna vez fueron fosforescentes con su respectivo chino aguila -eagle chinese boy- asistente, cualquier comestible había que pagarlo con sencillito  y antes de proferir una ofensa una extraña fuerza hacía que de la boca del agresor saliera un «con todo respeto» o un «with due respect» si se trataba de un angloparlante.

El gobierno norteamericano, como era de esperarse, nunca vio con muy buenos ojos esta porción de suelo colombiano dentro de su territorio, pero prefirió optar por la tolerancia. Lo hacía muy consciente de que miles de nuestros compatriotas residentes en el país del Norte tenían aquí un espacio para dar rienda suelta a lo que eran y así libraban a los suyos de padecer desde colados en filas hasta estridentes sacadas de equipos de sonido a la calle pasando por invitaciones a almorzar que jamás se concretarían.Era, dicho de otro modo, un mal menor.

Pero esta complacencia terminó el día en que se supo que este era también el hogar de aquella precursora chiva rumbera (foto) que comenzó a atormentar a los residentes del estado con sus recorridos nocturnos repleta de oficinistas hablando en lenguaje de los cuerpos. Entonces hubo reunión de emergencia de las fuerzas vivas -live forces-, donde se escucharon las quejas de la gente y se leyó un informe de inteligencia elaborado por el FBI basado en imágenes satelitales según el cual los bajos del Orange Bowl estaban siendo utilizados para ensamblaje clandestino de decenas de estos floripondios vehículos bajo la batuta de un tal Gus.

Pero más que los decibeles perturbadores, lo que de verdad preocupó a los asistentes fue otro reporte según el cual si se ponía de moda entre las oficinas de esta parte del país contratar chivas, su clima organizacional estaría en serio riesgo -todos sabemos cuánto puede puede verse alterada la armonía laboral en el espeso lunes posterior a un espacio de polinización inducida de este talante- y que algo así bien podría hacer que el crecimiento anual del PIB estatal cayera hasta en 3.2%.

Y así, ante los números que no mienten la orden fue contundente. Y dicen que llegó directo de la Casa Blanca: «Not one more party goat in our streets, that Orange Bowl must go down!»

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El último despeje de Hernán Torres

El que es arquero nunca deja de serlo. Más cuando las habilidades aprendidas luego de tantos años bajo el arco luego del retiro resultan de gran utilidad en la vida cotidiana. Que lo diga el DT azul, quien luego de hacerse famoso despejando balones de su área, hoy se vio obligado a despejar un molesto intruso mucoso que tuvo alojado en una de sus fosas nasales. Sin la menor idea de que millones de colombianos sufrieron tanto como él luego del primer y el segundo intento fallido, Torres respiró aliviado una vez logró evacuar al inocente trapecista. De paso despeja rumores malintencionados de sus enemigos según los cuales gustaba de ingerirlos o, peor aún, pegárselos detrás de la oreja al «Chusco» como gesto de camaradería.

Gracias a @msancheza3 y a @leonardoramber

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Radiobestiario de leche

AmamantaDef

Para acompañar sus jornadas de reflexión, para escuchar con audífono encaletado durante el sermón de las siete palabras regresa el podcast que hace suspirar a las amas de casa colombinas:

Espere en esta edición:

-Lo que le falta a Piqué para, de verdad, consumar su unión con Shakira. Incluye arroyos y línea de atención al cliente de Electricaribe.

-Discreto ex futbolista detrás de mensajes de superación de Tax Exprés. Conózcalo.

-Somos todos uno, pacha mama y la modelo que suplanta a una rumiante. Claves del tema central.

-Devaneo: el drama de las manitas ponchas.

-Rincón del campo: futbolistas de hormonas y de pastoreo.  Le enseñamos a distinguirlos.

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Los cumpleaños de los futbolistas antes de Twitter

TilgerYOtros

 

El mundo de hoy vive obsesionado por el éxito, la sensualidad y los aniversarios. La avalancha de nuevos medios y redes ha dado pie a una insaciable búsqueda de onomásticos. Así, cuando se esperaba que Internet trajera progreso, herramientas para que cualquiera de sus usuarios se graduara de ciudadano digital con destrezas suficientes para mejorar su vida y la de su familia, la realidad es que actualmente la red de redes sirve sobre todo para recordarnos que hoy hace 45 años vio la luz «el Watusi» Lozano o que  hace 14 años Tuluá y Envigado empataron 0-0.

Pero no es nuevo este interés por recordarle a los ídolos cuán importantes son para nosotros y el universo el día de su cumpleaños. Antes, mucho antes de que Internet llegara a nuestras vidas dicha labor recaía sobre los medios impresos, en particular las revistas de cada equipo. Así, en 1992 la revista de Santa Fe en su edición agosto-septiembre incluyó una página con los homenajeados del bimestre y no se limitó a aportar el dato de la fecha. Tuvo a bien resaltar sus virtudes, compartir con la fanaticada, no solo lo bien que le sentaba el shampoo Glemo,  sino lo afectivo que podía llegar a ser Daniel Tílger (Juan Carlos Henao, tiempo después, lo constataría), la cordialidad de Didio Mosquera para cerrar con toque de misterio al describir a Pablo Betancourt como un tipo «cerebral». No se descarta que cultivara una secreta e intensa admiración por Rodolfo Llinás.

Enigmas aparte, la redacción del Bestiario del balón está preparada ya para reventar las redes sociales el 3 y el 27 de agosto así como el 17 de septiembre con los HT: #felizcumpleañosdanytilger, #felizcumpleañosDidioMosquera y #felizcumpleañosPabloBetancourt.

Adivínelo Vargas

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Nadie se sorprende al ver en el Junior encabezando la imagen al siempre rústico Dulio Miranda. El mutismo de Edgardo «Patón» Bauza es inalterable al igual que el de Pedrito Blanco, efectivo lateral. La juventud de Alexis Mendoza contrasta con la incipiente calvicie de Óscar Quiroga. El único que parece salirse del molde con una risotada casual es Carlos Ischia.

Abajo, sin percatarse de lo que ocurre a sus espaldas posan con tranquilidad Mario Coll (el mismo que le hizo un marcaje perfecto a Maradona en la Copa América del 87) William Rico (Puntero de aquel Junior afecto a tirar corners olímpicos) Jesús Barrios (haciendo para ese entonces curso de camarlengo ortodoxo), Roberto Gasparini (un 10 fantástico, de gran tiro libre), sin olvidar a Juan Carlos Abello, tumbalocas barranquillero de siempre.

Detrás de ellos, con la complicidad de Ischia, «Puchis» o Juan Ramón Vargas, posa con la camiseta de Santa Fe -la tradicional de Arroz Futura- alterando el orden juniorista. Aunque no lo querían dejar colarse, dijo «las cachas».

Problema solucionado. Todos se dejaron de vainas.

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No nos podemos quedar atrás

LeiderBailaFotoJohnHolmesLaCronicadelQuindio

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