Exclusivo: Andre Krul: íntimo y muy personal

En el 2012 la noticia de la llegada de un portero holandés a Tunja para defender el arco del Boyacá Chicó dejó perplejos a muchos. Lo que primero parecía una broma, pronto se confirmó cuando circularon las primeras imágenes de André Krul, joven cuidapalos proveniente de la siempre exigente liga de Malta, recién desempacado en suelo boyacense.

Como era de esperarse, todo tipo de versiones, mitos  y leyendas se tejieron en torno al que, para entonces, pues no había llegado George Saunders al América, era el más exótico de los fichajes en la historia del FPC. Que hace rato ya vivía en Villa de Leyva donde pasaba los días entre la búsqueda de boñiga de vaca y la traducción de minutas en el juzgado municipal, que pilas porque ya se sabe a qué vienen los jóvenes aventureros de su tierra aquí, que en realidad era un periodista encubierto escribiendo una crónica titulada: «Cómo es: ser arquero profesional en Colombia» para una prestigiosa revista de Amsterdam.

Tantas preguntas exigían respuestas. Por suerte, un avezado equipo de reporteros de los Países Bajos las recogió y se vino hasta acá ávidos de respuestas. La semana pasada publicaron el resultado de su trabajo en YouTube, pero en el idioma natal del longilíneo golero. Tuvimos que pagarle a Maria Ester un curso exprés con hipnopedia incluída de neerlandés para saber qué diablos había dicho. Una vez lo terminó -y con lujo de detalles- procedió a traducir el documento audiovisual, revelando así un auténtico rebaño de chivas.

Hallazgo de @darniosalamanca.

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Estrella y práctica, el combo completo de Germán Gutiérrez de Piñeres

Cuando se está en la buena, cuando la rueda de la fortuna gira a favor de nuestros intereses todo sale. Eso lo constató Germán Gutiérrez de Piñeres aquel 20 de diciembre de 1987, día en que Millonarios obtuvo la estrella 12 y en el que el barranquillero pudo dar su segunda vuelta olímpica con los azules. Era, de hecho, el único repitente del título del 78 en el plantel.

Pero su mayor alegría no fue deportiva. Todo estudiante universitario conoce el calvario que es conseguir un lugar para hacer la práctica profesional. Germán,  al tiempo que con sus pies repartía muestras de afecto a delanteros rivales,  adelantaba estudios de periodismo. Y coincidió que para el octogonal de ese año, se vio en la necesidad también de tocar puertas para ver dónde lo recibirían para hacer sus primeros pinitos en su profesión paralela. Esto lo sabía el equipo de Cromadeportes de Cromavisión, quienes justamente andaban buscando cargacables, joven de los tintos, transcriptor de entrevistas, tramitador, auxiliar de trasteos y paño de lágrimas para jefes (funciones que regularmente cumplen los jóvenes en este rol).

Así, aprovechando la euforia del momento Humberto Salcedo le dio la buena noticia a Gutiérrez de que el dispendioso trámite en el que tendría que gastar sus vacaciones de fin de año estaba resuelto, cosa que agradeció el zaguero azul. Por supuesto, no era el momento de profundizar en lo referente al perfil del cargo que le esperaba a su nuevo «chino águila».

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Ultrapasar a la segunda ronda. Tendencia de la Ultrawasonmanía

Wason Rentería, ultraberraco delantero azul, que fue ultraanotador del juego de la Bridgestone Ultralibertadores frente a San José de Oruro, ultrarespondió las ultrapreguntas de los ultraperiodistas apenas el ultraencuentro frente a los ultrabolivianos terminó en El Campín -que quedo non plus ultra-.

Ultramamente el ultrajugador estuvo ultracriticado por su ultrawasonmania de perder pelotas con ultrafacilidad. A pesar de eso, Ultrawason no pierde su ultrafe: su ultraanotación contra San José ultradejó a Millonarios ultravivo, cuando estaba en estado de ultratumba por la ultracaída ante los Ultraxolos frente al Corinthians sin ultras.

Por eso, en un ultramar de emociones, Rentería entendió que lo suyo es Ultrapasar de ronda.

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César Velasco: homenaje al arquero visitante desconocido

Los arcos del Campín tienen algo especial. Son bien conocidos por espolvorear un misterioso polvo mágico sobre los arqueros visitantes que le ha permitido a goleros de muy mediano perfil como, diga usted,  Roque Pérez,  Agustín Granados, Williers Valencia o Lincoln Mosquera cuajar tardes inolvidables, partidos en los que todas y cada una de sus deficiencias fueron anuladas, sus escasas virtudes repotenciadas y así lograr, por noventa minutos, ser bien logrados émulos criollos de Gordon Banks.

