Escenario multipropósito

 

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Render de hidroeléctrica obtenido por nuestra unidad investigativa.

Fotomontajes y asesoría: @donpulga.

Una injusticia más

Se ha dicho, injustamente, que la obra del Pascual Guerrero costó más de lo esperado y se demoró otro tanto más. No se dan cuenta los que esto sostienen que así se dinamizó la economía del Valle y, además, se le dio más empleo a más gente por más tiempo. Critican los acostumbrados a destruir y nunca construir que el estadio se entregó sin terminar, que falta la pista, parte del techo y los parqueaderos de aviones o «skyboxes». No reparan ellos en que el estadio inconcluso es precisamente un homenaje a la pujante raza vallecaucana, que no se conforma, que anhela la perfección y que por eso no da nunca nada por terminado. Sabe que siempre puede ir más allá.

Son esos mismos los que al ver esta foto seguro dirán «mire está barbaridad, una silla detrás de una viga, ¿cómo no hubo una mente pensante que evitara atornillar ese asiento ahí?»

Pues les respondemos: la mente no sólo era pensante, sino incluyente. La silla en este lugar se dispuso previendo una posible clasificación de la selección de Chile que, se daba por descontado, traería entre sus fanáticos al popular «Cortadito». Y para él sería este lugar, con pantalla Full HD detrás de la viga que, por supuesto, no se aprecia en la imagen. Que los australes no hayan clasificado y la silla se haya quedado vacía, eso es otra historia, se sale de las manos de los encargados de la obra.

El popular "Cortadito" tuvo que quedarse en Chile.

Foto cortesía de Camilo Márquez (@opdverdad).

Wikibestiario: Pitufo agradecido

Fue en las eliminatorias a Francia 1998. Después de una primera ronda impecable, Colombia se desinfló. Tenía que ganarle a Ecuador para mantenerse dentro de los clasificados y lo hizo con angustias -no, Giovanni Hernández no estaba en el equipo- sobre el final del partido y con un gol de Anthony «Pitufo De Ávila (sí niños, el mismo, no el abuelo, del que jugó hace poco con América).

Caliente y feliz, el buen «Pitufo» se cruzó a la salida de la cancha con el siempre oportuno micrófono del siempre joven Adolfo. No estaba borracho de licor Anthony, pero sí de gloria y por esto tenía puesto el suero de la verdad. Del corazón le salió el agradecimiento a dos personajes, Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, que para esa época eran mafiosos del Cartel de Cali. Una lástima que el «Pitufo» estaba en el momento equivocado. Hoy, personajes así, serían sólo «polémicos empresarios» y nadie armaría bochinche.

El Once Contact (I)

Puede que en los anales del fútbol colombiano el Once Caldas de este primer semestre de 2011 no tenga un espacio. Sus letales contragolpes, su maestría para invertir las reglas y la lógica y convertir, todavía no sabemos cómo,  su propio estadio en un infierno para… ellos mismos  no serán suficientes. En unos pocos meses ya nadie recordará el desborde de su médico por la banda derecha del Mineirao, vital en el triunfo heróico sobre el Cruzeiro.

En cambio, el Once sí ha logrado, una vez más escribir un capítulo, y con letras de molde, en la historia del diseño y la confección deportiva. Tras su errática relación con Adidas, para esta Copa el equipo de Manizales nos mostró una propuesta audaz, de vanguardia: la implementación, hasta la fecha sin precedentes según lo confirmó nuestra siempre acuciosa unidad investigativa, del popular papel contact en su uniforme.

El caso es que el descubrimiento de este recurso, abrió los grifos de la creatividad y del emprendimiento de sus directivos. Atrás quedaron los aburridos días del monopatrocinio, abajo la unisponsorización, gracias al Contact el Once se pudo dar el lujo no sólo de darle una manito a Publicar S.A y darle un nuevo aire  a las páginas blancas -hasta ahora reservadas sólo para teléfonos residenciales- sino que introdujo una nueva línea: la de las páginas negras, que estrenó en su partido contra Santos.

Contact
Rollo de contact en una mesa de la sede del Once

Pero de esto hablaremos después. Esta vez el diseño que hemos decidido homenajear fue el que abrió la pasarela.  Se trata de una arriesgada apuesta cromática resultado de la fusión entre la casa peruana Walon y la empresa de telecomunicaciones colombiana UNE que lucieron los muchachos de Osorio en su partido contra Universidad de San Martín. Sobre un fondo blanco se anuncia, con asterisco incluido y términos y condiciones del servicio, una súper promoción: banda ancha por sólo $29.900 mensuales. Y fue un éxito. Tanto que, aseguran, ante el suceso de la promoción hay quienes aseguran que en el segundo tiempo a algunos jugadores se les vio la cifra $19.900.  Todo gracias a la magia del contact.

