El parecido físico con el líder intelectual de la India no tenía nada que ver con la ideología del buen Amado, que más de una vez estuvo metido en problemas policiales. Incluso se dice que cometió un crimen que precisamente lo hizo escapar del mundo del fútbol.
Ese asesinato no opaca, sin embargo, su presencia, una de las más curiosas en nuestro variopinto abanico de integrantes absurdos del rentado nacional. Nacido en Andagoya, Chocó, gran tierra productora de futbolistas generosos como Cerveleón Cuesta, Amado “Gandhi” Rodríguez fue un delantero emparentado con el infortunio, dada su eximia condición para errar los goles más imposibles.
La suerte lo condujo al Deportivo Pereira que dirigía Roberto Vasco y en el que atajaba Hernando “La Pinta” García y, más allá de haber calentado banca como loco por culpa de sus compañeros, eso sí efectivos, Víctor Hugo del Río y Abel Lobatón, se fue al Atlético Nacional en 1988, donde fue subcampeón del torneo.
Su última gran aparición (y seguramente la única) fue en 1990 cuando, defendiendo los colores del Sporting de Barranquilla y con unos rimbombantes guantes de lana blancos, le marcó un gol de 50 metos a Omar Franco. Justamente en ese juego otro atacante famoso por malo, fue el autor del empate embajador: Daniel Héctor Ahmed.
Alguna vez, una transmisión de radio en A.M. informó que “Gandhi” Había huido hacia Venezuela después de asesinar a un extraño. Nunca más se vieron los guantes blancos del Gandhi. Otra transmisión radial, también habló de su muerte, que todavía no se ha confirmado por este medio..
Creo que este "crack", tambien pasò por el cali
que cara, que gestos!
que carajo es esto?
que ’’face’’ tan diciente acerca de la personalidad de este señor!
El que le hizo a Franco fue un pepote!!!… Aunque me resisto a creer que se llame Amado, tiene más cara de Dandenis… UN SALUDO!!!
Más que merecido homenaje a un delantero de sus condiciones, como dicen los comentaristas, dentro y fuera del terreno de juego. En el verde de finales de los ’80 fue integrante del equipo "satélite" donde conformó una dupla de miedo con el "Van Basten" colombiano, Jimmy Arango. Durante los 90, llegaron los herederos del Gandhi, caso John Jailer Moreno y hoy en día Carmelo "El Caramelo" Valencia…
No dudo que el crimen que se le imputa haya sido canibalismo, porque tiene una cara de antropofago que le puede. Solo le falta el hueso en la cabeza.
otro que deberia estar en circular roja de interpol ,es luis cubilla almeida el eterno tecnico uruguayo de olimpia ,que ha robado en uruguay,paraguay,agentina,colombia(nacional 1983 y centauros 20 dias en 2003),peru,bolivia,guatemala,honduras,etc
este deberia ser "antigandhi"
ANTIGANDHI….JA JA JA
Cubilla ya tiene su homenaje, Anastacio.
viejo SCU, creo q deberian hacerle otro por doble H.P., q tal la tumbada q les pego a los villabos
Hernando “La Pinta” García , que apodo tan del putas, sólo comparable con ¨el fresco¨ Aguirre. Saludos.
yo conozco a este man el vive por micasa. hace poco lo vi en un torneo de futbol de por mi casa pero dejenme decirles que este tipo tiene una gambeta endiablada y un enganche del putas, claro, es otro contexto pero igual me gusto como jugo
HOLA YO TODOS LOD DIAS LO VEO YA Q TRABAJO EN LA MISMA EMPRESA EN LA Q YO TRABAJO Y ME
PARECE SUPERNORMAL
De chico iba al Estadio El Campín de Bogotá cuando jugaba el Pereira contra Millonarios o Santafé; con mi padre se sentaban varios pereiranos residentes en Bogotá, algunos de los cuales critican a la capital y dicen que se quieren volver a su ciudad natal , pero nunca lo hacen , algo muy típico. Al terminar el partido, me acerqué a la baranda de la tribuna y empecé a llamar a los jugadores del Pereira,que me parece, habían sacado un empate como visitantes. Hernando «La Pinta» García estaba como suplente y empecé a llamarlo: «Pinta, Pinta»! y no sé por qué, talvez un arranque de confusión sobre identidad regional, en donde me molestó que el Pereira haya empatado al equipo de Bogotá, cambié mis gritos por: «Loca, Loca», como si «pinta» tuviera que ver necesariamente con «loca», ante las miradas de mi padre y sus paisanos que pasaron de la aprobación y sonrisas, a desaprobación y sorpresa.
jotagé gomezó