Durante décadas la sobriedad fue la regla en el vestir de los arqueros. Quizás por el altísimo nivel de responsabilidad que demanda su puesto, el golero era el menos indicado para experimentar con nuevas tendencias que pudieran eventualmente revolucionar el arte de atajar. Salvo una que otra golondrina que no hizo verano, fue necesario esperar hasta la década de 1970 (más de 70 años después del nacimiento del deporte) para que soplaran vientos de cambio bajo el arco. Fue así como al tiempo que en Argentina aparecía Hugo Gatti, en Colombia un morenazo caucano, longilíneo y de felinos reflejos sorprendió con su decisión de abandonar los tradicionales tonos oscuros que hasta el momento habían utilizado los cancerberos y cambiarlos por colores vivos, muchos de ellos casi fluorescentes. Y ojo que esta decisión de Mina no fue fruto de un capricho o de una petición de su cónyuge del tipo «ay papi, ponete ese rojo que me enciende», nada de eso. El buen James elaboró toda una teoría sobre los colores y el oficio de atajar. Más de una vez se le escuchó decir que un buso fluorescente en un partido nocturno podía ejercer un influjo lo suficientemente nocivo en la retina del atacante como para hacer que sus remates derribaran aves migratorias en lugar de romper piolas. Tan molesto como el de las plenas de una poderosa Kenworth a medianoche por carretera de la cordialidad.
Fue tanto el empeño que le puso Mina al tema de su vestuario que se alcanzó a decir, esto sin confirmar, que en su mejor momento mandó acondicionar un moderno cuarto oscuro en su residencia en el que se encerraba horas enteras para estudiar el efecto de diferentes tonos de verdes, amarillos y naranjas en el ojo humano. Una vez terminada su carrera, en los estadios del país se volvió cosa común ver a arqueros con pintas estrafalarias, colores vivos y peluqueados de vanguardia. Es por esto que los Caleros, los Higuitas, los Van Estrahalen e incluso, por qué no, los «Chapulines» Campos, tienen todavía hoy una deuda grande con James Mina Camacho, todo un precursor de la moda bajo los tres palos.
Imagen: Cortesía Orlando López..
"Tan molesto como el de las plenas de una poderosa Kenworth a medianoche por carretera de la cordialidad"….
no se si llamar esta frase rebuscada o audaz
Lo que pasa es que Mina Camacho estaba muy influenciado por la onda futurista y espacial de los 70s y 80s, gracias a series como Buck Rogers, V La Batalla Final o Automan.
Hasta de pronto tenía poderes gracias a esos trajes…
Grande Mina!!! Cuando tapó en el 11, era el único que nos salvaba de las bombardeadas de los demás equipos, cuando peleábamos con Cúcuta el puesto 14. Quien iba a creer que ambos equipos iban a llegar (no hablemos de ganar siquiera) a una libertadores?
Un grande ¨el sucundùn¨.
es muchacho fue el que tapó en Santa Fe’ tuvo el honor de proteger el arco de la seleccion alguna vez?
Seria bueno que colgaran material fotografico adicional de los atuendos de James. Me parece que el que luce en la foto es mas una confeccion de los innovadores disenadores del Once que de James. Notese que son los colores del escudo del blanco blanco.
No es nada fácil de conseguir, juap. El día que lo tengamos lo subimos en un complemento a este post.
Meluk, sí: Copa América del 83
segun entiendo trabaja ahora preparando arqueros en santa fe. ojala tambien les inculque ese estrafalario y tropipunk gusto para vestirse.
uy este man es vecino mio del barrio…le voy a preguntar si todavia tiene ese buzito…