A comienzos de la década pasada su nombre apareció en cuanta convocatoria de selecciones juveniles hubo. En el Suramericano sub20 de Uruguay 2003 presentó en sociedad su talento y estaba dispuesto a reconfirmarlo en el Mundial de Emiratos Árabes. Lleno de ilusiones andaba cuando una tarde en el Hernán Ramírez uno de tantos derroches de fuerza bruta del lateral de Millonarios Ómar Alexander Rodríguez lo dejó con la tibia, primero, y luego con su carrera partida en dos.
En efecto, tras la fiera embestida del siempre poco dúctil «Cabezón», la carrera de Acosta se quedó en la pista de carreteo sin poder nunca despegar. Volvió, sí, pero otro Jhonny, apenas la sombra del hábil mediapunta de la selección de Reinaldo Rueda. Sin llegar nunca a sobresalir, cuajó una carrera entre aceptable y discreta con la camiseta del otrora grande matecaña, más fugaces «freelances» en Central Córdoba de Argentina, Envigado, Blooming de Bolivia y UTC Cotopaxi de Ecuador. Con ugó 160 partidos, marcó 13 goles y su principal ejecutoria fue tragarse el sapo de tener que compartir equipo con el «Cabezón» en el segundo semestre de 2007.