En la segunda entrega de nuestro especial sobre la tormentosa relación entre el cuadro albo y la casa alemana tenemos este uniforme azul y blanco que luciera el Once en su partido contra el PSV Eindhoven en el marco de la Copa del Paz en Corea en 2005. Igual que el blanco que les mostramos en la entrega anterior, este uniforme azul sólo se le pudo ver al Once en el partido contra los holandeses. Meses después, en el torneo local retornaron al negro como uniforme alterno mientras en las tiendas deportivas se ofrecía una camiseta adidas color azul que no era la que vemos en la foto y que jamás fue utilizada por el equipo de Manizales. .
Selección Colombia-Kelme
Quienes creían que la primera multinacional en firmar un contrato de exclusividad para vestir a la selección fue la inglesa Umbro en 1993 se equivocan. En 1991 en vísperas de la Copa América de Chile se le vio a la selección un diseño de la casa española Kelme que por esa época, jalonada por el éxito del equipo ciclistico y aprovechando la recién estrenada apertura económica, intentó en vano penetrar en el dificil mercado del diseño deportivo criollo. Consecuencia del fracaso de esta marca, el matrimonio con la Federación fue bastante efímero de tal forma que terminada la Copa América la selección regresaría a la casa pereirana Comba, marca que la vistió hasta que Umbro hizo su aparición con motivo de la Copa América de Ecuador’93..
Once Caldas-Adidas (I)
A comienzos de 2005 el Once Caldas decidió dejar atrás la casa bogotana FSS y pasarse a Adidas, una marca más acorde con su recién estrenada alcurnia. Desde esa fecha hasta hoy, y por motivos que desconocemos, la relación entre el equipo manizalita y la marca alemana ha dado para todo tipo de desatinos y situaciones francamente misteriosas. A medida que vayan apareciendo las imágenes, en esta nueva serie que hoy comenzamos iremos dando cuenta de cada uno de los más de seis diseños que en apenas un año y medio ha dado como fruto esta relación.
El primero que traemos a ustedes es este diseño “blanco vivos negros” que se le vio al Once el Copa de la Paz disputada en Corea en julio de 2005. Por motivos que sólo conocerá el utilero del “blanco blanco” y el sr. representante de Adidas para latinoamerica, se trató de un diseño que sólo se le vio al Once en este torneo, igual que el vanguardista azul que usaran en ese mismo torneo. De regresó a casa, el Once volvería a uno de los seis diseños que ese año lució en los estadios del país y del continente ninguno parecido al mostrado en oriente..
Sporting Gino Gabuchi
Este Peñarol currambero regresó de la tumba, la que había ocupado al mejor estilo de Joselito Carnaval desde 1953, último año en el que había participado de un torneo de Primera División. En 1988, con mucha enjundia, los directivos y empresarios de la Costa quisieron refundar esta institución para darle un poco más de peso a la plaza de Barranquillla y para que el Junior tuviera un clásico más fuerte que el habitual partido frente al Unión Magdalena de Santa Marta.
El consorcio Abuchaibe, una de las empresas de textiles más influyentes de la Costa Atlántica se metió en este emprendimiento y con su prestigiosa marca de pantalones “Gino Gabuchi” (competidor fuerte de otras marcas tales como Sergio Valente, Lorenzo Banfi y demás) le dio un espaldarazo económico al equipo de la Costa.
Pero la mezclilla y el percal de Gino Gabuchi no le trajeron suerte al Sporting, que gastó parte de su dinero en refuerzos uruguayos más que malos (El arquero Gualberto Veliscko, el zaguero bigotón Hebert Pais, y los ofensivos William Gutiérrez y Edison de la Iglesia) y en pagar las largas cuentas que dejaba el pasivo de la institución, que perdía plata hasta abriendo el estadio Metropolitano de Barranquilla.
Finalmente en 1992 decidieron que la ficha del Sporting fuera cedida al Real Cartagena, y ni el propio Sporting tuvo el “honor” de bajar por sus propios medios a segunda división. Le dejó esa oportunidad a los heroicos. ¿El gran aporte del Sporting en el fútbol colombiano? Que le dio experiencia a Miguel Calero y Farid Mondragón, que se hicieron figuras en el equipo a punta de volar por todos lados para tapar los tremendos huecos de su defensa. También marcó un hito: fue el primer club de Daniel Alberto Tilger en Colombia.