Esto la mayoría de las veces. Pero ocurre cada tanto que el destino pone sobre los hombros de algún imberbe y las más de las veces asustadizo cancerbero la responsabilidad de evitar la debacle de oncenos que llegan al Campín  de capa caída, pasando aceite. Y les corresponde hacerlo nada menos que en la capital de la república, en las narices de la gran prensa siempre lista a colgar pesados inris tipo «arquerito» como en este caso sobre las nuevas promesas que desentonan.

Así, mientras la providencia es laxa con sus compañeros de promoción y les entrega 20 partidos intrascendentes con velas en lugar de reflectores encima para que se coman todos los goles que se han de comer en su proceso de formación, para que salgan a destiempo a placer, se queden sembrados en la línea y reciban un gol por esto sin que tal desacierto signifique el fin del mundo o se cansen de puñetear al centro del área, los que hoy nos ocupan de repente ven como su sueño de pibe es inducido, llega prematuro y rápido se convierte, más bien, en la pesadilla del pibe.

Esa fue la historia de  William Mosquera, que en 1988 tuvo que simular, junto a 5 compañeros más del Cúcuta Deportivo,  intenso cólico menstrual y así terminar anticipadamente el partido una noche en que comenzando el segundo tiempo Millonarios ya llevaba media docena a favor. Le pasó a Yeisson Lizalda, el infante que al salir de una cita donde el pediatra fue informado de que sería el arquero del equipo sub13 llamado a sustituir a los titulares del Quindío del «Pecoso» renuentes a trabajar por falta de pago en abril de 2011.

Pero así como Mosquera supo aceptar este trauma en su trayectoria vital y sobreponerse a él para hilvanar una más bien discreta carrera, camino que también ha tomado Lizalda, quien hoy trabaja en compañía de un completo equipo de profesionales para superar el acto reflejo de relajar esfínteres cada vez que escucha «Campín», el protagonista de la nota, también del Cúcuta, César Velasco nunca superó el pantagruélico traspiés inicial. Lo goleó Santa Fe esa tarde en el Campín, cuando el Cúcuta era el Cúcuta que había hecho del fondo de la tabla su zona de confort en tiempos en que no existía el descenso y que tenía la fea costumbre de truncar proyectos de vida de jóvenes incautos.

De la donación de Diablo Americano.

El show de Miguel Calero en el Sporting de Barranquilla

En 1991, su último año en la Copa Mustang, el malogrado segundo equipo de Barranquilla se dio el lujo de encomendarle su arco primero a Miguel Calero y luego, para el segundo semestre, a Farid Mondragón. Esta nota del Noticiero 24 horas registra un partido memorable del arquero fallecido el año pasado contra el rival de patio con varios ingredientes bestiaristas sin duda, pero esta vez el ánimo es de homenaje que, por supuesto, merece el popular «Show».

De la donación de DIABLO AMERICANO

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A qué dedica los días de sanción Gerardo Bedoya

Se van atando los cabos. Los largos días de sanción del hijo predilecto de la Comisión de Disciplina de la Dimayor necesitan llenarse. Y como Norberto y su mundo ofrecen perspectivas más bien limitadas a la hora de consolidar un proyecto de vida y los tonos de amarillo para los rayitos son, al fin y al cabo, finitos, siempre es bueno explorar nuevos horizontes.  Demostrar, por ejemplo, que Matías Urbano no es el único fubtolista en el mundo con derecho a incursionar el género del mismo nombre.

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Dos nuevos equipos que buscan su lugar en el FPC

Estamos en pretemporada. Época de picados informales entre equipos del FPC en potreros, con pico y pala previo, vaca para pagar los árbitros, no pocos casos de insolación de jugadores tercos pero sobre todo escépticos del calentamiento global y, desde luego, petacos en lugar de puntos en disputa. La Unidad Investigativa del Bestiario del balón, siempre activa, recorrió las canchas donde los equipos se preparan y dio con estas dos nuevas escuadras que, a juzgar por su nivel, despliegue físico y disposición táctica llenan con creces los requisitos para hacerse a un lugar en el FPC. Solo les falta aprender a aplazar partidos y desaprender a parar el balón, pero sobre la marcha se adquiere.

De la donación de DIABLO AMERICANO

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"Rufai" Zapata y la pandemia del lugar común

La extraña fijación del periodista deportivo -en la que le corresponde al sicoanálisis profundizar, no a esta redacción- por disfrazar a sus fuentes no es cosa exclusiva de Colombia. En Rumania son de esta misma línea y tampoco allá han logrado encontrar la vacuna contra el lugar común.

Todo esto permitió que al llegar Robinson «Rufai» Zapata al Galatasaray a comienzos de 2011 un canal de televisión rumano -venía del Steaua de Bucarest- decidiera disfrazarlo, nada menos que de sultán de Istambul. Dos años después, este arquero, pero sobre todo freelancero, está recién llegado a Bogotá, dónde es harto posible que vuelva a ser víctima de un espontáneo brote de creatividad.  No descartamos, por lo tanto, verlo ataviado un overol verde al mando de un camión compactador.

Aporte de @SrCendales

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