La guerra de las presas

Como Pepsi y Coca-Cola, en Colombia una “batalla” entre los asaderos de pollos se desató cruel e inclemente en medio del calor de la tierra caliente y de las brasas hirvientes de los hornos.

Hace marras, el pollo era un elemento catalogado como dispositivo de lujo en las mesas colombianas, debido a su alto costo –aún se guardan rezagos de esas épocas donde decir “quién comió pollo” para explicar el alto valor de una cuenta era casi un habitué del lenguaje-. Todas las empresas dedicadas a este rubro buscaban mejorar sus recetas y hasta averiguaban secretos de la competencia para mejorar el engorde de crías o para suavizar la seca carne de la pechuga.

Pero Kokoriko fue quien, en una jugada maestra, tomó la gran delantera mediática en esta plumífera pugna por ganar el mercado cuando en 1981, gracias a la ingente gestión de Gabriel Camargo, empezó a estampar los avisos de su producto en el pecho del humilde Deportes Tolima. Tal vez si el equipo hubiera fracasado, nunca los pollos de la K se hubieran despegado del resto pero la sabia fortuna quiso que esta formación tolimense (donde jugaban Nelson y Hugo Gallego, los paraguayos Pablo Elmo, Evaristo Isasi y Cristino Centurión, el llanero Heberto Carrillo y los argentinos Oscar Héctor Quintabani y Víctor Hugo Del Río) sea aún recordada como una de las más brillantes alineaciones del vino tinto y oro en todos los tiempos.

Mientras Kokoriko paseaba su nombre por Chile, Venezuela y Paraguay (el Tolima fue subcampeón en Colombia y accedió a la Copa Libertadores en dos ocasiones consecutivas, más exactamente en 1982 y 1983), La Riviera, PPC, Distraco, La Colonia y la Brasa Roja perdieron el espacio que con lucha habían ganado con amplios locales en, por ejemplo, la plaza de Melgar. Por un triunfo deportivo todavía es nombrado Kokoriko, que apostó y ganó.

Imagen cortesía de Diablo Americano..

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24 Replies to “La guerra de las presas”

  1. Muy bueno don SCU, lastima la calidad de la foto -o de la escaneada-. Duele no reconocer a proceres como Del Rio y Centurion. No transitaba ya la celebre pina mendoza?

  2. Es correcto Panchocristal. Por ahí andaban rondando los tiernos guadañazos del "Piña" en todo su apogeo.

  3. Mil gracias a Orlando y Curramba por sus acotaciones pertinentes. Se corregirán ya los gazapos. Mil gracias

  4. El verdadero arranque del Deprtes Tolima, pero nos gustaria que recordaran a tres autenticos petardos brasileros que uno o dos años antes robaran en ibague. los recuerdan? NIELSEN, GILBERTO Y DOSANTOS. El mas desagradable recuerdo del MURILLO tORO. gRACIAS

  5. Que recuerdos… y ver a mi profe Heberto con melena me hace recordar que en la Nacional descartó a un mago de apellido Benninghoff por greñudo.

  6. Buen recuerdo, cuando las empresas que no eran tan grandes en el contexto nacional se atrevían a meterle plata al futbol. Como dato, les cuento que el fundador de Kokoroko y su esposa murieron en el atentado al Club El Nogal

  7. Ese equipo del Tolima del 81 era un equipazo. Lástima que quedó estigmatizado de por vida por el horror de uniforme, con la K de Kokoriko en su esplendor.

    No jugaba en ese equipo un tal José Flórez, de bigote rubicundo tal Pancho Villa? Creo que era crédito local…

  8. Je, je, que buen dato el del origen del "quién pidió pollo." Y pensar que ahora se consigue un pollo en 8 mil pesitos.

  9. Uno de los pocos buenos y productivos equipos que tuvo el Tolima a lo largo de su historia. Sí, YoSoyElCarlos, había un José "Chepe" Flórez en ese equipo, y debo tener la descripción de la plantilla que aparece en la foto en el especial que sacó El Espectador para conmemorar "el fin del siglo XX".

  10. Ahí empezamos a ser grandes, que buenos recuerdos. Victor Hugo del Rio, goleador histórico del D. Tolima, se quedo viviendo en Ibagué, grande por siempre.

  11. Despues de este uniforme, y por un largo tiempo, al sufrido vecino tolimense le pasó como al slogan de Kokoriko pero con otra conjugación: "todos le hicieron rico".

    Me alegra mucho ver que ahora son el vecino complicado, más que América, Millonarios y a veces Nacional.

  12. Muy respetuosamente quiero decirle a Pancho Cristal lo siguiente: la foto que he suministrado para esta nota la digitalicé de un especial de El Espectador sobre el fútbol colombiano, data de 1999 y originalmente está impreso en papel periódico. Por ende, la mayoría de las imágenes no tiene una resolución ideal. Sin embargo he hecho el mejor esfuerzo por compartir con ustedes esta gráfica, como bien lo anoté cuando la remití vía corre-e en días pasados.

    De usted atentamente.

  13. Oscar Quintabani, quien se quedó a vivir en Pereira, creo, famoso tambien, antes de volver a la primera plana como DT, por su restaurante Quintabani’s en esa ciudad. Lo recuerdo porque le regaló una bicicleta a un primo mio, en una fundación para niños donde Quintabani colaboraba y porque su eterno suplente era Hernando «La Pinta» García, lo cual es suficiente motivo para aparecer en Bestiario    del balón. Me parece que en este mismo equipo estaban otros dos jugadores que despues fueron tambien al Deportivo Pereira: Gonzalo «Ratón » Echeverry y Jairo «Chiqui» Aguirre, éste último en aquella época cortejaba a mi tía, tomaba el «algo» en la casa de mis abuelos y estuvo cerca a casarse con mi tía, pero a mi abuelo no le gustaba que se casara con futbolistas «sinverguenzas que sólo saben patear una bola». 
    jotagé gomezó

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