John Florez

Cuando ya había perdido todas las esperanzas, Norberto Peluffo le hizo realidad su sueño de ser futbolista profesional. A sus 27 años, el DT santandereano vio que podía todavía despachar como lateral izquierdo de Millonarios y tras verlo en un torneo aficionado bogotano, con el argumento de «que el que juega es John, no la cédula» gestionó ante recursos humanos su contratación para la temporada 2004.

Y la verdad es que respondió. Incluso hizo un gol: de tiro libre contra el Chicó en el Alfonso López. Sin que llegara nunca la tribuna a corear su apellido o a ser llamado para un comercial de Pepsi, tuvo un desempeño aceptable y, lo más importante hoy, nadie llegó a referirse a él como «Johnsito» o «Florecitas»; es decir, fue serio y rendidor.

Su año feliz tuvo un final algo abrupto: una expulsión en el primer partido de la temporada 2005 en Envigado, acabó con el sueño. La suspensión de 2 fechas que recibió por esa roja hizo loop al infinito.

Futbolistas con cara de señora vieja: Ricardo Gareca

"¿Plancha o secador?, esa es la cuestión"...

Delantero y luego DT argentino. Hombre de dos preocupaciones: el triunfo y el cuidado del blower. Rechazó ofertas tentadoras para ser anfitrión de «Laura en América» versión Mercosur.

Señorita Laura
Gareca, cuando su cara era de señorita vieja.

Con la colaboración de Vorphalack.

Este Radiobestiario está muy vivo

(Imagen cortesía @LockeMysterio )

Una edición más del podcast que esperan sus reproductores. En una edición tamaño XXL espere:

-«Todo muerto paga», nuevo cartel en la entrada de nuestros estadios.

-Lolo Sudarsky en pareo, barrabrava del Real Cartagena.

-El profe Osorio y su nueva cara, bohemia y grecocaldense. Exclusivo: los acrósticos de su libreta.

-«Bolillo» come flores encerrado en baño de hotel madrileño. Detalles.

-Zemaría ingresa a la masonería y cede su carrito de golf a la logia de los barcinitos mojados.

-El himno que canta la selección de micro es de Franz Ferdinand. Les contamos por qué.

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Futbolistas con cara de señores viejos (o la sub50)

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Los futbolistas ahora ya no son como antes. A aquellos señores de bigote y aire patriarcal que encarnaban en muchos casos figuras de padres ausentes los han ido reemplazando jóvenes imberbes fuertemente influenciados por tribus tipo candys, floggers y emos. Sin duda esto le ha dado al fútbol un ingrediente de sensibilidad, diversidad y estética que no tenía y esto es recatable, pero también ha hecho que el jugador promedio para los hinchas de más de 30 años ya no encarne a un padre, a un tío respetable sino, en el mejor de los casos a un hermanito menor.

Ahora, en lugar de un «sí señor o no señor» como respuesta ante un pedido de autógrafo un futbolista a duras penas inspira un «chino pendejo». Dirán, seguro con razón, que son cosas de la edad, de la godarria innata en la mayoría de los hinchas, absolutamente negados para descifrar los signos de los tiempos. Por eso, hemos querido traerles a ustedes este especial (de varias entregas) para rememorar a esa casi extinta casta de futbolistas que pese a que en el momento de la foto tenían no más 35 años nosotros los veíamos -y los vemos- como de 54 o 63.

La extraña historia de Alirio y Mauricio

En 1990 el Deportivo Pereira gozaba de dos perlas juveniles en su formación. Los Serna. Alirio, apodado «El Marinillo» era el famoso para esos tiempos por sus dotes goleadoras. Mauricio, «Chicho», jugaba como volante de creación y no era aquel recio jugador sin pelos en la lengua y en la cabeza que se transformó en el quinto defensa del Boca Juniors de Carlos Bianchi.

Todo lo contrario: «Chicho» ostentaba largo y crespo pelo que envidiaba Juan Carlos «Chapulín» Maciel (arquero argentino y rival regional pues atajaba en el Quindío) bigote ralo y era un mediocampista habilidoso, de buena técnica y gran despliegue ofensivo.

De un momento a otro el giro para la trayectoria de ambos fue más que brusco. Los dos llegaron a Nacional pero mientras que Alirio parecía ser George Costanza, Mauricio tomó ribetes de Jerry Seinfeld. La carrera del delantero terminó cuando deambulaba en el último descenso del Cúcuta a segunda división. «Chicho» nunca más hizo un regate y decidió que lo suyo era coleccionar piernas de sus rivales como trofeo de guerra. Así se hizo ídolo de la hinchada boquense, a la altura de Blas Giunta y Ubaldo Rattin

Pero si usted nunca vio a Mauricio Serna haciendo enganches en el área o marcando golazos es hora de observarlo. La víctima, como no podía ser de otra manera, Millonarios, de quien Serna resultó ser verdugo recurrente en etapas posteriores.

