En el periodismo como en el fútbol hacer una de más es arriesgado. Por eso muchos prefieren asegurarla, hacer la fácil y no exponerse a que un impulso creativo termine con efecto boomerang. Eso seguramente pensó el periodista de Deporte Gráfico cuando le pidieron que se «inventara alguna cosa, algo locato pero no chifloreto» con los entonces pelados de la selección preolímpica que semanas después fallarían en su intento de clasificar al torneo de fútbol de los Olímpicos de Atlanta.
La fácil en este caso era proveerse de sendos hula-hulas y hacer una versión viva de la bandera Olímpica y a eso recurrió el reportero. Para la anécdota quedará que en el Preolímpico, celebrado en Argentina, estos mismos jugadores vieron, inertes, como se movían las cinturas de sus rivales, incluidos los venezolanos que en el primer partido derrotaron -en hecho para entonces histórico- uno a cero a los de Sarmiento.