Futbolistas con cara de señora vieja: Jorge Battaglia

Arquero paraguayo que anduvo por el DIM en 1998. Fue suplente del «Gato» Fernández en el Mundial de México’86. Dicen que cargaba un juego de té plegable para los intermedios de los partidos.

El paso a paso de Arturo Boyacá

En estos tiempos de incertidumbre en los que el concepto de familia es cada vez más confuso, resultan casi naturales los disfuncionales núcleos familiares híbridos. Se hace hecho más natural ver a padres que cuidan de hijos que no son suyos, pero que a fuerza de cariño y las enseñanzas del Vágner del Amor, se adoptan como propios.

Nuestro fútbol, cada vez más parecido a un sitcom gringo, no es ajeno a este fenómeno que en los inicios de la década del 90 cautivó nuestra atención gracias a la magia de la televisión.

Cómo olvidar a la espectacular Suzanne Sommers quien, después de su travesía orgiástica de Three’s Company, hacía las delicias de adolescentes excitados cuando la veíamos manejar con propiedad un hogar de 6 hijos, entre propios y extraños, junto al ya vetusto galán vaquero Patrick Duffy en la popularísima Step by step ( que extrañamente no estaba ambientada por la exitosa canción de los imberbes Nuevos chicos de la cuadra).

Duffy era el tosco y muy americano padre de tres adolescentes conflictivos (que por la sensatez de los libretistas gringos siempre resultaban más maduros que sus paralelos latinoamericanos) y, por azares del amor y el natural deseo carnal por Sommers, se convertía en padre adoptivo de un par de ñoños mamertones y una hueca pero sensual adolescente.

El grupo de colaboradores del Bestiario logró conocer que Duffy, cansado del mediocre estilo de vida americano y con el ánimo de revivir sus épocas de padre putativo de adolescentes rebeldes y problemáticos, decidió aceptar la oferta de dirigir a los huérfanos que quedaron del hogar que Néstor Otero decidió abandonar.

Se ha visto a Duffy bastante desmejorado al tener que lidiar con las broncas escolares del niño Gerardo Bedoya y con los problemas de sobrepeso del quinceañero Preciado. Por fortuna para él cuenta con la asistencia de su media naranja, que lo apoya y acompaña en cada capítulo, que aunque no sea una reina despampanante como Sommers, es al menos un Rey Galván.

 

Qué Bello este Nacional

La postal nos muestra 20 futbolistas con uniforme del Atlético Nacional. Pero por cosas que sólo pasan en nuestro fútbol, este no es el Atlético Nacional. Es el Bello F.C. modelo 2007 que en la foto oficial no tuvo problema en posar con la indumentaria que su hermano mayor tuvo a bien suministrarle.

Y no es la primera vez que Nacional muestra su faceta más benefactora. Ya el año pasado vimos como el Atlético la Sabana fue el beneficiado del buen corazón verdolaga. El problema aquí, y de esto se dio cuenta el Vágner del Amor, siempre pendiente de cuestiones que involucren el corazón, es que tanto el Bello como la Sabana ya no existen más. Estamos por lo tanto pendientes de qué equipo se le mide este año a recibir las herencias verdes.

Dato adcional aquí.

Lo que tienen en común Astolfo Romero, Pelé y Michael Jackson…

http://youtu.be/QhFQ2l0bsc4#t=4m05s

Es una lástima que ya casi no programen amistosos bajo el formato Continente X  vs. Resto del mundo. Estos encuentros, con fines benéficos y muy comunes en los 80 han sido hoy reemplazados por los conciertos caritativos de Shakira, Bono, Juanes y Pipe Bueno. Una gran pérdida, pues partidos imposibles como estos eran perfectos para  responder a fantasiosas preguntas muy comunes en los niños fanáticos del tipo «¿Y qué pasaría si un día juegan Platini y Paolo Rossi y todos los de Europa juntos?» Quienes formamos parte de esta redacción éramos de los que creíamos que bastaba para reunir cinco o más figurones en una misma alineación para inmediatamente tener al mejor equipo de todos los tiempos dispuesto a jugar el partido de más alto nivel jamás visto.

A uno de estos espectáculos benéfico-deportivos, en 1982 y entre Europa y el resto del mundo, fue un día invitado el defensa nacido en Buenaventura Astolfo Romero. Fue sin duda el cénit de su carrera. De nada serviría ponernos de aguafiestas y decir que, como a los ahora muy frecuentes partidos de despedida, a los organizadores les interesa asegurar cinco o seis figuras para luego rellenar las nóminas con jugadores seleccionados con la vieja técnica «dónde caiga el dedo». Esto no importa. Importa que el nombre Romero, jugador de mediano perfil y cara de señor viejo que liderara la zaga santafereña, pero también la del Cali, la del Quindío, la del Bucaramanga, la de Millonarios y la de la selección de Bilardo en las eliminatorias para España’82, sonó una noche por unos altoparlantes en un país del primer mundo junto al de, ténganse, Giorgio Chinaglia, Jaime Duarte, Lakhdar Balloumi,Yasuhiko Okudera y unos tales Pelé, Paolo Rossi, Michel Platini, Franz Beckenbauer, Dino Zoff, Kevin Keegan, Sócrates, Falcao y Zico.