Reciclaje de ocasión: Los años maravillosos de Néstor Otero


Agradecimiento a Armando Vargas y el Noticiero de lo cotidiano

A pesar de que la imagen es una simple evocación de alumnos y profesores en el colegio Lauretta Bender de Cali, la imagen tiene algo más de futbolístico que la pose de sus protagonistas. Las preocupaciones de los educandos estaban centradas en su clase de matemáticas porque su profesor era cuchilla. No les exigía saber despejar la X en un problema de álgebra y tampoco decir en segundos cuál era la raíz cuadrada de 2549.

No, el profe de cabeza rápida tenía mejores cosas que enseñar. Alguna vez se presentó un diálogo similar a este en el aula de 8 grado.

-Pase al tablero, Martínez. ¿Listo para el examen?

-Sí profe, pero no me vaya a dar duro.

-Duro daba Obdulio Trasante, hermano. (risas de los alumnos) A ver: cuál fue el esquema táctico utilizado por Stefan Kovacs en el Ajax de 1971.

-Uy no profe, ¿eso cuando lo vimos?

-Hacete el pendejo, mijo, que el otro día revisé cuadernos. ¿Qué está haciendo en esta clase? Responda pues, porque si no, saca uno.

-Profe, pero… Póngame a despejar una fórmula que pa eso soy teso.

-Listo hermano.

Y el profe escribió en el tablero la sigla W-M y botó la tiza al suelo. Lo miró subiendo las cejas y retó a su alumno:

-Quihubo «toronjo». ¿Le quedó grande?

-Nono, profe, ¿eso en qué página del álgebra de Baldor sale?

-Ehhhhhhh brutico si no, hermano. ¿No digás que no conocés a «Herber Chamman»?

No, la verdad que no, profe.

-Tenés uno por bruto. ¿Cómo no sabés qué es la W-M si sos el capitán del equipo de fútbol? Te voy a sapear con el DT ¿oís?

Finalmente, rajando y rajando alumnos, al profe no le quedó otra que abandonar las aulas y dirigir clubes de fútbol. Claro, los futbolistas también le sacan canas cuando, como si les estuviera explicando un trinomio cuadrado perfecto, no entienden qué es «cerrar la banda» o «ganar la espalda». Era Néstor Otero. El «matemático» (abajo, tercero de izquierda a derecha)..

Radiobestiario colombianísimo

El equipo del Radiobestiario quiere que los gringos -Nadal incluido- que visitan Colombia vuelvan a las salinas y a Guatavita. Además en esta edición:

-Sepa cuánto hay de la actitud El Balay a la actitud Herbalife.

-Piero furioso con los «muchachos» de Iron Maiden.

-Exclusivo: atropellan búfalo por visita de Nadal y Jojovick.

-«Nos robaron», volvió a decir la delegación.

-Ladrones madrileños, encartados con Datacrédito.

-«El Loco» Arroyave, el Blatter del micro mundial.

-La conjuntivitis puede ser su pasaporte a un mundo de privilegios. Óiganos hasta el final y entérese cómo.

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Elías, Correa para los corruptos

El fútbol es una profesión tan corta como malagradecida. Conscientes de esto, muchos de quienes lo practican abonan el terreno mientras están activos en otros oficios o profesiones para una vez llegado el momento del adiós tener escampadero que permita, por lo menos, mantener a raya las culebras de planta. Uno de estos  precavidos fue Elías Correa, recio volante santandereano que dejó lo mejor de su talento en la primera línea del mediocampo cardenal a comienzos de los noventa. Correa, autocrítico, sabía que un jugoso 10% de una eventual transferencia a un Parma o a un Milan definitivamente no iba a llegar a su vida. Por eso, tomó precauciones y desde muy temprano incursionó en la arena política como concejal de Piedecuesta, Santander.

Una vez terminado el período emigró a Bogotá, donde, dado lo discreción que demandaba su cargo, no eran frecuentes sus apariciones en la gran prensa. Por eso, cuando por fin un medio puso sus ojos en él -no importa que fuera la revista del club- le hizo caso a su equipo de asesores encabezado, dicen, por un entonces principiante Ravi Singh, y más que hablar de su desempeño en la cancha, de su sed de títulos o de su inquebrantable compromiso de complacer a la hinchada, prefirió referirse a su floreciente carrera política. «Poneme ahí que quiero ser alcalde de Piedecuesta», dicen que le sugirió al reportero que, sorprendido por el lado B del volante, no tuvo problema en complacer a este caudillo del medio campo.

La carrera -futbolística- de Correa duraría unos años más con pasos por Junior y Tolima. Se retiró a finales de los noventa y por razones que desconocemos abandonó su plan B. Previsivo como era, tenía un plan C: montó, con éxito, una escuela de formación deportiva. No sabemos si en el pensum de su escuela está la materia «Constitución y democracia», pero de lo que sí estamos seguros es que este es un buen momento para que Elías, ahora con el apoyo de la comunidad bestiarista, retome su carrera política y, siguiendo el ejemplo de René Higuita, se lance como candidato para las elecciones del próximo mes de octubre. Ahí le dejamos el eslogan de la campaña.