En la formación, arriba de izquierda a derecha: Alex de Alba, Alfredo González, Gustavo Ebrta, Herbert Pais, Gualberto Veliscko, Enrique Simón Esterilla. Abajo: Jorge Villar, James Cardona, Yosvidas Fuentes, Góber Briascos, Óscar Muñoz
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Cartagena Gold
Otro ejemplo de vanguardia en el diseño deportivo criollo. En una época mojigata en la que la mayoría de los equipos se resistía a abandonar sus colores tradicionales, el Real Cartagena sorprendió en el segundo semestre de 2002 con esta combinación de dorado y negro diseño de la casa bogotana Saeta resultado de una curiosa afinidad que por el dorado evidenciara la tradicional textilera bogotana. En efecto, la tonalidad que se ve en este uniforme fue la misma que Saeta utilizó para una horripilante variación de la camiseta de Millonarios de ese mismo semestre que para fortuna de quienes aún creen en el buen gusto no llegó a ser parte de la indumentaria del equipo profesional. Para terminar hay que decir que además de este negro-dorado, Saeta vistió en ese mismo semestre al equipo de la heroica con un innovador diseño “all black” que pronto tendrá también su espacio. .
Tuluá Cerveza Corona
Una más de la fantástica saga “Cortuluá Libertadores 2002”. Seguramente con la intención de estar a la altura del evento, el presidente de Cortuluá, Oscar Ignacio Martán, gestionó un patrocinio cualquiera de los equipos grandes tradicionales envidiaría: Cervecería Corona. Hechas las gestiones pertinentes, el nombre de la tradicional cerveza mexicana y el de otro de sus productos, “Negra Modelo” pronto aparecieron sobre el glamouroso uniforme Umbro que recién estrenaba el equipo corazón. Pasó el tiempo y el equipo de Mayer Candelo, Hector Hurtado, Alex Posada y Oscar Díaz se desmoronó rápidamente.
El final del primer semestre encontró al Tuluá eliminado en primera ronda de la libertadores, en los últimos lugares del rentado y con mucha tinta roja en sus balances. Interrogado sobre el destino del dinero del patrocinio mexicano que harta falta estaba haciendo, Martán, sonrojado, afirmó que aprovechando el viaje a México a enfrentar al América en el último partido de Copa indagó ante las directivas de Cervecería Corona por el dinero que supuestamente le debían por el patrocinio. La respuesta de los mexicanos fue contundente: “revisamos bien y no hemos autorizado ningún patrocinio a ningún Tuluá”. Avergonzado, Martán reconoció entonces haber sido víctima de unos empresarios que le aseguraron se representantes de la cervecería mexicana. Los mismos que encargaron al buzón de mensajes atender las cada vez más recurrentes llamadas de un desesperado Martán que, impotente, veía como se convertía en protagonista y artífice de uno de los más tragicomicos embustes de nuestro nunca bien valorado rentado criollo.
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Millonarios Nanque cincuenta años
En 1996 Millonarios celebró sus cincuenta años y como parte de la celebración la directiva decidió que el uniforme de ese año no podía ser encomendado ni a Saeta ni a Torino, tradicionales proveedores del club azul.
Se escogió entonces a la firma argentina Nanque para que se hiciera cargo del traje conmemorativo. Así las cosas, desde finales del torneo nivelación 95 corrió el rumor de que el uniforme de los cincuenta años vendría del cono sur y con un diseño de vanguardia. La temporada 1995-1996 llegó y del dichoso diseño no había pistas.
