Como si se tratara de esa pesadilla que es recurrente y que no se va, Millonarios padeció dos eliminaciones ante Nacional en Copa Libertadores. La primera en 1989 luego de un espantoso arbitraje del chileno Hernán Silva y después en 1995, con el árbitro peruano Fernando Chapell, todo un émulo de Silva.
Chapell, que durante un encuentro entre Torino y Melgar -no crea que el Torino era el italiano, sino un club más peruano que las galletas Cua Cua, el Ña Pancha con fragancia a Manzana y que Miki Rospigliosi- expulsó a uno de los jueces de línea que lo acompañaban dizque por sus constantes errores. Nadie siguió el ejemplo de Fernando expulsándolo a él. Su error en el partido de cuartos de final fue apenas uno de una cadena de malos arbitrajes en su país, donde se recuerda su poco tino a la hora de sancionar con justicia.
John Mario Ramírez y Fabián Cancelarich inmortalizaron lo que resultó para ellos una injusta eliminación con un par de declaraciones imperdibles y rescatadas de viejos cassetes por nuestra siempre inquieta unidad investigativa. El Bestiario del Balón recrea dos ángulos de la jugada en la que Víctor Aristizábal no es víctima de un penal, supuestamente cometido por Cancelarich. Tras 16 años de búsqueda, las dos tomas aparecieron.
De Chapell no se supo más.