La clasificación de Colombia a Italia’90 tuvo su ingrediente de choque cultural. Eran tiempos previos a la apertura en los que el número limitado de parabólicas no alcanzaban a conectar al grueso de la población con lo que pasaba más allá de nuestras fronteras. Con esto en mente, la gente de la OTI decidió incluir en su especial «El juego del siglo» algunas notas para atenuar el seguro asombro de los pacatos turistas criollos al aterrizar en Roma, Milán o intermedias.
Con lo que no contaban los productores era que al darle vía libre a Consuelo Cepeda, el producto final rozara el delirio al punto que hoy podemos estar seguros de que Cepeda tiene el don de la clarividencia y que en 1990 ya sabía que tarde o temprano existiría el Bestiario del balón o algún espacio similar y que ella quería, como fuera, estar ahí.
Y lo logró, tarde quizás, pero lo logró. Casi veintidós años después nosotros, felices, le abrimos las puertas a un trabajo por el que hasta última hora estuvo pujando Gerardo Bedoya en representación de D’Norberto Inc., entidad que quería utilizar este informe para capacitar a su equipo de profesionales ávido de imponer nuevas tendencias para este 2012. El otro que quería hacerse a este material era Eduardo Niño.
El decano de los suplentes colombianos,quería una prueba de que así como su compañero René Higuita era un adelantado en cuestiones de su profesión, él lo dejaba regado en temas de moda con su colita de caballo, que cuidaba con esmero sentado en el banco para así evitar que se le achilara por culpa de la horquilla.
De la invaluable donación de DIABLO AMERICANO.