En 1989 el Atlético Nacional le dio a Colombia su primer título en la Copa Libertadores. Con un equipo de sólo colombianos, los «puros criollos», generaron un fervor pocas veces visto en el país y, cómo no, en Antioquia.
Como siempre, el fervor del momento dio para todo tipo de excentricidades. Una de ellas (bueno, varias de ellas si se detallan los acompañantes a la derecha de Leonel) quedó registrada en la postal que hoy le presentamos a nuestros fieles y amables lectores.
En efecto, en los partidos que Nacional jugó como local en esa copa, Leonel Álvarez solía saltar a la cancha con su culebra Leonela al cuello. En el primer partido que disputaron como locales, Leonel decidió innovar y prefirió dejar a sus hijos en casa viendo el partido por la TV y llevarse a
la culebra. El partido lo ganaron y eso motivó a Pacho Maturana decirle a Leonel que de ahí en adelante ni se le ocurriera saltar el gramado si no estaba envuelto por el reptil. Obediente, Leonel siguió llevando a la culebra a cada partido que jugaban en el Atanasio reportandole siempre excelentes resultados. Eufórico de haber encontrado por fin la fórmula para robar, no trabajar y ganar, Pacho Maturana no cabía de la dicha. Esta, sin embargo, fue efímera. Al poco tiempo los jugadores descubrieron que de la mano con los triunfos, la culebra también traía lesiones: en todos los partidos en los que animaba la salida, minutos más tarde un jugador salía lesionado. Sin importarle la rabieta de Pacho Leonel prefirió evitarse más problemas con sus compañeros devolviendo a Leonela al acuario que, seguramente, adornaba la sala de su casa. .
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