La temporada terminó y la tal camiseta no apareció. Comenzó la Copa Mustang 96-97 y Millonarios estrenó un elegante uniforme Adidas,pero no era el tan mentado de los cincuenta años. Para el primer semestre de 1997 se vio a los arqueros utilizar un buzo Nanque y en algunos partidos a los jugadores con unas vistosas medias blancas de la misma marca. Se creyó entonces que por fin había desembarcado el esperado atuendo. P
Para el segundo semestre del año el ajuar finalmente se dejó ver; durante esos meses se pudo ver a los jugadores luciéndolo en los entrenamientos. Con un diseño muy común y corriente, lo único que llamaba la atención era el escudo que era el que se diseñó para la celebración de las bodas de oro. Sólo fue utilizado en algunos entrenamientos durante este semestre mientras en los partidos oficiales y amistosos Torino seguía siendo la casa encargada de la ropa de trabajo azul.
Al año siguiente, 1998, llegaría una nueva marca: Patrick y la camiseta de los cincuenta años, por motivos que hasta hoy se desconocen se quedó sin estrenar. Gracias a esto esta pieza exótica pronto adquirió la condición de uniforme de culto…
Camiseta del DIM, colección Jorge Castillo
Al llegar al DIM, Jorge Castillo se tomó muy a pecho el tema de la “nueva administración”. Una de sus primeras decisiones fue la de rediseñar, por su cuenta, el tradicional uniforme del “poderoso” y encargarle la confección a la tradicional casa pereirana «Torino». El resultado, como todo en su gestión, fue poco más que nefasto: una camiseta en tonos chillones con hombros y cuello azul, una “M” en trazo de spray en el pecho en supuesta alusión a las «montañas de Antioquia» y un rojo en la parte inferior adornado con dos briosos corceles en franca lucha en el costado izquierdo. A este derroche de diseño hay que añadirle la pantaloneta y las medias en el mismo rojo pasión y un escudo que seguramente fue el resultado de un concurso celebrado entre los preescolares del Valle de Aburrá. La camiseta, para cerrar, fue estrenada en un no menos exótico partido nocturno contra la legendaria selección cubana.
Diego Serna Lopera, luciendo el diseño alterno. .
Tuluá de azul Umbro
A comienzos de 2002 Tuluá firmó con Umbro para que la firma inglesa se encargara de su indumentaria con miras a la Copa Libertadores de ese año. Mientras se definía el tema del patrocinio con cervecería Corona (tema carnudo que trataremos próximamente) y de los colores que llevaría el uniforme alterno, la gente de Umbro decidió enviar este uniforme para el partido contra América en Cali por la segunda fecha del apertura. Ni cortos ni perezosos, los de Umbro aprovecharon la coyuntura para estampar el logo de su empresa en el espacio que le correspondería al patrocinador principal.
No fue esta, empero, la primera vez que Tulúa utilizó el azul. Ya en 1995 éste había sido el color de su uniforme alterno. .
Camiseta riverplatense del Tolima
Contribución de un corresponsal.
En 1982, el Deportes Tolima era sensación en el fútbol colombiano. Y parece que ese cambio de chico a grande tuvo algo que ver con el uniforme. Ya en 1981 se había eliminado la combinación vinotinto y oro para usar un uniforme negro y amarillo con un logo de Kokoriko que era más grande que el número.
Pero en ese año 82, Tolima, en esa costumbre tan colombiana de querernos parecer a los extranjeros, decidió romper del todo con sus colores. Se puso una camiseta tricolor que en su momento fue la alternativa para River Plate pero que, justo por esos años, archivó en el closet durante varios lustros: las gruesas rayas rojas y blancas eran separadas por una negra mucho más delgada. Todo hay que decirlo: el Tolima se veía raro.
Con esa camiseta, el equipo fue subcampeón, repitió Copa Libertadores y luego el uruguayo Baudilio Jáuregui, que había jugado en River, mantuvo la camiseta durante dos temporadas más. Curiosamente, cuando el equipo volvió a su tradicional atuendo, también regresó a la cola.
En una de esas maniobras desesperadas para evitar el descenso, Tolima trajo de nuevo a Jáuregui en el 92. Jáuregui desempolvó la camiseta, pero la cábala no sirvió y el equipo se salvó del descenso de vainas. La costumbre de copiar lo de afuera ganó la pelea en el 93 y Tolima jugó con un uniforme «igualito» al que usaba la Roma por ese entonces. Fue histórico: Tolima descendió. .