Chicó FC Prostatrón Fila 2001

ChicoProstatron

De los productos exóticos que se han asomado por las camisetas de nuestro FPC este: el prostatrón, aparato entonces considerado milagroso para evitar la obstrucción de la vejiga por el crecimiento acelerado de la próstata en el caballero.

El caso es que el importador oficial de este dispositivo decidió sumarse al proyecto que entonces todavía compartía Eduardo Pimentel con los hermanos Caicedo. Fue la primera temporada del Chicó en la B y estuvo cerca de ascender (clasificó al cuadrangular final). Llegó lejos con una nómina compuesta por jugadores de pasado reciente azul como Freddy León, Raúl Ramírez Gacha, Álvaro Aponte y Néstor Villarreal. Falta por establecer si la avanzada edad de algunos de ellos los hacía también usuarios del revolucionario invento y, esperemos que no, si algún tipo de convenio para desarrollo de pruebas piloto fue suscrito entre Prostatrón Inc. y el entonces Chicó F.C.

El aparato de marras

Dos detalles más: la marca, Fila, de paso fugaz por estos pagos y algo exótico en una época en la que por la primera B sólo veían diseños de Torino, Comba, FSS, Piola y similares. Por último, el tributo que el equipo le hizo a sus orígenes en el último clásico regional contra Patriotas luciendo estos mismos colores.

Foto: @andrewfpb

¡¡Primicia!! La pistola de Teo

La imagen fue captada desde nuestro Kokorikóptero gracias a un nuevo sistema de fotografía con teleobjetivo donado por el gobierno de Islandia. Corresponde al arma con la que Teo amenazó a Sebastián Saja al terminar el clásico de Avellaneda contra Independiente que su equipo perdió 4-1. De esta forma se desvirtúan las versiones según las cuales el arma del delantero era un tubo PVC con dedo de guante de caucho en uno de sus extremos o una pistola de fulminantes de arito rojo como en algún momento se llegó a asegurar.

Pinto con orejitas

A finales de los 80 y comienzos de los 90 y por razones bien conocidas funcionaba una especie de puente aéreo -en un solo sentido- entre las sedes de Santa Fe y América. Entre todos los jugadores que viajaron estuvieron

los entonces jóvenes bogotanos Eduardo Niño y Wílmer Cabrera que a comienzos de 1990 y cuando eran fijos en la selección que pocos meses después jugaría el Mundial de Italia se despidieron de su casa matriz para instalarse en la tierra de Pepesón.

Esta nota de Ricardo Alfonso sirvió como despedida de los nuevos valores. Nos muestra a Niño, que sabía que era su último día, dejándose contagiar por el ambiente de recocha y haciéndole las populares «orejitas», muy comunes entonces nada menos que a Jorge Luis Pinto. Por su parte, el editor quiso hacer énfasis en el carácter que Cabrera proyectaba en la cancha y se valió del generador de caracteres para dejar claro que se trataba de un «volante con personalidad», descripción que tal vez no cayó muy bien en el resto del plantel.

De la donación de DIABLO AMERICANO.

Radiobestiario y Zemaría

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Vuelve el podcast que criolliza su reproductor (de música).

En esta entrega:

-¿Zemaría es el mesías? (en cualquier caso, lo siguen robando).

-Reminiscencias de visitas papales. Y del niño y el Papa.

-Nondier Romero tiene el celular de Dios, pero lo manda a buzón.

-Wilfredo Rincón del recuerdo: partidos post conciertos.

-Miguel Ángel hace un dibujo de sus vacaciones.

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Pregunta Antanas, responde Chicho

AntanasChicho

Los encuentros entre fútbol y política suelen darse en salones de protocolo o en oscuros sótanos escenario de componendas en las que no nos corresponde profundizar.

De ahí lo curioso de esta imagen en la que nada cuadra. El político, ex alcalde de Bogotá, en pose primaveral y luciendo sandalias franciscanas aborda al futbolista que lo espera debajo de un árbol -¿qué tan frecuente es toparse con un futbolista debajo de un árbol?- y no para pedirle que lo acompañe a una próxima gira, que se suba con él a una tarima, sino para que le conceda una entrevista.

La postal, no obstante, tiene una explicación: durante unos meses Antanas fue reportero freelance del noticiero QAP en compañía de John Portela. Quisiéramos conocer el audio de la nota. Saber, por ejemplo, si Antanas le preguntó al Chicho cuál era su mayor orgullo y si el entonces volante de Nacional le pidió el disfraz de super cívico para una fiesta de disfraces que tenía por esos días. Por eso, para el que nos traiga la grabación le tenemos reservadas tres cajas de manillas oficiales de la ola verde (?).

Palomitas memorables: John Kennedy Hurtado en el Milan

JohnKennedyHurtadoMilan2

En la antología de grandes palomitas de la historia John Kennedy Hurtado merece un capítulo. Y no por ser un eximio cabeceador, por palomita entendemos esos instantes en los que Dios, el demiurgo o quien sea que despache en la administración del cosmos sale a tomarse un tintico y permite que pasen cosas, absurdos cameos, que bajo el orden natural del universo jamás ocurrirían.

El caso es que John Kennedy fue beneficiario de uno de estos paréntesis excepcionales del devenir universal. Defensa con pasos por Unión Magadalena, Monagas de Venezuela, Real Cartagena y Deportivo Cali en su hoja de vida además de una convocatoria a selección sub17 en 2001 y una tarjeta plata de Expreso Bolivariano resultado de sus andadurías por Expreso Rojo y Centauros, a comienzos de 2009 la virgen se le apareció en forma de breve prueba nada menos que en el todopoderoso Milan.

