Los clásicos de pretemporada hacen parte del paisaje de enero tanto como los lloriqueos del senador Camargo. Sólo que antes no requerían de tanto protocolo y arandelas. Eran más relajados, como este, celebrado en el Olaya a comienzos de 1990 con ambos equipos luciendo atípicos uniformes con predominio del blanco.
Y así como los equipos aprovechan las primeras semanas para ensayar variantes y probar fórmulas, los editores de los noticieros también. Aquí, los del 24 horas se dieron el lujo de incluir a un beodo durmiente y nadie les impidió congelar la imagen del «Pájaro» Juárez cuando extendía la mano y pusieron a Javier Hernández a interpretar esto como un saludo «urbi et orbi» al mundo del fútbol.
De la donación de DIABLO AMERICANO.