Pero no sólo junto a ellos figuró. Este partido se inscribe en la  misma movilización de la que luego haría parte el inolvidable single «We are the world» compuesto por Lionel Richie y Michael Jackson e interpretado por una pléyade de estrellas. Así, nos tomamos la libertad, pruebas en la mano, de afirmar que Astolfo Romero no sólo enfrentó alguna vez a Beckenbauer y Platini, sino que junto a sus compañeros de causa Jackson, Ray Charles, Bob Dylan y Paul Simon, entre otros, intentó llevar algo de felicidad a los niños de África.

«Es un ladrón, lo juro por mis hijos». Fernando Chapell, el imitador de Hernán Silva

Como si se tratara de esa pesadilla que es recurrente y que no se va, Millonarios padeció dos eliminaciones ante Nacional en Copa Libertadores. La primera en 1989 luego de un espantoso arbitraje del chileno Hernán Silva y después en 1995, con el árbitro peruano Fernando Chapell, todo un émulo de Silva.

Chapell, que durante un encuentro entre Torino y Melgar -no crea que el Torino era el italiano, sino un club más peruano que las galletas Cua Cua, el Ña Pancha con fragancia a Manzana y que Miki Rospigliosi- expulsó a uno de los jueces de línea que lo acompañaban dizque por sus constantes errores. Nadie siguió el ejemplo de Fernando expulsándolo a él. Su error en el partido de cuartos de final fue apenas uno de una cadena de malos arbitrajes en su país, donde se recuerda su poco tino a la hora de sancionar con justicia.

John Mario Ramírez y Fabián Cancelarich inmortalizaron lo que resultó para ellos una injusta eliminación con un par de declaraciones imperdibles y rescatadas de viejos cassetes por nuestra siempre inquieta unidad investigativa. El Bestiario del Balón recrea dos ángulos de la jugada en la que Víctor Aristizábal no es víctima de un penal, supuestamente cometido por Cancelarich. Tras 16 años de búsqueda, las dos tomas aparecieron.

De Chapell no se supo más.

Wikibestiario: el buzo bávaro de Córdoba

De nuevo los arqueros y sus veleidades.  Casi veinte años después -la foto es de 1994- un ferviente activista de la causa contra la autodeterminación de los guardavallas nos ha filtrado esta borrosa fotografía. Corresponde a un partido del América contra el Junior en el Metropolitano en el que Óscar Córdoba no quiso lucir el buzo de dotación -Umbro, marca que vestía al América por ese entonces- y muy orondo se puso uno del Bayern Munich, marca Adidas y con el patrocinio de Opel.

Las razones por las que decidió lucir esta prenda no venían con la filtración. Se podría especular con que tal vez quería demostrarle a los directivos bávaros que lo de Adolfo Valencia había sido una excepción y que sí había colombianos dispuestos a adaptarse al club y el primer paso era comenzar a lucir su ropa de trabajo.  Quizás fue un regalo de alguna novia, familiar o amigo desconocedor de que un arquero por muy iconoclasta que sea debe lucir el uniforme que le proporcione el club  y que Córdoba por pena tuvo que usarlo al menos una vez.  Por último, no descartamos tampoco que desde muy joven Oscar haya cultivado una secreta pasión por el Bayern y, en general, por la cultura bávara.  Para confirmarlo estamos en la búsqueda de las minutas del celador de la célebre Taberna Bávara de Unicentro entre 1991 y 1992 cuando el entonces juvenil arquero defendía hacía sus primeros pinitos –algunos dolorosos– bajo el arco azul.

Yo posteo, tú posteas, todos posteamos

El Vágner del amor, en su revisión de contenidos del Bestiario

En el informe final de su outsourcing, el Vágner del amor nos aconsejó una mayor apertura -de software y corazón- hacia nuestros lectores. El Bestiario del balón, siempre atento a seguir las recomendaciones de sus gurús, ha tomado nota e inaugura una sección para que sus visitantes puedan -previo vistobueno de Maria Ester- publicar sus propios posts. ¡Anímate!

Futbolistas con cara de señora vieja: Nelson Olveira

Central y matrona uruguay@. Si la defensa de Santa Fe tuvo un óptimo rendimiento en 2005 fue por el temor de los restantes integrantes a ser víctima de una de sus cantaletas.

Chicó gris-2007

El Chicó no es un equipo que se haya destacado precisamente por su rigor cromático: azul oscuro, negro, naranja, verde tenue referencia centro de salud son algunos de los colores que han pasado por su camiseta.  Y en esta amplia gama hay que resaltar el gris que lució en un partido contra Equidad por el Finalización de 2007. Pero no fue algo planeado por el departamento de diseño e imagen del equipo gomelo-boyacense: el uso de esta tonalidad se debió a que faltando poco para comenzar el partido el juez decidió que el uniforme del visitante era muy similar al del local.

El dictamen del juez cogió al Chicó mal parado, pues no habían llevado uniforme alterno. El juez se empecinó en no empezar el partido y luego de descartar opciones -desvestir a los operarios del vecino Mundo aventura, una de ellas- a los de Pimentel no les quedó sino correr a su sede bogotana donde, por suerte, encontraron unas viejas camisetas de entrenamiento, grises como su desempeño esa tarde: 3-1 perdieron contra los del «(Gran) Maestro» García.