La foto data de 2008. Hacía apenas algunos meses que Millonarios no clasificaba a unos cuadrangulares semifinales, su presidente, Juan Carlos López, todavía gozaba de algún margen de credibilidad y la hinchada disfrutaba de una sorprendente campaña en la Copa Suramericana de la mano del acriollizado Mario Vanemerak. Una vez el obturador se abrió de nuevo, las desgracias llegaron por docenas: los azules no volvieron a oler una semifinal, fueron eliminados de la Suramericana, su técnico se dedicó a sacarle tocos a las puertas de los camerinos del país y su sede se convirtió en punto de romería de chepitos de todas las calañas.