En el 2012 la noticia de la llegada de un portero holandés a Tunja para defender el arco del Boyacá Chicó dejó perplejos a muchos. Lo que primero parecía una broma, pronto se confirmó cuando circularon las primeras imágenes de André Krul, joven cuidapalos proveniente de la siempre exigente liga de Malta, recién desempacado en suelo boyacense.
Como era de esperarse, todo tipo de versiones, mitos y leyendas se tejieron en torno al que, para entonces, pues no había llegado George Saunders al América, era el más exótico de los fichajes en la historia del FPC. Que hace rato ya vivía en Villa de Leyva donde pasaba los días entre la búsqueda de boñiga de vaca y la traducción de minutas en el juzgado municipal, que pilas porque ya se sabe a qué vienen los jóvenes aventureros de su tierra aquí, que en realidad era un periodista encubierto escribiendo una crónica titulada: «Cómo es: ser arquero profesional en Colombia» para una prestigiosa revista de Amsterdam.
Tantas preguntas exigían respuestas. Por suerte, un avezado equipo de reporteros de los Países Bajos las recogió y se vino hasta acá ávidos de respuestas. La semana pasada publicaron el resultado de su trabajo en YouTube, pero en el idioma natal del longilíneo golero. Tuvimos que pagarle a Maria Ester un curso exprés con hipnopedia incluída de neerlandés para saber qué diablos había dicho. Una vez lo terminó -y con lujo de detalles- procedió a traducir el documento audiovisual, revelando así un auténtico rebaño de chivas.
Hallazgo de @darniosalamanca.