Gracias a una movida de su hábil empresario -que todavía hoy es expuesta como caso de éxito en las academias de empresarios- fue a templar al equipo que entonces dirigía Carlo Ancelotti a comienzos de 2009. Estuvo un mes, pero desde que llegó estaba claro que sus opciones de quedarse eran mínimas, en tanto su pasaporte era vinotinto y decía «República de Colombia», y no «Comunidad Europea» como reza en la portada del de Nelson Rivas.

Pero lo de menos era si se iba a quedar o no, llegar a hacer parte de una práctica de fútbol del Milan ya era la gloria para un jugador tan de gama media como él. Suficiente para regresar a pedir copia de las llaves de Palmira, su municipio, más busto en el parque principal y derecho a que el próximo colegio inaugurado lleve su nombre.

De entrada aclaró que iba por el contrato y no por autógrafos o camisetas de sus compañeros. Eso sí, cuentan las malas lenguas que no tuvo reparos en pedirles minutos de celular. Dice la leyenda que tan pronto como vio la oportunidad le pidió «un minutico» nada menos que a David Bekcham con el único fin de llamar al gerente deportivo del Deportivo Cali a decirle que lo estaba llamando desde el teléfono del astro británico. Suponemos que luego le aconsejó a su fugaz compañero incursionar, cartelito colgado, en la venta de minutos premium, diez veces más caros pues son desde «el celular de David Beckham».

Jugó apenas unos minutos de un amistoso contra Hannover. «Antes del partido, en el camerino, abrí el maletín para sacar mis cosas. Como era un amistoso pensé que nos iban a dar un uniforme alterno, pero saqué la camiseta blanca con la que jugamos y me impactó ver que en la espalda decía ‘Hurtado’ y vi el número: 34. ¡La camiseta decía Hurtado!», le dijo en su momento a Jimmy Montes, de El Tiempo.

A este mismo periodista poco antes le había respondido una solicitud de entrevista vía Messenger así: «No, ‘panita’, ahora no me podés llamar. Mirá que todavía no tengo celular y me da pena decirle a Senderos que me deje recibir una llamada en su casa». Lo de Senderos fue un accidente, pudo haberle dicho Ronaldinho, Seedorf, Maldini, Émerson e incluso Beckham. Había que alardear, tenía derecho. Cualquiera en sus guayos lo habría hecho.

Pronto volvió a regir el orden natural de las cosas y a Hurtado le dijeron que muy amable, muchas gracias, pero que quizás el club preferiría gastarse ese cupo de extranjero en un nombre ligeramente más pomposo. Resultado: para febrero ya estaba de nuevo en la sede del Cali donde, cuenta alguien, se conformó un comité de esposas de socios para abordarlo y pedirle que en aras de la convivencia y el ambiente sano se dejara quitar y lavar la camiseta 34.

Pero de algo tenía que servir su fugaz incursión milanesa. Así fuera de trampolín. Gracias a ella le abrieron un campito en el Seattle Sounders. No era lo mismo, por supuesto, tenía que cambiar la Ópera de Milan por el Silverdome, pero iba a estar más tranquilo. De hecho, llegó con el contrato ya firmado. Y, lo más importante, con un plan pospago ya activado.

 

Luis Daniel Gamarra

De esos refuerzos de perfil mediano que, de entrada,  el hincha sabe que no serán un fiasco pero que difícilmente harán curso de ídolos.

Llegó a Santa Fe proveniente de Cienciano de Cuzco en 2005.  No había terminado de desempacar cuando ya estaba listo para que lo operaran por una lesión de ligamento cruzado. Regresó en agosto y ya iba alzando vuelo cuando, de nuevo, su ligamento cruzado se partió en dos (igual que su carrera)  en la cancha sintética del Nacional de Lima en un partido contra Sporting Cristal por la Libertadores de 2006. Para esa

altura ya llevaba 17 partidos, tres goles, y varias salvas de aplausos.

La que padeció en Lima fue de esas lesiones jarochas de las que los futbolistas nunca logran recuperarse. Gamarra lo intentó, de hecho jugó dos partidos con Real Cartagena en 2007,  anduvo por Patriotas y en 2010 figuró en la lista de refuerzos del Bucaramanga, pero sólo en condición de sombra del jugador que alguna vez fue.  Pero si en Colombia la gloria le fue esquiva, no lo fue el amor.

En algún momento, no podemos precisar cuándo ni como, sucumbió a los encantos de una bella cucuteña. Enamoradizo, Daniel se sacó o le sacaron, no importa, pieza en la frontera y allí se instaló como un cucuteño más, presidente quizás del club de amiguitos del asadero de Hugo Horacio Lóndero que, supondremos, tarde o temprano heredará.

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La prueba concluyente de los nexos Nacional-Millonarios

Mucho se ha hablado en los últimos días sobre posible nexos no conocidos y perturbadores entre verdes y azules. Como lo nuestro no es el rumor, le pedimos a un escuadrón top de nuestra unidad investigativa que indagara. Y el primer hallazgo es revelador: el manoverguismo, práctica tan de la entraña azul como dejarse complicar los partidos en el Campín contra el Huila ya está instalada en las filas verdes. De ahí para adelante, aseguró nuestro sabueso, «todo es posible, no nos va a sorprender nada».

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¿Y esta gente de qué carajos habla?

Aquí la respuesta: todo sobre el manoverguismo azul.

Gran aporte de @Gilberthstein

Serie rosa

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