
El Bestiario del balón, siempre fiel a su misión y visión, procura que en lo posible su contenido no trascienda nuestras fronteras. Sin embargo, y tal como en el caso de la muy barrial camiseta Adidas del Strongest boliviano, no podíamos pasar por alto esta rarísima pieza que la siempre acuciosa unidad investigativa del Bestiario encontró en la segunda división ecuatoriana. La prenda en cuestión, con el famoso logo de las pequeñas calcomanías que en los ochenta las damas voluntarias pegaban en la solapa a cambio de una moneda de diez, no es la del equipo que sería el equivalente ecuatoriano al onceno de los jóvenes expósitos del padre Nicoló en Bogotá, tampoco es el atuendo de un equipo conformado con lo más granado de las ONG’s holandesas afincadas en el hemano país, no. El sin muy bizarro uniforme corresponde a la Universidad Católica, equipo que ya se aseguró un lugar en la liguilla que a final de año decidirá quién será el equipo que asciende a primera división ecuatoriana.
¿Pero cómo llego el popular coranzoncito a esta camiseta? No fue después de arduas negociaciones en las que los representantes de Fe y alegría ofrecieron camionados de monedas, no. Todo lo contrario. Detrás del corazoncito está un gesto de altruismo del poderoso grupo Pichincha muy ligado desde siempre al «trencito azul». El grupo, patrocinador del equipo, decidió ceder su espacio en el frente de la camiseta a la conocida entidad benéfica que, suponemos, recibirá además las monedas que en los partidos que la Católica dispute de local le sean arrojadas al referí de turno. Notable.
Con la colaboración de Tierra Generosa..












