El partido contra Santos, por la tercera fase de la Libertadores marcó el punto más alto de la relación entre el Once Caldas y el Contact. Plenamente conscientes ya del impresionante potencial de esta herramienta, los directivos no se pusieron con consideraciones estéticas de ninguna índole y, desbordados, subastaron, cuentan, en un puesto alquilado de una plaza de mercado paulista hasta el último centímetro de una camiseta que, sin querer, inauguró y dejó listo para patentar el concepto de las «páginas negras».
Todos estaban contentos: las alforjas llenas de reales que llevarían de vuelta a Manizales caían de maravilla en medio de tantas penurias. El único que habría preferido seguir recibiendo cheques sin fondos fue el utilero, que tuvo que pasar, nos informan, dos noches en vela dedicado a las manualidades, esto es: a recortar y pegar rollos enteros de contact para dejar listo el display.