Lo primero que hay que decir, para tener claro el contexto, es que Diego Luis Córdoba fue declarado, por unanimidad, persona non grata por los vecinos del barrio bogotano de Pablo VI por las ruidosas e improvisadas verbenas que de madrugada organizaba junto a algunos de sus compañeros de Santa Fe a comienzos de esta década.
Es de imaginarse entonces que en un personaje de este perfil (a quien los propietarios de licorerías de Teusaquillo estuvieron a punto de levantarle un pequeño, pero sencillo monumento en el separador de la calle 53) fuera proclive a incurrir en deslices. A nosotros, ni más faltaba, sólo nos interesa registrar los futboleros, como el que protagonizó a mediados de 2005 año en que, no sabemos si en la mitad de una laguna, olvidó su origen rojo para realizar una breve pasantía de cuatro meses en el rival de patio cuando a este lo dirigía un amigo de esta casa: Fernando «el Pecoso» Castro.
Seamos francos, el Diego Luis que llegó a Millonarios no era el mismo que en Santa Fe por las tardes truncaba avances rivales para después por la noche truncar el sueño de los vecinos de la unidad residencial de marras. De hecho, ya ni lo uno ni lo otro hacía. Era apenas una versión decafeínada y sin azúcar del volante que cinco años atrás fue la revelación cardenal.
Peculiaridades del futbol colombiano, me imagino que hay más cosas en el anecdotario.
a diego luis me lo encuentro aqui en el barrrio kennedy a cada rato en sus furruscas…………..
Los busqué en Wikipedia y ya ni aparece, pensé que andaba en el Marathón de Honduras o algo así…
el es dueño del bar VIPS en Kennedy…cerca de la panamericana
el corazon de el es rojo recuerdo la noche de el 14 de julio de el 2012 en el bar VIP’S que me decia primo mañana saldremos campeones con una felicidad la tremenda