Aporte de Carlos David Palacio.
Para las verdades el tiempo. Cuántos días con sus noches no desperdiciaron los hinchas azules tratando de encontrar el porqué del paupérrimo rendimiento de sus ídolos. Años después, la comisión de verdad histórica, reconciliación y reparación del Bestiario del balón está en condiciones de aportar algunas pistas. Primero fue el caso de Harry Castillo, ahora el que se aclara es el de otro hijo de Tumaco: Mauricio Casierra. Como pasó con «Churta», el videoclip que hoy les presentamos demuestra que para Casierra el fútbol ocupaba un triste tercer o cuarto reglón en su lista de prioridades. Puede que de cuerpo estuviera en la banda derecha del Campín, pero no hay duda que su alma levitaba entre bling blines y acordes de reggeaton.
Y de nuevo, la Programación Neuro Lingüística. Así, mientras en pleno partido Casierra recitaba mentalmente la letra de «Culo llegue» no había balón al que no llegara de culo.
P.D: Tampoco aquí hay payola de por medio.