A la fija con el cliché

Fijarse en el segundo apellido de un futbolista puede sacar de apuros a un periodista con ansias de originalidad. Este fue el caso del reportero de turno, argentino, de El Gráfico, sospechamos, cuando se le encomendó la tarea de retratar al arquero colombiano de Independiente Farid Camilo Mondragón Alí. Luego de agotar todas las vías posibles para la consecución de un dragón, el comunicador recurrió al segundo apellido del guardameta y luego al viejotruco de la asociación libre: segundo apellido, Alí, Alí Babá, Turbante, árabe, alfombra. El resultado fue esta simpática postal que corre el riesgo de ser reciclada el día en que Arroz Roa decida probar suerte en el mercado argentino.

Imagen:  Pablo César Velasco.

Medellín- «A mil» 2009

A comienzos de 2009 Bill y Hillary -como hoy con Santa Fe- estuvieron cortejando al Independiente Medellín. Esto hizo que las empresas que lo respaldaban huyeran con solo oír mentar el apellido de la popular y exitosa pareja. Mientras se concretaba el tema de ingresar a la lista de los afectos del expresidente y la Secretaria de Estado, el «Poderoso» pasó las duras y las maduras, pero, antioqueños al fin y al cabo, no se vararon y en lugar de echarse a la pena o de pedirle limosna al alcalde o gobernador de turno, tomaron la ruta del emprendimiento.

La solución tenía dos pasos y se enfocaba en los países en los que el DIM disputaría ese año partidos de la Copa Libertadores. Lo primero era  mandar bloquear el acceso desde ese país -Brasil en este caso- a cualquier artículo que medio hiciera alusión a las aproximaciones de los Clinton. Para eso se recurrió a un acuerdo de cooperación  con el gobierno chino. Para estar seguros, también, dicen, se mandaron recoger de las librerías para extranjeros todas las revista y periódicos colombianos que hablaran del tema.

La segunda parte comenzaba por mandar traer unas páginas amarillas de la ciudad en la que se disputaría el partido. Una vez llegaban, el jugador con peor desempeño en la práctica del día estaba obligado a abrir una página al azar y llamar a ofrecerle la posibilidad de poner su nombre en la camiseta a la empresa en la que cayera el dedo. El elegido debía recitar, en su mejor portugués, algo así como «en el día de hoy le vengo ofreciendo una súper promoción: el combo libertador-DIM- Un chisgononón que le permitirá a su marca estar en nuestra camiseta y en los millones de televisores de los hinchas que seguirán el partido por sólo mil dolaritos» en el fondo, el plantel preguntaba: «¿a cómo?» y el jugador, sin que el del otro lado de la línea alcanzar a reaccionar respondía: «a mil».

Después de tres días con sus noches en este plan, finalmente consiguieron llenar el espacio y esto a punta de empresas con secretarias colombianas que lograron convencer a sus, desde luego, incrédulos jefes. El trámite, bueno decirlo, se hacía en la calle, con un vendedor de minutos contratado para la operación. Esto para hacerle el quite a eventuales reclamos cuando las empresas que aceptaran se fueran, junto con el equipo, al fondo de la lista de Bill.

Lo cierto es que para el partido contra Sao Paulo (1-1, resultado final) el experimento de emprendimiento deportivo-comercial funcionó. El resultado, la camiseta que ven en la foto con el nombre de cuatro ignotas empresas paulistas.

P.D: Tan concentrados estaban en la búsqueda de clientes que se les olvidó mandar a estampar el logo del torneo en la manga. La solución de última hora fue repartir bandas de capitán a los once titulares para que sujetaran el parche. El lío fue que algunos, ante la emoción de saltar al gramado del Morumbí, se pusieron primero la banda y después la camiseta.

Radiobestiario headhunter

Radiobestiario, en su formato tradicional, les trae esta semana:

-Cobramos por ventanilla el éxito del «Pecoso» y le señalamos el camino de la autoayuda.

-Mercedes lanza su último modelo: el Sosa. Conózcalo.

-Devaneo: el chapineruno hospital de muñecos.

-Sepa qué tienen en común Jonathan Estrada y Dr. House.

-Y el plato fuerte: incursionamos en la búsqueda y capacitación de CEOs futboleros. Emprendimiento puro.

-Los árbitros colombianos también tienen su twitcam. Exclusivo.

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De cuando Hamilton Ricard tuvo que reinventarse

Hasta que llegó el día en que todas las puertas de todos los equipos de todas las ligas del mundo se le cerraron al andariego y emprendedor Hamilton Ricard. El dueño del bar de un hostal bogotano quiso saldar cuentas con el chocoano y logró que su nombre fuera incluido en una circular roja que de forma conjunta elaboran la FIFA y Datacrédito.

Angustiado, el delantero y reconocido coleccionista de contratos a término fijo optó por pedir consejo. Algún compadre entonces le dijo: «reinvéntate, Hamilton, reinvéntate». Una lástima, como vemos, que el ingenio que le ha sobrado para hacerle el quite al desempleo le haya faltado a la hora de construir un nuevo perfil profesional.